martes, 28 de abril de 2009

En memoria de un ilustre jurista regiomontano. CARLOS FRANCISCO CISNEROS RAMOS

"La muerte se la fabrica uno mismo.
Viene cuando el alma se detiene"
María Trinidad Pérez-Miravete Mille



Con la reseña de una obra jurídica de la autoría de Juan Manuel Ramírez Delgado, atinente al sistema integral de justicia para adolescentes del Estado de San Luis Potosí, el día 28 de abril de 2008 se cerró una fructífera etapa en el espacio editorial del Periódico “El Porvenir” de Don Carlos Francisco Cisneros Ramos.

Con respeto y gratitud quisiera recordar la figura de quien durante muchos años asumió con gusto la responsabilidad de conducirse como un gran hijo, hermano, novio, esposo, padre, abuelo, abogado y maestro.

Muchas personas fallecen habitualmente, provocando una reacción en su entorno que afecta a sus familiares cercanos y también a los amigos, máxime cuando esa persona a través de su vida, obra y trabajo dejó un legado que debe seguir permaneciendo entre nosotros.

La partida a la vida eterna de nuestro Maestro y gran amigo sigue siendo lamentable ya que aún tenía muchas obras y aportaciones por realizar, con su fallecimiento desapareció un hito que marcó no solo a innumerables generaciones de estudiantes de diferentes instituciones universitarias, abogados, autoridades, etc., sino que con ella dejó de existir una figura excepcional que entra en la Historia de los grandes forjadores del derecho y la abogacía en Nuevo León.

Su deceso se lamentó en muchos lugares de México, muy especialmente en Nuevo León en donde cultivó infinidad de amistades.

Son pocas las personas que en su vida lograr desarrollar aquel viejo adagio, “engendra un hijo, siembra un árbol y escribe un libro”, una de esas personas de excepción es a la que hoy recordamos, pues formó una familia excepcional con Doña Marta Elena Vizcaíno Michel, su distinguida esposa a quien prodigaba todo su amor, de ese mismo amor nacieron sus hijos, y tuvo la fortuna de ver crecer a sus nietos; cultivó infinidad de amigos y compañeros; y no solo escribió un libro sino varios, en donde nos aportó entre otros, los siguientes: ensayos de Derecho Administrativo, apuntes para el estudio de la legislación procesal penal del Estado de Nuevo León, la acción colectiva económica y el procedimiento de los conflictos de orden económico, la suplencia en la deficiencia de la queja en el juicio de amparo; igualmente elaboró y publicó un sinnúmero de artículos y ensayos en publicaciones especializadas y arbitradas.

Con su fallecimiento desaparece uno de los defensores de la autonomía municipal, pero también dejó de existir un pionero en las materias de derecho laboral, amparo, constitucional, entre otras.

Es de grandes pueblos reconocer y recordar a quienes dedicaron su vida al servicio de un ideal.

El Maestro Cisneros Ramos, fue un gran hombre, líder, seguro de sí mismo, chapado a la antigua pero modernizado en muchos temas de actualidad, daba su opinión fundamentada y siempre abierto a los comentarios y al debate; excelente profesor en cualquiera de las materias que impartió, inculcando en sus alumnos y en los profesionistas a los que ayudó a forjar, a que mantuvieran su interés en continuar aprendiendo a través de los años aprovechando la perennidad del saber; trabajaba a conciencia, en silencio, pero también se ocupaba de las personas a quienes les brindaba su mejor consejo, su bondad y su enorme sabiduría; sembraba alegría, paz, buen criterio, unidad, trabajo en equipo y espíritu de servicio en todos los ámbitos en los cuales se desarrolló, su recuerdo constituye para quienes tuvimos el privilegio de ser sus discípulos, una exigencia de comportamiento y lealtad.

A un año de su partida, añoramos al padre, abuelo, hermano, maestro, funcionario público, pero sobre todo al amigo que siempre estará presente en nuestro pensamiento ya que el Maestro Cisneros Ramos nos demostró la enorme capacidad que tenía para hacer amistades y sembrar la inquietud en la investigación jurídico-científica.

Agradezco al Periódico El Porvenir por haberme permitido rendir este modesto homenaje que brota de lo más profundo de mi corazón, a quien comencé a conocer realmente en los últimos años de su vida.

Nos corresponderá a sus hijos, nietos y discípulos que forjó a lo largo de su fructífera existencia cultivar la llama encendida de este ilustre abogado, gran investigador y estudioso de la ciencia jurídica, manteniéndola vigente a través de su legado.

Gracias por haberme honrado con su amistad.

Mauricio Yanome Yesaki




Mi estimado amigo,

No es necesario pedir autorización para el honor que me haces al buscar mi venia para publicar en tu blog una nota de tu humilde servidor.

Tienes mi venia para hacerlo.

Saludos.

PD. Gracias por el comentario que pusiste en la página de El Porvenir.

Estamos en contacto.





Mi querido Mauricio:

El día de hoy aparece una nota tuya en El Porvenir, periódico al que Don Carlos Francisco entregó innumerables colaboraciones.

Hoy, tu nota, me gustaría reproducirla en mi blog, VALE LA PENA, del que te acompaño enlace, solicitando tu autorización para hacerlo.

Espero contar con tu venia.

Un abrazo.

José Manuel



Nota publicada en el enlace:

http://www.elporvenir.com.mx/notas.asp?nota_id=304400

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