domingo, 6 de febrero de 2011

El vaivén. Esta boca es mía. Leopoldo Lara.


El Péndulo, el sube y baja, la tercera ley de newton, el karma.

Todos son sinónimos y explicaciones que encontramos para demostrar que sólo lo que se siembra, se cosecha y que no existe posibilidad alguna para romper con ese esquema. Nada es casual, nada es espontáneo, todo tiene una causa, todo es consecuencia de nuestras propias acciones y todo lo que ahora hacemos producirá un efecto similar en el futuro, más temprano que tarde.

Todo esto lo pongo en la mesa, porque me parece que muchos ciudadanos, muchas organizaciones, muchos políticos y muchos gobiernos, no hemos entendido aún, que no sólo todo lo que actualmente vivimos repercute en el futuro de nuestra comunidad de manera dramática, sino que además apenas somos un breve destello en ella. Es decir, casi no pintamos en el universo, pero somos capaces de destruir o de mejorar sustancialmente todo nuestro entorno apenas con nuestras acciones, por pequeñas que parezcan o por grandes que las queramos aparentar ser.

Desde utilizar de manera irresponsable las herramientas o los productos contaminantes o los recursos naturales; como integrarnos en agrupaciones que simulan, que sobreviven gracias al engaño; o qué tal hacer promesas de campaña sin recato, sin empatía con los ciudadanos y sin la menor ética; o llevar a cabo planes de gobierno o programas basados sólo en corazonadas, en ocurrencias del momento que “creemos” que causan un efecto de atracción de la ciudadanía, cuando sólo dan risa o cara de interrogación para muchos.

Hacernos los listillos y pasados de lanza, sin importar a quien pisoteemos a quien dejemos abajo.

Todo eso, tiene consecuencias.

Es muy fácil hablar y decir que nosotros si somos distintos, que gracias a nosotros las cosas van a cambiar.

Sin embargo, nada de eso es válido si no se tiene un sustento. Las palabras son vacías, se las lleva el viento.

Sin duda a estas mismas que digo ahora, se las llevará también.

Las acciones, están por encima de las declaraciones.

Por eso, este es el momento de accionar.

Hoy es momento de ser responsables con lo que nos rodea, con la gente que colabora con nosotros, retribuirles lo justo, lo que mandan las leyes y lo que merecen además. Hoy es momento de no servirnos de los otros sino de servir. Este es el día en el que debemos ser conscientes que por cada basura que dejemos “olvidada” en la calle estaremos pegándole al planeta, como si estuviéramos dándole patadas al pesebre, como escupiendo para arriba.

Hoy es el día idóneo para buscar en la ética y en la empatía una ruta crítica de todas nuestras acciones. No existe otro momento mejor que hoy, para construir una alianza con nuestros vecinos, para cuidar el entorno, para cuidarnos entre nosotros, para lograr con ello mejorar la comunidad, avanzar.

El día de hoy, es un momento importante para planear correctamente las cosas, para ser democráticos y expresarnos con la seguridad de que seremos escuchados, por una contraparte en el gobierno que lo hará de conformidad con unas reglas que previamente acordó con nosotros, los ciudadanos. Que sean claras, quizás no perfectas pero si congruentes, serias, precisas y maduras.

Hoy, me queda claro, que la responsabilidad social es una regla que no puede obviarse, que el capital que más debemos valorar es el que logramos hacer con nuestra comunidad, el que permite tenernos confianza y hacer cosas, unos por otros.

Hoy es importante que hagamos la reflexión, que iniciemos la acción y que vivamos este vaivén que seguro se dará, de manera virtuosa e inteligente.

Leopoldo Lara Puente





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