domingo, 23 de febrero de 2014

La Revolución Industrial: un arma de doble filo. Mariana Olmos Nakamura



La Revolución Industrial comenzó en Inglaterra a mediados del siglo XVIII, abarcando también parte del XIX. En contraste con otras revoluciones políticas, ésta no fue ni repentina ni rápida. Por el contrario, fue un proceso de larga duración en donde la producción manual fue reemplazada por máquinas complejas. Estos cambios se fueron esparciendo al resto de Europa, Norte América, etc. La razón por la cual comenzó en Inglaterra es por sus ricos recursos naturales, como el carbón; útil para uno de los inventos más importantes de la época: la máquina de vapor. Además, sus puertos y ríos funcionaron como excelentes canales de distribución. La revolución causó muchos cambios en la vida a la que la sociedad estaba acostumbrada. Por un lado, se tenía más salud, alimentos, inventos, ropa, comunicación; mientras que por el otro, se tuvo diferencias extremas entre clases sociales, malas condiciones de vida para la fuerza laboral, contaminación, entre otras cosas. Es por eso que en el presente ensayo explicaré mis razones por las que yo creo que la Revolución Industrial realmente fue un arma de doble filo, sobre todo para la clase trabajadora. Primero, se describirán un poco los nuevos inventos y beneficios que trajo esta época, para después mencionar el tipo de consecuencias negativas que planteó en la vida de los trabajadores.

Según Ellis y Esler (2007), en los años de 1750, la mayoría de las personas trabajaban en la agricultura, usando herramientas hechas a mano. Además, vivían en casas sencillas, haciendo su propia ropa y comida, intercambiando bienes en pequeños mercados. La sociedad no conocía mucho del mundo fuera de su villa o pueblo.

Al comenzar la Revolución Industrial, la vida rural empezó a desaparecer. Para los años 1850s, muchas de las villas de Inglaterra se habían desarrollado a pueblos industriales y ciudades. Ellis y Esler mencionan que las personas ya empezaban a comprar su ropa y comida, que era producida en otro lado, ya no por ellos. Pienso que esto fue un cambio drástico para lo que la sociedad estaba acostumbrada, facilitándoles algunas actividades, pero también provocando que tuvieran que cambiar su rutina diaria, pudiendo ser un momento de estrés y adaptación para algunos. Además, hubo muchísimos nuevos inventos en esta época, por ejemplo: “un dentista americano usó por primera vez la anestesia […], se patentó la primera máquina de coser; un físico francés midió la velocidad de la luz y un médico de Hungría introdujo métodos antisépticos para reducir el riesgo de que mujeres fallecieran al dar a luz” (Ellis y Esler, 2007). Los autores nos hacen ver que realmente los cambios no nada más fue en la forma de vivir, cosechar o vestirse, si no hubo una cantidad enorme de cosas nuevas, inventos y aparatos de todo tipo.

En esta época, hubo otros grandes inventos que cambiaron la forma de vida: empezaban a mandarse mensajes que se mandaban por telégrafo, ya se viajaba a otros lugares por trenes o barcos de vapor; de los inventos más importantes de la revolución. Por otro lado, según Ellis y Esler, los métodos de agricultura se desarrollaron, haciendo uso de fertilizantes, máquinas para poner las semillas en vez de esparcirlas, etc. Además, la población se incrementó gracias a los avances en la medicina y por la producción de alimentos de una manera más higiénica.

Otro beneficio de la Revolución Industrial es que “la energía humana y animal fue reemplazada por energía inanimada: la máquina de vapor y luego los motores eléctricos. La energía orgánica fue substituida por energía inorgánica o inanimada” (Otero y Mata, 2005). Pienso que esto tuvo un gran impacto en la sociedad e hizo que muchos trabajos que pudieron haber sido difíciles o pesados, se simplificaran y se pudiera tener una producción mucho más eficiente, logrado una en masa que se volvió más uniforme y barata.

Como se había mencionado, se desarrolló la máquina de vapor, haciendo posibles la locomotora así como los barcos. Esto permitió que los bienes se transportaran más rápido y generó muchos canales de distribución. Las máquinas permitieron fabricar productos más eficazmente, disminuyendo su precio.

Según Upshur y otros autores (2012), la Revolución Industrial fue un periodo que concedió un poco de más valor a las mujeres. Seguían siendo inferiores ante la ley y no tenían el derecho al voto, pero podían participar en ciertas decisiones. Por ejemplo, el matrimonio para una mujer significaba que se “transferían” a una nueva familia y asumían nuevas responsabilidades, llevando consigo los valores de sus madres. Ellas mantenían las cuentas de la casa, compraban alimentos, tomaban decisiones financieras y en algunos casos determinaban el dinero semanal que su esposo tenía “permiso” de usar. Entonces, aunque no existía una equidad, las mujeres tenían un poco de más poder, por lo menos en sus casas.

Los inventos y avances previamente mencionados suenan muy impresionantes y benéficos para la sociedad. Yo pienso que si la Revolución Industrial nada más hubiera traído estas cosas a la sociedad, hubiera sido totalmente perfecta, pero, desgraciadamente también trajo consigo consecuencias negativas, sobre todo a la fuerza laboral, que mencionaré a continuación.

Otero y Mata mencionan que las condiciones de cualquier país antes de que ocurrió la Revolución Industrial eran de “subsistencia” siendo muy común la pobreza, “la Revolución Industrial transformó la vida de gran parte de los habitantes de las sociedades industrializadas al establecer un aumento amplio y sostenido de los ingresos per cápita como nunca había existido en la historia de cualquier sociedad” (Otero y Mata, 2005). Con solo leer la cita anterior se puede llegar a pensar que la Revolución Industrial fue muy benéfico para la sociedad, pero los autores dejan afuera el hecho de que las personas que aumentaron su ingreso per cápita no fueron todas, dejando a gran parte de la mayoría en la clase trabajadora con una pésima calidad de vida.

Según Otero y Mata (2005), el término de “Revolución Industrial” fue escogido porque es la forma más simple de explicar que las transformaciones económicas, políticas y sociales tenían un denominador común: la mecanización de la industria, siendo “el paso de una economía de herramienta a una economía de máquina”. Pienso que desde el simple nombre con el cual nos referimos a la época estamos atribuyendo a que realmente fue una revolución en máquinas, inventos y aspectos científicos, dejando por un lado la parte humana de que los beneficios realmente impactaran a la mayor parte de la sociedad. Creo que con el puro término nos podemos dar cuenta de que fue una época que sí trajo muchos avances para el hombre, pero que no consideró al ser humano y a sus derechos en su momento.

Como la revolución impactó directamente en la agricultura, mejorando este proceso, los que trabajaban en esta área fueron perdiendo su trabajo, ya que poco a poco eran sustituidos por máquinas y avances. Es por esto que ocurrió la urbanización, en donde los pueblos se hicieron más pequeños y las personas se mudaron a las ciudades.

Además, como mencionan los autores Ellis y Esler, a los emprendedores la revolución industrial les trajo riquezas, sin embargo, todos los trabajadores que entraron a las nuevas fábricas recibieron pobreza y condiciones difíciles de vida: “sufrían condiciones de trabajo peligrosas: inseguridad, ambiente no sanitario, pobreza, demasiada gente en un solo lugar” (Ellis y Esler, 2007). Yo pienso que al principio la revolución no estaba beneficiando a todos como se esperaba que lo hiciera en un principio. Por el mismo efecto de las fábricas, empezó a surgir la contaminación, hasta el punto en que la sociedad empezaba a llamar a Inglaterra como “nubes y vapor de carbón”, donde también había mucho ruido de maquinaria y desechos en los ríos.

Otra consecuencia que yo considero extremadamente negativa de la Revolución Industrial, es que surgieron dos clases sociales, la media o burguesía y la trabajadora o el proletariado: “se produce una reorganización social, en el sentido de que se constituyen definitivamente las dos clases sociales antagónicas que integran la sociedad de nuestros tiempos” (Otero y Mata, 2005). Para la burguesía, que eran los emprendedores, la época fue muy buena, siendo los que más se beneficiaron de la revolución, Ellis y Esler mencionan que ellos eran los dueños y operadores de las nuevas fábricas, minas, etc. Su estilo de vida era muy cómodo, vivían en casas amplias, equipadas, calles pavimentadas y suministro de agua. Las mujeres se quedaban en casa para cuidar de los hijos. Sin embargo, el proletariado consistía en las familias que se habían mudado de los pueblos a las nuevas ciudades industriales, se convirtieron en los trabajadores de las minas o fábricas.

            Upshur y otros autores (2012) mencionan que el 80% de los europeos seguían ganando su sustento a través del trabajo físico: “la mayoría de ellos eran campesinos, trabajadores de fábrica y agricultores, siendo los últimos los que vivían en pobreza extrema; su salario era menos de la mitad que los que trabajaban en las fábricas”. Sin embargo, las condiciones de vida de todo el proletariado eran de pobreza.

Desgraciadamente, ellos enfrentaron condiciones de trabajo desfavorables, los niños también trabajaban, vivían muchas personas juntas por casa, no tenían suministro de agua ni sistema sanitario. Se observaban los desechos y basura en la calle y ríos, solamente tenían agua contaminada, lo cual producía enfermedades como la cólera. Se me hace muy triste cómo desde el principio que empezó la industrialización, no se logró evitar la pobreza y lograr la equidad. Es inquietante pensar cómo surgieron de manera repentina dos clases sociales tan diferentes una de otra. A esto es a lo que me refiero, que la Revolución Industrial también trajo consecuencias negativas. Además, aparte de que los trabajadores ya estaban viviendo en condiciones inhumanas, se le sumó su frustración, haciendo que recurrieran a la violencia, quemando fábricas, lastimando máquinas, entre otras cosas.

Para la gente que estaba acostumbrada a trabajar en el campo, el laborar en una fábrica fue un ajuste muy difícil por el cual tuvieron que pasar. Estaban acostumbrados a que se trabajaba conforme al clima y a un ritmo lento. En cambio, Ellis y Esler mencionan que en las fábricas los trabajadores fueron forzados a un horario muy rígido, los turnos laborales eran muy largos, de 12 a 16 horas de 6 o 7 días a la semana. Además, solamente se podían tomar descansos cuando los dueños de la fábrica dieran permiso. Aparte de que estas condiciones fueran indeseables, los trabajadores, por estar exhaustos, tenían accidentes en las máquinas, sumándole a que no poseían equipo de seguridad. Otro ejemplo es que en las industrias textiles se encontraba mucho material en el ambiente que dañaba sus pulmones. Los trabajadores que se accidentaban o enfermaban perdían su trabajo. Las mujeres también eran contratadas porque “se pensaba que se adaptarían más fácilmente a las máquinas y que eran más fáciles de manejar” (Ellis y Esler, 2007). Sin embargo, a ellas les pagaban la mitad que a los hombres, haciendo todavía su vida más difícil. A los mineros se les pagaba un poco más pero las condiciones en las minas eran todavía peor, trabajaban en la oscuridad y el polvo del carbón les destruía sus pulmones. Siempre había el riesgo de alguna explosión, inundación o colapso de los túneles. Lo que todavía es peor, es que se contrataba también a los niños, ya que se podían arrastrar por pequeños espacios moviendo cargas pesadas de carbón o manipulando alguna máquina en las fábricas gracias a sus dedos pequeños. Empezaban a trabajar desde los 7 u 8 años, algunos hasta de 5. En las minas podían estar sentados todo el día en la oscuridad abriendo y cerrando entradas de aire. Como anteriormente los niños habían ayudado a sus papás en la agricultura, los padres aceptaron que trabajaran, sin saber que iban a estar en estas condiciones, además de que se necesitaba otro ingreso de dinero para que la familia no muriera de hambre.

En conclusión, la Revolución Industrial fue un arma de doble filo porque trajo varios beneficios a la sociedad, pero también perjudicó las condiciones de vida de muchos otros. La gente se encontró bendecida con mejores alimentos, productos, inventos que mejoraban la salud, amplia comunicación, podían viajar y conocer nuevos lugares; antes estaban acostumbrados a nada más conocer su villa o pueblo. A la vez, disminuyó enfermedades y muertes, así como promovió el intercambio más formal de bienes y servicios; e impulsó a tener una producción mucho más sencilla y eficiente. Sin embargo, solamente las personas emprendedoras y con poder se vieron beneficiadas. La clase trabajadora o proletariado vivía en extrema pobreza y en pésimas condiciones. Su trabajo era peligroso, insalubre, con jornadas muy largas y, aparte de todo esto, con pésimo salario. Sin embargo, supongo que era imposible que la gente se quedara en pueblos y siendo campesinos para la eternidad, entonces pienso que la Revolución a largo plazo si pudo haber tenido un poco de más beneficios. Con el tiempo, gracias a diferentes pensadores y la intervención del Estado, fueron cambiando las normas y formas de trabajo para el proletariado, hasta el punto en el que surge el Derecho Laboral. Entonces, pienso que desgraciadamente hubo mucha gente que sufrió pésimas condiciones de vida, pero “gracias” a ellos la sociedad se dio cuenta de la injusticia y condiciones inhumanas a las que se sometía la clase trabajadora y, hoy en día, en teoría, las personas están protegidas y todo lo relacionado con el trabajo está mucho más regulado que en esa época.



Referencias
Ellis, E. G., & Esler, A. (2007). Worl History: The Modern Era. Boston, Massachusetts: Prentice Hall.
Silva Otero, A., & Mata de Grossi, M. (2005). La Llamada Revolución Industrial. Caracas: Universidad Católica Andrés Bello.
Upshur, J.-H., Terry, J., Holoka, J., & Cass, G. (2012). World History. New York: Cengage Advantage.




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