¡Su Majestad!
LA CORRUPCION
Por el profesor: Dr. Teodosio Palomino Ramírez
La
corrupción ha contaminado con severidad a toda la sociedad, sobre todo a
quienes detentan el poder, con lo cual han podido ganar, por efecto de
toda la impudicia, el cinismo, el deshonor y la ausencia de escrúpulos,
fortunas similares a las que amasó el legendario Creso. Los delitos
mayores emanados de la corrupción, son protagonizados no solo por los
políticos, funcionarios públicos, servidores del aparato estatal sino
también por quienes administrar las finanzas, el comercio y la cultura
que les permiten actuar al compas de sus intereses y de su libre
albedrio.
Debe aclararse, pesar
de todo, que la corrupción cunde también entre los desposeídos, pero
mientras ellos sólo reciben migajas, la presa mayor la consume el
potentado.
Si
un poderoso delinque o roba una fortuna, o no paga impuestos,
usualmente no es puesto tras los barrotes de una celda, pero si es un
indigente quien delinque, o comete un leve hurto muchas veces, por
efecto de la iniquidad y la injusticia, es posible que deba cumplir
penalidad en una cárcel, después de haber sido defendido en muchas
oportunidades por un abogado de oficio. En términos precisos es
necesario esclarecer que los poderosos y pudientes eluden
fácilmente a la justicia, pero la ley si se aplica con inhumano y
desproporcionado rigor sobre los carentes de influencia o patrocinio.
Bajo el pararrayos de
la justicia social se oculta hipócrita y cínicamente la plaga de la
corrupción, enfermedad social que atenta contra la salud de la totalidad
de los países del mundo.
La
corrupción afecta, envenena, pervierte, degenera, ulcera, hiere, llaga,
altera, vicia, castiga, tuerce, azota, mutila, atenta contra el
orgullo, mancilla el honor, resulta letal para el desarrollo y daña al
orden jurídico, social, ético y habitúa a la ciudadanía al
incumplimiento de las normas en vigor.
No
es necesario disponer de un ojo clarividente para poder distinguir que
la corrupción se ha constituido en una tenebrosa mancha de aceite, que
se expande por doquier a medida que el tiempo transcurre, y no
exageremos al afirmar que la sociedad se ha extendido por donde quiera
que se le fije la mirada.
Es
posible captar la huella digital de la nefasta corrupción, sin
distinción hasta en los espacios y lugares más insólitos e
inverosímiles, entre los cuales funcionan sobre todo los vinculados al
poder político y económico. La corrupción, Ahí vigente, se ha
generalizado de modo tal que ya es difícil encontrar dentro de esos
cenáculos a hombres íntegros y justos que puedan
adjudicarse el titulo de honrados, virtuosos y honorables. Incluso,
tales enemigos de la decencia y el señorío imperantes en las altas
esferas y cúpulas lucen también, las manos salpicadas de lodo y a veces
de sangre inocente.
En
la actualidad, los justos pueden contarse apenas con los dedos de una
sola mano y los injustos con los cabellos de un niño de corta edad.
La
corrupción es, en la actualidad, la plaga mayor existente que ha
infectado y ha hundido sus raíces mas profundas, sobre todo en los
poderes políticos, jurídicos, económicos y cultural.
Los
corruptos disponen, usualmente, de cuantiosas fortunas que les permiten
comprar conciencias , sobornar a los espíritus débiles, dominar a la
opinión publica, encandilar a la prensa y gozar de los servicios
condicionados de las mentes más lucidas del mundo civilizado, entre las
cuales sobresalen intelectuales de primer nivel y destacados
profesionales del comercio, de la banca y de la cultura.
La corrupción, la de más alto grado, echa raíces profundas en las más elevadas esferas de la sociedad.
Necesario
y urgente es adoptar con premura medidas congruentes para derrotar en
definitiva a la plaga de la corrupción de la cual somos victimas. Para
tal efecto, debe realizarse, lo mas pronto posible, una urgente
selección de los personajes más sanos, intachables, virtuosos y honestos
de la comunidad, encargándoles la misión de liderar un movimiento capaz
de luchar con mística y denuedo en pro de la ética. Dicho en otros
términos, la crema y nata de nuestra sociedad debes ser protagonista de
los cambios exigidos por las buenas costumbres y la honradez. Solo así,
mediante una enérgica y efectiva cruzada ética, será posible transformar
el rumbo actual de la humanidad, orientándola hacia un horizonte
provisto de la verdad y de la magnificencia. Solo así podrá esquivarse
la embestida de la corrupción.
El
día que la corrupción caiga derrotada, renacerá el mundo y,
consecuentemente, germinara una igualdad que terminará en definitiva con
la explotación, el desempleo, la pobreza, el analfabetismo y todas las
subplagas que hoy afligen a la humanidad.
Para
concluir, sostenemos categóricamente, que no solo es corrupto quienes
roban, asaltan y se apoderan malignamente de los bienes públicos y
privados. Lo son también todos aquellos que le arrebatan al pueblo, con
sus mentiras y embustes sus mas caros sueños y sus mas acariciados
anhelos, expresándolos cual flagrantes verborrea en plazas, calles,
parques y en ambientes confortables sin pudor ni vergüenza.
Ojalá
pueda acabarse pronto con la diabólica figura de la corrupción que sólo
concluirá cuando el hombre, por obra de la educación y de la ética,
pueda separar de si la perversidad que lo desacredita, convirtiéndolo en
lobo de sus semejantes.
Luchemos
entonces por edificar un mundo nuevo y mejor, donde prevalezcan, la
honradez, la decencia, la justicia y la solidaridad humana.
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Muchos se preguntan: ¿Vale la pena ser moral en una sociedad inmoral?
¿No es más
práctico seguir la corriente? ¿Qué razones existen, en una sociedad que
acepta institucionalmente la corrupción, para ser una persona justa y
honesta?
La
corrupción delata la decadencia moral y económica de una sociedad
política; pero ese vicio no se soluciona solamente con predicas morales.
Sino con políticas concretas de acción y de conductas públicas y
privadas.
La
desnaturalización del Estado se produce por la corrupción de sus
funcionarios. El Estado debe ser un instrumento jurídico-administrativo
al servicio del bien común de su población; pero si los agentes del
poder público utilizan sus organismos y funciones para su servicio
particular o individual, se instala la corrupción, y, consiguientemente,
se degrada y desnaturaliza el conjunto de la sociedad política.
En
muchos países la corrupción empieza cuando en el ingreso a la carrera
pública no se cumplen los requisitos y condiciones de idoneidad y
probidad previstas en la ley; cuando se evita el mecanismo del concurso
público y se lo reemplaza por las designaciones directas de parientes,
amigos y correligionarios de los detentores del poder, se instala el
virus de la corrupción.
La
corrupción en nuestros gobiernos, tanto constitucionales como de facto,
de derecha o izquierda, de uno u otro partido, no constituye otra cosa
que la manifestación de un mal que se encuentra enquistado en nuestra
sociedad.
Antes, solía decirse que los pueblos tienen el gobierno que se merecen.
Hoy día, se admite que tienen el gobierno al que se le parecen.
La Asociación Iberoamericana de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social "Guillermo Cabanellas" conmemora
su 40 aniversario, por tal motivo se realizara la XXVII
JORNADA IBEROAMERICANA "NUEVO ROSTRO DEL TRABAJO” que tendrá lugar del
miércoles 28 al viernes 30 de noviembre de 2012 en Lima-Perú. Están
cordialmente invitados a este magno evento.
http://www.congresointernacionalcabanellas2012.com/https://www.facebook.com/profile.php?id=100003589434616&sk=wall
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Comisión de Difusión-Perú del 40 Aniversario de la Asociación Iberoamericana de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social "Guillermo Cabanellas" y la XXVII JORNADA IBEROAMERICANA "NUEVO ROSTRO DEL TRABAJO” que tendrá lugar del 28 al 30 de noviembre de 2012 en Lima-Perú.
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