lunes, 29 de junio de 2009

Reflexión sobre el trabajo

Recibí este mensaje de mi primo Ricardo, que parece siempre está divertido. Creo que ésta es la razón.

Por la mañana miro muchos rostros tristes de hombres y mujeres que van en su automóvil, o en el Metro o el autobús, con la mirada perdida, hoscos, igual que si fueran a una cárcel.

Creo saber la causa de su expresión sombría.

Van al trabajo, y su trabajo no les gusta.

Son esclavos, por tanto; galeotes o forzados que por dinero venden parte de su vida.

Jamás he sido bueno para dar consejos -y menos aún para seguirlos-, pero a mis hijos les hice una recomendación: "Procuren ganarse la vida haciendo lo que les gusta. Así nunca tendrán que trabajar".

Porque es muy feo eso de tener que ganarte la vida a costa de tu vida.

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