LEY
DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN QUERÉTARO
Hace tiempo en nuestra entidad, la
legislatura local había planteado, estudiado y cabildeado en comisión y en
Pleno la aprobación de la Ley de
Participación Ciudadana, sin que se tuviera éxito, debiéndose a que
nuestros honorables y respetuosos ciudadanos políticos y flamantes “servidores
públicos”, dueños temporalmente de nuestro Estado, le son de importancia otros
rubros sociales, dando como consecuencia que los legisladores se inclinen en
una trifulca y negociaciones oscuras que dejan muchos el distar de la realidad
social en que vive el estado y su distrito –colonias, fraccionamientos,
comunidades, entre otros-, olvidando por entero el espíritu de su vocación
social, dando como resultado una pésima gestión en su vida política.
En horabuena por los legisladores que
han permitido que la, tan ansiada, Ley de Participación Ciudadana sea hoy una
realidad, dejando de lado sus diferencias personales, es por ello que el estado
de Querétaro, sigue en su arduo camino de ser un estado innovador y vanguardista
en las reformas constitucionales, necesarias e idóneas que al estado le son de
urgente aplicación, teniendo como objetivo principal que su ciudadanía se
involucre aún más en su vida social y política.
Crear leyes que cumplan los requisitos
de necesidad, de factibilidad, de operabilidad y congruencia no tiene precio,
lo que si tiene precio y que no se vale es que se negocien y aprueben leyes al
vapor y sin rumbo cierto para el estado. Usted mi estimado lector, se ha de
acordar la aprobación al vapor de la más reciente Constitución local del
estado, que dejó mucho que desear, que careció de análisis, profundidad,
alcances y beneficios para los ciudadanos y no para que un reconocido diputado
que después se sirviera con la cuchara grande; que ironía, pareciere que estas
últimas legislaturas se han caracterizado por ser meramente amarillistas y
protagonistas, sin objetivos claros más que el de ir por su beneficio propio,
por la falta de humildad y compromisos hacia los ciudadanos. Hace falta
voluntad política y humana para que se pongan a trabajar en lo que realmente le
aqueja a nuestra sociedad y que son los temas sociales, políticos, económicos y
culturales que se quedan en el dicho y en el olvido de sus servidores públicos.
Ahora que se ha aprobado la nueva Ley de Participación Ciudadana en
nuestro estado, se vislumbra una nueva etapa y rumbo social, donde el ciudadano
tiene nuevas herramientas sociales para participar en la vida interna y externa
del estado, donde se puede pedir con mayor ahínco soluciones a los problemas
actuales que padece el estado en su conjunto.
La ciudadanía tiene hoy una herramienta con
la cual se podrá luchar por las propuestas sociales reales de su comunidad,
colonia, fraccionamiento, etc.; donde si es su decisión la ciudadanía será
ahora más estricta para exigir a los servidores públicos una exacta y correcta
transparencia y rendición de cuentas en su quehacer político, democrático, económico y social.
Es cierto, que la nueva generación de
jóvenes se encuentran revolucionados, donde se interesan por el bienestar de su
alrededor y de sus prójimos, donde discuten temas de importancia para su estado
y su país, tomando decisiones importantes, siendo un medio importante para
expresar sus ideas y quejares las redes sociales, faltando exclusivamente que
lo hagan valer ante las instancias correspondientes, Hace falta que su libertad
de expresión se escuche y sea tomada en cuenta en los foros y mesas de debate ciudadanas.
Un estado sin educación es un estado
muerto, es por ello que los jóvenes se han puesto como meta culminar mayores
estudios; donde la educación en México se ha volcado a ser más exigente,
teniendo como impacto directo el incremento de alumnado en las universidades y
escuelas a nivel licenciatura. Entre más educación obtenga un joven mayores
posibilidades tendrá de alcanzar y realizar sus objetivos de vida.
Esperando que estas líneas le sean de
utilidad, quedo de usted para sus comentarios.
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