lunes, 15 de agosto de 2016

SALARIO MÍNIMO EN MÉXICO. HÉCTOR FLORES GUERRERO



RESUMEN:
El presente trabajo pretende exponer de manera amplia los factores que contribuyen a determinar el salario mínimo en México, ¿Quién lo determina?, ¿Por qué el nuestro es de los más bajos del mundo?, sus repercusiones y todo lo que engloba este polémico factor en el país.

ABSTRACT
This paper aims to expose broadly contributing factors determine the minimum wage in Mexico , Who determines ?, Why ours is the lowest in the world ?, its impact and all that it encompasses controversial factor in the country.


PALABRAS CLAVE
Salario, México, Trabajadores

KEY WORDS
Wage, México, Employees


SUMARIO: 1. INTRODUCCIÓN; 2. ANTECEDENTES HISTÓRICOS; 3. ESTADO DEL ARTE; 4. DESARROLLO; 5. CONCLUSIONES; 6. BIBLIOGRAFÍA.


1.- INTRODUCCION
Se es sabido que México es un país por más privilegiado, hablando geográficamente así como en la biodiversidad de recursos naturales con los que posee. A nivel mundial es uno de los más grandes productores de petróleo sin dejar de lado la gran producción de minerales como el carbón, plata, cobre. Añadiendo a esto, se es vecino de la economía más relevante a nivel mundial como lo es la nación de primer mundo de Estados Unidos de América. Entonces, pareciera que tuviésemos el futuro asegurado, pero la realidad es que sólo se es un país subdesarrollado lejos de ser una economía importante a seguir, donde en pleno siglo XXI, en el país aun existe una gran porcentaje de pobreza extrema, así como también, un nivel de educación en la población demasiado bajo, y por lo tanto una elevada cifra de desempleo.

Las malas noticias no terminan aquí, el afortunado sector que posee un empleo se ve retribuido a percibir sueldos muy por debajo de lo requerido para poder subsistir de manera digna o por lo menos adquirir la canasta básica. Es aquí donde se llega al punto principal del tema de éste trabajo: El salario mínimo en México.

Se empezará por aclarar qué es salario, sus antecedentes y generalidades de este concepto, para ello se definirá salario de la siguiente manera como lo hace el sitio web www.wikipedia:

“Es la suma de dinero que recibe de forma periódica un trabajador de su empleador por un tiempo de trabajo determinado o por la realización de una tarea específica o fabricación de un producto determinado. El pago puede ser mensual, semanal o diario, y en este último caso recibe el nombre de jornal, del término jornada (wikipedia.com)”.

Ahora bien conozcamos a fondo la opinión y la forma en que del gran filosofo e intelectual de Karl Marx interpreta tal concepto en su gran obra: “Trabajo Asalariado y Capital”:

“Si preguntamos a los obreros qué salario perciben, uno nos contestará: «Mi burgués me paga un marco por la jornada de trabajo»; el otro: «Yo recibo dos marcos», etc. Según las distintas ramas del trabajo a que pertenezcan, nos indicarán las distintas cantidades de dinero que los burgueses respectivos les pagan por la ejecución de una tarea determinada, por tejer una vara de lienzo o por componer un pliego de imprenta. Pero, pese a la diferencia de datos, todos coinciden en un punto: el salario es la cantidad de dinero que el capitalista paga por un determinado tiempo de trabajo o por la ejecución de una tarea determinada.
Por tanto, diríase que el capitalista les compra con dinero el trabajo de los obreros. Estos le venden por dinero su trabajo. Pero esto no es más que la apariencia. Lo que en realidad venden los obreros al capitalista por dinero es su fuerza de trabajo. El capitalista compra esta fuerza de trabajo por un día, una semana, un mes, etc. Y, una vez comprada, la consume, haciendo que los obreros trabajen durante el tiempo estipulado. Con el mismo dinero con que les compra su fuerza de trabajo, por ejemplo, con los dos marcos, el capitalista podría comprar dos libras de azúcar o una determinada cantidad de otra mercancía cualquiera. Los dos marcos con los que compra dos libras de azúcar son el precio de las dos libras de azúcar. Los dos marcos con los que compra doce horas de uso de la fuerza de trabajo son el precio de un trabajo de doce horas. La fuerza de trabajo es, pues, una mercancía, ni más ni menos que el azúcar. Aquélla se mide con el reloj, ésta, con la balanza.
Los obreros cambian su mercancía, la fuerza de trabajo, por la mercancía del capitalista, por el dinero y este cambio se realiza guardándose una determinada proporción: tanto dinero por tantas horas de uso de la fuerza de trabajo. Por tejer durante doce horas, dos marcos. Y estos dos marcos, ¿no representan todas las demás mercancías que pueden adquirirse por la misma cantidad de dinero? En realidad, el obrero ha cambiado su mercancía, la fuerza de trabajo, por otras mercancías de todo género, y siempre en una determinada proporción. Al entregar dos marcos, el capitalista le entrega, a cambio de su jornada de trabajo, la cantidad correspondiente de carne, de ropa, de leña, de luz, etc. Por tanto, los dos marcos expresan la proporción en que la fuerza de trabajo se cambia por otras mercancías, o sea el valor de cambio de la fuerza de trabajo. Ahora bien, el valor de cambio de una mercancía, expresado en dinero, es precisamente su precio. Por consiguiente, el salario no es más que un nombre especial con que se designa el precio de la fuerza de trabajo, o lo que suele llamarse precio del trabajo, el nombre especial de esa peculiar mercancía que sólo toma cuerpo en la carne y la sangre del hombre (Marx, 1849)”.

2.- ANTECEDENTES HISTÓRICOS: 
El salario mínimo fue empleado por primera vez en los países de Nueva Zelanda y Australia en el siglo XIX. En México el organismo encargado de regular y/o modificar el salario mínimo es la CONASAMI (Comisión Nacional de Salarios Mínimos) quien desde el año 1987 se encarga de fijar tal valor con base en lo establecido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, además de hacer cumplir lo que expresa el Art. 90 de la Ley Federal del Trabajo. Anterior a esta comisión el salario mínimo estaba regulado por comisiones regionales bajo supervisión de la Comisión Nacional, dando paso al origen de la comisión antes mencionada. Lo siguiente señalaba el artículo 123 fracción IX de la constitución de 1917:

“La fijación del salario mínimo se hará por comisiones especiales que se formarán en cada municipio, subordinadas a la Junta Central de Conciliación que se establecerán en cada Estado (Constitucion Pólitica De Los Estados Unidos Mexicanos, 1917)”.

3.- ESTADO DEL ARTE: 
Actualmente el mundo vive una fuerte desestabilidad económica, con crisis, poco crecimiento y desde luego desempleo. Cada país implementado sus estrategias para salir avante y salir lo menos afectado ante las complicadas situaciones. Sin embargo, ¿Es entonces falta de capacidad para hacer frente a tales adversidades, o por qué pareciera que el pueblo mexicano resulta ser el más dañado ante estas caídas? La verdad es que México al igual que muchos otros países dependemos directamente de la estabilidad con que se encuentre nuestro vecino del norte E.E.U.U. haciendo referencia que la gran mayoría de las exportaciones que se hacen en el país llevan por destino tal vecino. Entonces si Estados Unidos se ve en la necesidad de disminuir sus importaciones, esto afecta en que la producción en nuestro país se viera en cantidades inferiores o en el peor de los casos pausada. Todo va con un efecto en cadena, la disminución de producción por ende genera cierre de fabricas y por consecuente, desempleo.

El salario mínimo se actualiza año con año, pero sus variaciones son realmente poco significantes, si se compara con el aumento de precios de los productos y/o gastos elementales para la vida diaria, háblese de transporte, gasolina, alimentos, vivienda etc.

$73.04 pesos es el valor mínimo que el trabajador mexicano recibe por su jornada diaria. Cantidad que entró en vigor a partir del 1 de enero del 2016. Conforme a ello el sitio web el financiero informa la situación actual de México en el ámbito del salario mínimo y su comparación en el continente:

“Con una remuneración que asciende a 5.9 dólares diarios, los trabajadores mexicanos son los que perciben el sueldo más bajo en la región latinoamericana, de acuerdo con datos del Banco Mundial.
Esta información se desprende de los componentes del índice Doing Business, que en su versión 2016 colocó a México en el sitio número 38 a nivel global en la medición de facilidad para hacer negocios. Los datos del INEGI señalan que de los 50.3 millones de ocupados en la economía durante segundo trimestre, 13.7 por ciento de ellos laboraron percibiendo sólo un salario mínimo como paga. Esta proporción es la más alta para un trimestre similar desde 2012, es decir, tres años. Por el contrario, los empleados que ganan más de cinco salarios mínimos por mes agruparon apenas 6.1 por ciento de la población ocupada y esta fue su menor proporción en diez años.
A nivel global los salarios mínimos más elevados están en Noruega y Luxemburgo, con 3 mil 840 y tres mil dólares al mes, respectivamente (El Financiero)”.

El economista Ulises Castro Álvarez interpreta lo siguiente de la actualidad en México:

“En México encontramos tanto la experiencia de la promoción del desarrollo mediante la intervención del gobierno, es decir la economía de mercado encauzada, regulada y promovida por el Estado a través de múltiples instrumentos de política económica y la experiencia de la promoción del desarrollo a través de la fuerzas del mercado.
Los resultados se han analizado en diversas ocasiones en este documento, mostrando un mejor desempeño al utilizar de manera prudente políticas macroeconómicas activas, acompañadas de políticas de fomento general tales como la formación de recursos humanos, construcción de infraestructura, atención a la salud y la previsión social, apoyo con un sistema financiero funcional a través de la banca de desarrollo y regulación y supervisión de la banca comercial, marco legislativo e institucional para normar el funcionamiento de los mercados; y políticas de fomento sectorial para impulsar el desarrollo de sectores y ramas productivas prioritarias mediante la regulación del comercio exterior, inversión y gasto público sectorial, créditos preferenciales mediante cajones obligatorios de asignación selectiva de créditos con tasas controladas, subsidios y estímulos a industrias necesarias, exenciones fiscales a industrias exportadoras y a inversiones elegibles, precios de garantía para la agricultura y el desarrollo de un sector energético por el Estado vinculado a las prioridades del desarrollo nacional (Castro Álvarez)”.

4.- DESARROLLO: 
Si bien, se cuenta con organismos sólidos y una constitución que protege al pueblo mexicano no se ve reflejado en la calidad de vida. La constitución establece que el salario mínimo debe estar adaptado para satisfacer las necesidades básicas como lo son el alimento, vivienda, vestido y educación. Tal y como el artículo 94 de la Ley Federal del Trabajo describe claramente lo siguiente:

“El salario mínimo deberá ser suficiente para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos (Diario Oficial de la Federación, 1970)

Lo cual es prácticamente imposible, es por ello que el país vive en una permanente gran inconformidad respecto a este tema. El trabajador se ve obligado a trabajar horas extraordinarias para buscar tener mejor solvencia, y como consecuencia estos actos se vuelven inconstitucionales, sobrepasando las horas laborales trabajadas permitidas en la Ley Federal del Trabajo. En consecuencia todo se ve afectado, el trabajador no rendirá igual, el trabajo realizado por el mismo, tal vez no será del todo competente y a la larga generando un desinterés por el trabajador propiciando a consecuencias grandes problemas para el empleador. Lo anterior se puede ver muy bien expresado en la frase que expone el empresario Gales Robert Owen:

La clase trabajadora puede ser perjudicada, degradada u oprimida de tres maneras: descuidándolos en la infancia, cuando se los sobre carga de trabajo o cuando se les paga bajos salarios por su trabajo (Owen, 1771)”.

El filósofo y economista escocés Adam Smith citaba lo siguiente en una de sus más grandes obras que desarrolló a lo largo de su vida:

“Ciertamente, no se puede valorar como feliz y próspera una sociedad donde la mayoría de sus miembros están reducidos a la pobreza y la miseria. Lo justo, no obstante, exige que aquellos que alimentan, visten y dan hogar a todo el cuerpo de la nación, tengan, en el producto de su propio trabajo, una parte suficiente para poder alimentarse, vestirse y encontrar vivienda por sí mismos (Smith, 1776)”.

¿Por qué no subir de golpe el valor del salario mínimo y así combatir la desigualdad e impulsar un crecimiento económico? Sería una pregunta lógica, pero son muchos los factores que pudiesen dar origen como respuesta a la pregunta. México busca competir a nivel internacional ofreciendo al mercado una mano de obra barata para las empresas extranjeras, así como también diversos beneficios muy por encima del empresario mexicano. Subir los sueldos a cifras más elevadas implicaría que tales empresas duden en querer venir a nuestro país, quedando rezagado de la competitividad internacional. Visto de ese modo los intereses del gobierno resultan provechosos solo para algunos cuantos y no para el pueblo quienes son los que día a día sacan adelante el trabajo.

Contrario a lo que se pudiese pensar a la lógica, elevar el salario mínimo no erradica directamente la pobreza, o al menos no es la solución maestra. Por ello, otra posible respuesta a la pregunta, sería que se considera que si se cambiase el salario por un valor muy significativamente alto de la noche a la mañana, es que esto generaría una gran inflación en el país, sin dejar de lado que ello resulte contraproducente. El trabajador en sí ganará mas, absolutamente todos tendrían más margen de gasto, los productos en general estarían al alcance de todos, crecería de manera abultada la demanda, viéndose los productores en el escenario de no poder satisfacer tal cantidad de demanda y por ende, los comerciantes, y tiendas en general, comenzarían a elevar el precio de sus productos. El sitio web Forbes.com expone de manera clara lo anteriormente escrito y que pasaría si se subiese de golpe el salario mínimo en México:

“Sin hablar por ahora de las consecuencias en todo aquello que está indexado al salario mínimo, el problema principal de la propuesta es que se elevarían de un momento a otro los costos para las personas y empresas que dan empleo. Ese costo extra tendría que asumirse por los empresarios en varios frentes simultáneos: a) trasladándolo al consumidor subiendo los precios y arriesgándose a perder mercado y competitividad; b) sacrificando de forma injusta su margen de ganancia, pues el gobierno no tiene por qué castigar más a quien genera riqueza, empleos y paga impuestos. Se inhibe también la creación de más empresas; c) recortando otros costes, y para ese fin, entre lo primero que figuraría es el despido de personal.
Por donde se le vea, el negativo efecto dominó que provoca una medida populista como esta, supera por mucho los posibles beneficios temporales que se conseguirían.
Para decirlo claro, subir el salario mínimo artificialmente terminaría generando desempleo, y por si fuera poco, condenaría de manera discriminatoria e injusta a los trabajadores menos cualificados, pues al resultar más caro emplearlos, habría menos empleo formal disponible para ellos. Los descendentes puestos laborales se pelearían aún más entre prospectos con mayor calificación (Forbes.com.mx)”.

5.- CONCLUSIONES: Está claro que el salario mínimo no se va a aumentar significativamente de un año a otro, ni mucho menos hacerlo resolverá los problemas del país. Lo que si es necesario es al menos modificarlo a un valor justo y que cumpla con lo establecido en la Ley. Por otro lado, el gobierno tendría que ver más por los intereses del pueblo mexicano a la hora de querer ser candidato viable para inversiones de empresas extranjeras y no “abaratar” la mano de obra de los mexicanos con tal de “consentir” por delante de nosotros mismos a los extranjeros. Apoyar radicalmente a los empresarios de productos cien por ciento mexicanos y ayudar que sea productos de calidad y de competencia a nivel mundial. El generar, consumir más nuestros propios productos, y colocarlos en un mercado global. Actualmente la mayoría de las cosas que utilizamos a diario son de origen extranjero, cuando bien pudiésemos estar produciendo nuestros propios automóviles, computadoras, televisiones, celulares, etc. y ya no digamos nuestra propia gasolina. Invertir y pensar más a futuro y no desvivirse por hacer el jugoso negocio a corto plazo.

El gobierno es incapaz de darnos algo sin despojarnos de algo más (Hazlitt, 1946)”.


6.- BIBLIOGRAFIA:

Art 90 Ley Federal Del Trabajo.

Diario Oficial de la Federación:



Karl Marx. Trabajo Asalariado Y Capital. 1849. Berlín.

Adam Smith. La riqueza de las naciones. Reino unido.1776

Robert Owen. Powys.1771

Hazlitt Henry. La economía en una lección.1946





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