jueves, 18 de septiembre de 2014

Personas con capacidades diferentes: Situación actual y el derecho al trabajo. Joshua Than Cancino




          La Declaración Universal de los Derechos Humanos empieza diciendo: “Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana...” añade el derecho humano al trabajo digno más adelante; y estos preceptos no se quedan solamente ahí, si no se ven  íntegramente reflejados en nuestra Carta Fundante.  Veamos la realidad.

      De acuerdo al  Censo Nacional de Población y Vivienda realizado en el año de 2010, las personas con capacidades diferentes representan el 5.1% de la población total en México.  De este 5.1%, según la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2010, 1 de cada 3 personas sienten que sus derechos no se respetan. De este segmente, solo 4 de cada 10 recibe ingresos por su propio trabajo, y solo para el 19.1% sus ingresos son suficientes para cubrir sus necesidades.

     En el mundo, existen aproximadamente 470 millones de personas discapacitadas en edad de trabajar. Sin embargo, no existen datos precisos acerca de cuantas de estas personas logran obtener un empleo digno y de acuerdo a los estudios que haya realizado. Sin embargo, los empleadores cada vez se dan más cuenta del potencial desperdiciado en la fuerza de trabajo presente en cada persona perteneciente a este grupo vulnerable.

     El gran potencial radica es la demostrada capacidad que tienen al ponerlos en puestos de acuerdo a sus capacidades, preparación y ambiente de trabajo. Han demostrado ser grandes elementos de las fuerzas laborales de empresas y no solo eso, los gobiernos , en particular el mexicano, han creado incentivos fiscales para propiciar el empleo a las personas con capacidades diferentes, sin embargo, a nivel internacional estos esfuerzos en comparación, resultan aun muy insípidos y poco fructíferos y esto desencadena en un acrecentamiento de la pobreza.

    A la luz de lo anterior,  se observa un problema de corte social que a todos nos compete trabajar en ello, a favor de la cohesión y desarrollo social como nación consciente y unida.  El síntoma, el desempleo; la causa, multifactorial, donde destaca la discriminación, la ignorancia, los prejuicios  y la falta de estímulos por parte de las autoridades para atacar el problema.

   El desempleo en este sector en específico es llevada de la mano de la pobreza. Dadas las circunstancias, no es de extrañar que exista mucha relación entre discapacidad y pobreza, gran problema del que sufre nuestra nación. Según la ONU , el 82 de cada 100 personas con discapacidades viven por debajo de  lo que se conoce como umbral de la pobreza, esto en países desarrollados. Esto representa entre el 15 y 30% de los pobres de estos países.

   Estimulando el empleo a esta gran fuerza laboral, se estaría luchando contra el gran enemigo de México, la pobreza. Estos esfuerzos deben ser bilaterales, por parte de la ciudadanía y del gobierno, este último fomentando el empleo mediante estímulos y campañas a pro del empleo y justa retribución por su trabajo a las personas con capacidades diferentes, y  desarrollar Programas de Estado en aras de crear consciencia y sacar a la luz los grandes beneficios y potencial que tiene emplear a este sector desprotegido.

   Sin embargo, la discriminación es un punto también sobre el cual recae gran parte de la problemática social presentada.  Al ser un sector desprotegido de la sociedad estos potenciales trabajadores sufren, no solamente en el trabajo si no en muchos ámbitos, de discriminación por su condición diferente a la de la gran mayoría de las personas, lo cual afecta su desarrollo profesional, personal y social.

    En este punto,  es importante destacar que quienes afectan de esta forma al multicitado sector, somos las personas comunes y corrientes, no los políticos ni gobernantes. Somos nosotros, maestros, empleadores, directores, doctores, enfermeras, etc. Quienes afectamos de esta forma, es por ello que es necesario que nosotros, como personas, individuos pensantes tomemos conciencia de nuestras acciones y palabras con el fin de mejorar como sociedad, nación y persona.

     Nuestra ignorancia como sociedad de los estímulos que ofrece el gobierno y sus beneficios al incluir a la fuerza laboral a personas con capacidades diferentes, no ha permitido tampoco la popularización de estos proyectos. Es preciso instruirse en el tema, como obligación ciudadana, de conocer los programas y esfuerzos de nuestros gobernantes para trabajar en armonía con los proyectos de nación.

   El prejuicio que algunos todavía “ostentan” sobre las capacidades de un miembro del sector, de sus cualidades como persona y sus valores,  son otro gran obstáculo al desarrollo, aunque este podría vincularse directamente con el aspecto tratado anteriormente, la ignorancia. Los juicios mal informados de las personas repercuten no solo en el momento laboral, si no en algo más fundamental y básico en todas las personas, en la educación.

   En las aulas mexicanas es raro ver a personas pertenecientes al sector. Es necesario que estos busquen y , en el mejor de los casos, encuentren una escuela particular donde puedan desarrollarse de manera eficaz de acuerdo a sus capacidades. En escenario de poder acceder a la ya decadente educación pública,  muchos miembros de los planteles escolares no están capacitados para las técnicas existentes para la enseñanza de eficaz de estas personas, y así, terminan frustrados y cansados ambas partes, alumno y maestro y con un desaire que repercute a futuro para todos.

        Como nos dice José Luis Salazar, Director Ejecutivo de la OIT en Ginebra sobre la situación de las personas con capacidades diferentes en el aspecto laboral:  “La OIT fue una de las primeras en reconocer, en 1944, el derecho de las personas con discapacidades a las oportunidades de trabajo. En una Recomendación cabal y previsora, la OIT estableció́ inequívocamente que los trabajadores discapacitados, «cualquiera que sea el origen de su invalidez, deberían disponer de amplias facilidades de orientación profesional especializada, de formación y reeducación profesionales y de colocación en un empleo útil» La OIT manifestó́ que las personas con discapacidades deberían, siempre que fuera posible, recibir formación junto con otros trabajadores, en las mismas condiciones y con la misma remuneración e hizo un llamado a la igualdad de oportunidades en el empleo para los trabajadores discapacitados y a la acción afirmativa para promover el empleo de trabajadores con discapacidades graves.”

   Grandes esfuerzos internacionales se realizan, sin embargo como en toda sociedad organizada, es necesario que todos los eslabones sociales trabajen al unísono y consciente objetivo, de manera conjunta y entendida para lograr un verdadero cambio, no solo con este grupo vulnerable, ni no en todos y uno mismo, y no solo en este problema, si no en todos, cuya raíz es siempre parecida o igual.



FUENTES

Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED)
“Inclusión de Personas con capacidades diferentes” Disponible en http://www.greatplacetowork.com.mx/publicaciones-y-eventos/publicaciones/692
“El derecho al trabajo decente” disponible en http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/@dgreports/@dcomm/@publ/documents/publication/wcms_091966.pdf (Organización Internacional del Trabajo)

No hay comentarios:

Publicar un comentario