sábado, 26 de octubre de 2013

Rompiendo estereotipos El techo de cristal Natalia Aguilar Treviño




Hace algunos años, la mujer siempre se encontraba por debajo del hombre en aspectos laborales, escolares, en calidad de vida, y muchos más. Con el paso del tiempo y la evolución de la cultura, se dice que esto ha cambiado. La mujer tuvo oportunidad de asistir a la escuela, tener derecho al voto, y comenzó a tener presencia en la vida laboral, sin embargo, éstos cambios se han presentado de manera diferente dependiendo del país del que se hable.

Se piensa que actualmente, y casi en todo el mundo, la mujer y el hombre ahora se encuentran en igualdad de circunstancias en casi todos los aspectos de la vida, sin embargo, ¿es verdad?  A simple vista, y analizando nuestro entorno de manera general, podríamos decir que sí, sin embargo, si  se analiza de manera un poco más minuciosa, puede que no sea del todo cierto. Un aspecto que considero es de suma importancia en cuanto a la igualdad de género, y en el cuál se debe prestar mayor atención, es el laboral.

Al no existir la igualdad de género, estamos hablando de discriminación. De acuerdo con la OIT, la discriminación implica un trato diferente a causa de ciertas características como la raza, color o sexo, y genera un deterioro en la igualdad de oportunidades y trato, a la vez que fortalece las desigualdades (OIT, 2013). La discriminación impide que las personas puedan desarrollarse de manera libre y explotar sus capacidades, conocimientos y habilidades, además de que limita y trunca las aspiraciones de las personas. La discriminación es a su vez un comportamiento y/o actitud, que carece del sentido de justicia social, impidiendo que se pueda dar un ambiente de igualdad.

Por el contrario, la igualdad de género es el principio que reconoce quelas necesidades y características de mujeres y hombres son valoradas y tomadas en cuenta de la misma manera, de modo que sus derechos, responsabilidades y oportunidades no dependen de su sexo (STPS, 2009)

Dentro de la igualdad de género, se encuentra  la igualdad laboral que es el principio que reconoce las mismas oportunidades y derechos para hombres y mujeres, así como el mismo trato, en el ámbito laboral, independientemente de su sexo (STPS, 2009).

En muchas ocasiones, la mujer se encuentra constantemente por debajo del hombre, siempre bajo la subordinación, mientras que en otras situaciones, simplemente no se le permite seguir avanzando. Un importante concepto que llama la atención hoy en día es la existencia del llamado “techo de cristal”, el cual hace referencia a la falta de igualdad laboral.

El techo de cristal, es un concepto que se fué creando y tomando importancia a partir de los años 90, mediante estudios de sociólogos que se fueron interesando por el papel de la mujer en el ámbito laboral. El techo de cristal constituye una superficie superior invisible, pero implícita, en la carrera laboral de las mujeres, la cual es difícil de traspasar y que impide a su vez el avance de éstas (Vallejo de Dios & Martínez Pieza, 2012)

La invisibilidad de éste, está conformada a base de diferentes límites o barreras no escritas que le son impuestas a las mujeres y que impiden su avance y fácil acceso a puestos de mayor importancia y responsabilidad.

A su vez, también se le conoce con el nombre de “suelo pegajoso” ya que mantiene a las mujeres en la base de la pirámide económica y laboral, impidiendo que éstas puedan desarrollar sus conocimientos y profesión de manera libre y con equidad.

El techo de cristal, es un comportamiento o actitud que no se limita simplemente a un ámbito en específico, sino que se puede encontrar en diversos ámbitos como el político, empresarial y cultural. A su vez, dentro de éste tipo de práctica, existe la segregación laboral tanto vertical como horizontal. La horizontal es aquella que alude a la concentración de las mujeres en ocupaciones consideradas femeninas, mientras que la vertical es aquella que alude a la menor presencia relativa de las mujeres a medida que se asciende en la estructura ocupacional (OIT, Combatiendo la desigualdad desde lo básico, 2012). Ésto nos quiere decir, que hay desigualdad laboral hacia la mujer de diversas maneras, ya sea impidiéndole que pueda ascender de puesto, o encomendándole tareas que se consideran únicamente para mujeres.  

A pesar de la aún existente desigualdad laboral entre hombres y mujeres, alrededor del mundo se han realizado acciones a favor de la equidad de género. En el 2010, la ONU creó ONU Mujeres, organización de las Naciones Unidas que se dedica a promover la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer, buscando mejorar las condiciones de vida de éstas y responder a sus necesidades (Women, 2013).

La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, busca eliminar la discriminación contra la mujer, y establece que se adoptarán medidas apropiadas para eliminar la discriminación en el ámbito laboral asegurando los mismos derechos para la mujer en cuanto a oportunidades, ascensos laborales, prestaciones y seguridad social, igualdad de remuneración, etc. (STPS, 2009).

Por su parte, en México, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social desarrolló la Norma Mexicana para la Igualdad Laboral entre Hombres y Mujeres, la cual incluye indicadores, prácticas y acciones para fomentar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, sin importar sexo, género, estado civil, lengua, entre otras. Busca también la igualdad e inclusión laborales, a través de la creación de condiciones para el trabajo digno, bien remunerado, así como libre de discriminación, que permita que tanto hombres como mujeres puedan realizarse profesionalmente (STPS, 2009)

Ahora bien, a su vez, además de la creación de organizaciones a favor de la igualdad de género en el ámbito laboral, en México también se cuenta con leyes que buscan a su vez proteger y respaldar esta práctica.

En el artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se determina que para trabajo igual, debe corresponder salario igual, sin tener en cuenta sexo ni nacionalidad. 

La Ley Federal del Trabajo en su artículo 2 dice que se tutela la igualdad sustantiva o de hecho de los trabajadores frente al patrón, la cual se logra eliminando la discriminación contra las mujeres, y que supone el acceso a las mismas oportunidades, considerando las diferencias biológicas, sociales y culturales de hombres y mujeres. Por su parte, en el artículo 86 también se menciona que a trabajo igual, debe corresponder salario igual (Ley Federal del Trabajo, 2012).

Sin embargo, aún cuando existan leyes y organizaciones que buscan promover la igualdad de género en el ámbito laboral y el cuidado y la protección de la mujer, la mayor parte de las veces ésto no se lleva a cabo. Aún cuando todo esté escrito y las organizaciones sean formales, una cosa es decirlo y otra hacerlo. El que se obligue a las personas mediante las leyes a que haya una igualdad laboral, no implica que ésta exista. 

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de las Mujeres, la participación de éstas en el porcentaje de personas económicamente activas aumentó de 36.8 a 41.4%, mientras que la de hombres se redujo de 82.1 a 78.2% (Instituto Nacional de las Mujeres, 2008). 

Por su parte, el ingreso es uno de los rubros en donde más desigualdad se puede percibir y en donde mayor se marca ésta, ya que una proporción importante de mujeres trabaja sin recibir pago alguno. El 10.4% de las mujeres no reciben pago por su trabajo, mientras que solamente el 5% de los hombres se encuentran en esta situación (Instituto Nacional de las Mujeres, 2008). 

A pesar del incremento de la participación femenina en el área laboral, su participación sigue estando por debajo del hombre debido a discriminación en diversos ámbitos. 

Por su parte, información sobre el trabajo remunerado al año 2007, revela que la mitad de las mujeres que trabajan y reciben un pago, ganan como máximo 2 salarios mínimos, mientras que en los hombres esto es solamente al 32.3%, diferencias que surgen principalmente debido al número de horas que cada uno dedica al trabajo. El ingreso promedio por hora trabajada de un hombre es de 31.46, mientras que el de una mujer es de 31.94, de acuerdo con datos al 2013 (Instituto Nacional de las Mujeres, 2013). 

Ahora bien, de acuerdo con los datos anteriores, pudimos observar cómo es que la mujer se enfrenta constantemente a discriminación laboral de diversas maneras. Ésto, funciona como causa y consecuencia del techo de cristal, situación en la que la mujer se encuentra limitada en su empleo.

De acuerdo con Burn, siete son las causas principales que explican el techo de cristal:

  •  La extendida creencia de que la mujer aporta menos capital humano o recursos a las instituciones
  •  La percepción de que la mujer no dirige tan bien como los hombres 
  • La persistencia de estereotipos acerca de los atributos personales de las mujeres
  •   Existencia de organizaciones cuyas normas favorecen la contratación y ascenso de los hombres
  •   Percepción por parte de los hombres de que el compromiso femenino primario está en la casa y con la familia
  •   Persistencia de instituciones en donde a las mujeres no se les permite acceder a experiencias que les permitan avanzar en la organización
  •   Existencia de organizaciones que dificultan la movilidad ascendente de las mujeres

(Vallejo de Dios & Martínez Pieza, 2012)

Lo anterior, solamente nos muestra algunas de las que se creen son las principales causas de la existencia del techo de cristal, sin embargo, aún hay muchas más, como por ejemplo, el hecho de que muchas veces la mujer solamente tiene un trabajo parcial, debido a que divide su tiempo también en el ámbito familiar, lo que le puede impedir ascender en la estructura de la organización, sin embargo éstas causas pueden variar. 

Cabe mencionar, que a pesar de que existen muchas desigualdades en el ámbito laboral aún actualmente, por ejemplo en cuanto a la segregación laboral, los estereotipos sexuales, y la poca diversidad laboral, se han logrado diversos progresos en cuanto a la participación de la mujer en el trabajo remunerado en los últimos años. 

Aún así, la discriminación sigue formando parte de nosotros, tal y como mencionó en el 2011 Javier Lozano, quien era el actual Secretario  de Trabajo y Previsión Social: “Sin duda existe un sesgo discriminatorio que persiste en el ámbito laboral, donde las condiciones económicas negativas y los recortes de personal afectan más a las mujeres que a los hombres” (Notimex, 2011)

Es importante a su vez mencionar, que la igualdad en el empleo, no solamente permite un ambiente de mayor justicia y equidad en la organización, sino que permitirá que ésta tenga un mejor desempeño en el mercado, ya que es una organización que permite que todos sus empleados sin importar género, desarrollen al máximo sus capacidades, conocimientos y habilidades, logrando no solo beneficiarse a sí mismos, sino también a la empresa en sí. 

En acuerdo con ésto, mencionó en el 2012 Michelle Bachelet, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres: “Garantizar la igualdad de oportunidades para mujeres y hombres no sólo es una medida justa, es también una estrategia económica rentable”, y continuó: “Si bien las mujeres contribuyen a la economía y a la productividad en todo el mundo, siguen enfrentando muchos obstáculos que les impiden realizar su pleno potencial económico. Esto no sólo inhibe a las mujeres, además frena el rendimiento económico y el crecimiento” (OIT Noticias, 2012). 

Es necesario, que todos tomemos consciencia de éste asunto y conozcamos la importancia de ello. No podemos mantenernos ajenos a éste hecho, y pretender que no existe. El techo de cristal sí existe, y está aún presente actualmente. 

Debemos tomar acciones en contra de la existencia de éste comportamiento tan bajo. No es preciso que nos mantengamos al margen y nos conformemos con el hecho de que existan leyes y organizaciones que buscan impedir estos actos. Debemos exigirles a las organizaciones y dependencias de gobierno que busquen mecanismos que apoyen y fomenten la participación laboral de la mujer de una manera equitativa, manteniendo el derecho de éstas a poder ascender libremente dentro de la organización, y buscando reducir las brechas salariales y la segregación laboral en cualquiera de sus formas. 

Por nuestra parte, no debemos esperar a que las autoridades y organizaciones correspondientes actúen, sino que también debemos comenzar a actuar por nosotros mismos. Gran parte de ésta percepción e ideología sobre la existencia del techo de cristal, se forma desde los primeros años de edad, al percibir y presenciar los niños desde pequeños, que existe una diferencia entre el hombre y la mujer en diversos aspectos, tanto familiares, como sociales y laborales, cosa que no es verdad.

Una manera de evitarlo, es mediante la educación. La educación es ésa arma que nos permite estar conscientes de la realidad a nuestro alrededor y nos evita ser engañados en un futuro. Si desde pequeños, en las escuelas y en al ámbito familiar, se inculca a los niños que existe una igualdad entre el hombre y la mujer, esto contribuirá a la existencia de la misma. 

Es ésta igualdad en el trabajo que tanto buscamos, el centro de la existencia de un trabajo decente. Si tanto nosotros como las empresas fomentan su existencia, se podrá conseguir un ambiente de trabajo rodeado de justicia y ética, mismos que permiten a su vez un trabajo decente, y que permite que las personas desarrollen sus capacidades. Por su parte, los hombres deben estar conscientes de que el ascenso de una mujer, no implica una amenaza para ellos, sino una oportunidad de seguir creciendo todos en conjunto, uniendo fuerzas y complementando conocimientos y habilidades para beneficio de todos, mientras que las mujeres, si desean que este tipo de discriminaciones laborales que les impiden ascender terminen, deben comenzar por tener los conocimientos necesarios para poder desarrollar una vida laboral satisfactoria, y contar con un buen desarrollo profesional que les permita desempeñarse a la par de un hombre.

No podemos mantenernos en la oscuridad y la ignorancia ni permitir que las personas a nuestro alrededor lo estén.  Debemos actuar, ¿Y tú, estás dispuesto a romper estereotipos?




Bibliografía
Ley Federal del Trabajo. (Noviembre de 2012). Recuperado el Octubre de 2013, de http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/125.pdf
Mujeres, I. N. (2008). Desigualdad de género en el trabajo. Recuperado el Octubre de 2013, de http://cedoc.inmujeres.gob.mx/documentos_download/100923.pdf
Noticias, O. (Diciembre de 2012). Organización Internacional del Trabajo. Recuperado el Octubre de 2013, de Desigualdades de género en el mercado laboral: Dos pasos hacia adelante, uno hacia atrás: http://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/news/WCMS_195455/lang--es/index.htm
Notimex. (Marzo de 2011). CNN Expansión. Recuperado el Octubre de 2013, de STPS crea norma para la igualdad laboral: http://www.cnnexpansion.com/economia/2011/03/08/trabajo-mujeres-salarios-discriminacion
OIT. (2012). Combatiendo la desigualdad desde lo básico. Recuperado el Octubre de 2013, de http://www.unwomen.org/~/media/Headquarters/Attachments/Sections/Library/Publications/2013/1/combatiendo-desigualdad%20pdf.pdf
OIT. (2013). Organización Internacional del Trabajo. Recuperado el Octubre de 2013, de Discriminación al trabajo: http://www.ilo.org/global/topics/equality-and-discrimination/workplace-discrimination/lang--es/index.htm
STPS. (2009). Norma mexicana para la igualdad entre hombresy mujeres. Recuperado el Octubre de 2013, de http://www.stps.gob.mx/bp/anexos/igualdad%20laboral/2.%20Norma%20mexicana%20para%20la%20igualdad%20laboral.pdf
Vallejo de Dios, D. S., & Martínez Pieza, G. (Junio de 2012). "Destrucción del techo de cristal con la educación a las mujeres". Recuperado el Octubre de 2013, de http://ciid.politicas.unam.mx/semprospectiva/dinamicas/eventos/prospec_2012/destruccion_techo_cristal_educacion_mujeres_delia_selene_dios_vallejo.pdf
Women, U. (2013). ONU Mujeres. Recuperado el Octubre de 2013, de http://www.unwomen.org/es/about-us











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