México es un país que
durante muchos años ha buscado crecer, tener una posición importante y
privilegiada en la economía mundial y llegar a ser una potencia importante.
Durante todo éste tiempo y a lo largo de la historia se han dado muchos
cambios, mismos que han transformado y llevado al país al lugar en donde se
encuentra actualmente, y los cuales también han logrado cambios en su pueblo y
en su cultura.
Las prioridades y
necesidades de los mexicanos fueron cambiando con el paso del tiempo, y con esto
su forma de vida, la industria, y la forma en la que el país tomaba su rumbo
como economía. Uno de los principales cambios que ha ido de la mano con los que
el país ha enfrentado es el trabajo. Anteriormente, era común que la mujer y
los hijos estuvieran en casa mientras que el padre se encargaba de trabajar
para mantener a su familia. Sin embargo, algo que siempre ha estado presente en
nuestro país, pero que en los últimos años se ha desatado de una manera
alarmante es el trabajo infantil.
Primeramente, debemos
tener muy presente qué es el trabajo. De acuerdo con la Organización
Internacional del Trabajo, el trabajo es el conjunto de actividades humanas,
remuneradas o no, que producen bienes o servicios en una economía, o que
satisfacen las necesidades de una comunidad o proveen los medios de sustento
necesarios para los individuos (OIT, Organización Internacional de Trabajo, 2013). Aún cuando el
trabajo debe prestarse en condiciones que favorezcan al trabajador y que le
permitan desarrollarse, en algunas ocasiones no es así, por lo que es necesario
aclarar, que se busca que las personas puedan ejercer su trabajo de una manera
decente.
De acuerdo con la Ley Federal del Trabajo, el
trabajo decente es aquel en el que se respeta plenamente la dignidad humana del
trabajador; no existe discriminación por origen étnico o nacional, género,
edad, discapacidad, condición social, condiciones de salud, religión, condición
migratoria, opiniones, preferencias sexuales o estado civil; se tiene acceso a
la seguridad social y se percibe un salario remunerador; se recibe capacitación
continua para el incremento de la productividad con beneficios compartidos, y
se cuenta con condiciones óptimas de seguridad e higiene para prevenir riesgos de
trabajo (Ley Federal del Trabajo, 2012).
Ahora bien, ¿es
posible creer que cualquier forma de trabajo infantil se puede efectuar de
manera decente? La respuesta es no. El trabajo infantil, es aquél tipo de
trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es
perjudicial para su desarrollo físico y psicológico (OIT, Organización Internacional de Trabajo, 2013), es decir, todo tipo
de trabajo que les impide a los niños ir a la escuela, los obliga a dejarla o
que simplemente es muy pesado. Sin embargo, aquél que no afecta a la salud de
los niños en ninguno de sus tipos, y que no impiden su desarrollo personal o
escolar, se puede considerar como una participación positiva, ya que permite
que los niños aprendan a trabajar y puedan ser productivos para la economía del
país en un futuro, sin embargo no es
considerado como trabajo infantil, debido a que no se da en las condiciones
anteriormente mencionadas.
Es claro, que no está
solamente la existencia del trabajo infantil, sino que éste se puede dar de
formas que resultan altamente dañinas para aquellos niños que lo prestan y que
son las peores formas de trabajo infantil, por ejemplo cualquier forma de
esclavitud, la venta o trata de niños, el trabajo forzoso, el reclutamiento
para guerras o conflictos armados, la prostitución y pornografía, la
contratación de niños para actividades ilícitas, y todo aquello que debido a
las condiciones en las que se presta pueda dañar la salud o la seguridad de los
niños. Ésto no quiere decir que algún otro tipo de trabajo infantil sea bueno ya
que ninguno lo es, sino que éstos tipos de trabajo son aún peores que los
demás.
En México, la Ley
Federal del Trabajo menciona en algunos de sus artículos lo referente al
trabajo infantil. Primeramente en el artículo 22 menciona que queda prohibida
la utilización del trabajo de los menores de catorce años y de los mayores de ésta
edad y menores de dieciséis que no hayan terminado su educación obligatoria.
Por su parte, es posible que aquellos mayores de 14 y menores de 16 años puedan
trabajar siempre y cuando muestren certificados médicos en donde se mencione
que están aptos para trabajar. Asimismo, aquellos menores de 16 años que
trabajen deben contar con sus vacaciones anuales pagadas mismas que deberán de
ser de 18 días laborables por lo menos, días de descanso obligatorios, y no
pueden trabajar más de 6 horas, mismas que deberán dividirse en periodos
máximos de 3 horas además de contar con una hora de descanso (Ley Federal del Trabajo, 2012).
Por su parte, la Secretaría
del Trabajo y Previsión Social, en conjunto con el INEGI y con el fin de obtener
una mayor idea de cuáles son las estadísticas y qué es lo que pasa con el
trabajo infantil en México, desarrollaron el Módulo de Trabajo Infantil, que es
un anexo de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. Ahora bien, de acuerdo
con datos del Módulo de Trabajo Infantil, al año 2011 había en el país 28.9
millones de niños de entre 5 y 17 años. De todos estos niños, al 2009 había 3.2
millones de niños que se mantenían ocupados, es decir que ejercían un trabajo,
sin embargo al 2011 ésta cifra se redujo a 3 millones (INEGI, 2011).
De esos 3 millones de niños que son
económicamente activos, el 39.1% no asiste a la escuela, es decir que 1.2
millones de niños no asisten a la escuela, y de los cuales un 72.3% son niños y
un 27.7% niñas (INEGI, 2011).
Es importante
mencionar, que de estos 3 millones de niños que trabajan, el 29.5% se dedican a
actividades agropecuarias, un 26.7% a la industria de servicios, y un 25.4% al
comercio, seguidos finalmente por la industria de manufactura y construcción (INEGI, 2011). Además, un 44.1% de
los niños no reciben ingreso por su trabajo, lo que nos lleva a recordar el
trabajo decente, por lo que aún cuando el trabajo infantil no puede ser
considerado decente, el hecho de que no sea remunerado es aún peor.
La mayor parte de las
veces, los niños ejercen un trabajo peligroso que puede afectar diversos
aspectos de su vida. Un trabajo peligroso es todo trabajo que se realiza en un
entorno laboral peligroso o insalubre, cuyas deficiencias en cuánto a nivel de
seguridad y salud podrían causar la muerte, lesión o enfermedad. Cabe señalar
que algunas lesiones pueden ocasionar una discapacidad permanente, ya que los
problemas de salud ocasionados por el trabajo en la infancia no suelen
manifestarse sino hasta que el niño es adulto (OIT, Organización Internacional de Trabajo, 2013).
Algunas de las
consecuencias del trabajo infantil peligroso son que un 4% de ellos sufren
enfermedades de trabajo o accidentes, un 5.5% trabaja en lugares inapropiados,
como por ejemplo minas, ríos lagos o mares, pisos elevados o andamios, calles
cruceros o avenidas, así como bares, cantinas y centros nocturnos. Además, un
28% se encuentra expuesto a riesgos, por ejemplo, polvo, gases o fuego, ruido
excesivo, temperaturas extremas, herramientas peligrosas y maquinaria pesada, productos
químicos y explosivos (INEGI, 2011).
Las estadísticas son
alarmantes, por lo que es preciso que se tomen medidas para poder erradicar éste
tipo de actividades que siguen siendo tan comunes no sólo en nuestro país, sino
alrededor del mundo, y que impiden que la economía y productividad del mismo
pueda ser del todo buena, y no únicamente eso, sino que además puede llegar a
afectar gravemente la salud psicológica, física y emocional de los niños, así
como otros aspectos de su vida como la seguridad y dignidad. Es debido a esto,
que algunas organizaciones y países han comenzado a tomar acciones en pro de
erradicar el trabajo infantil.
La Organización
Internacional del Trabajo, por su parte ha desarrollado el Programa
Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC), el cual fué
creado en el año de 1992, y que tal y como su nombre lo dice, tiene como
objetivo abolir de manera progresiva el trabajo infantil. Está guiado por los
principios consagrados en el Convenio número 138 sobre la edad mínima y el
Convenio número 182 sobre las peores formas de trabajo infantil de la OIT y es
operado en 88 países y es el programa más amplio del mundo en su género y el
más grande programa operativo individual de la OIT (OIT, Organización Internacional de Trabajo, 2013). Busca alcanzar su
objetivo promoviendo el programa en diversos países para que cada uno contribuya
a erradicar este mal y a concientizar a los demás. Sin embargo, a pesar de que
busca de manera general erradicar el trabajo infantil, como todo programa,
tiene prioridades, por lo que primeramente busca eliminar todos aquellos tipos
de trabajo infantil que son considerados como los peores, mismos que fueron
mencionados anteriormente.
Como parte de las
acciones y programas alternos que lleva a cabo el IPEC, creó una iniciativa de
Defensa de los Derechos del Niño a través de la Educación, las Artes y los
Medios de Comunicación (SCREAM). Es una iniciativa que busca ayudar a los
educadores del mundo para crear en todos los jóvenes conciencia sobre las
causas y consecuencias del trabajo infantil, pero lo hace de una manera
diferente a los demás programas, ya que busca hacerlo mediante el arte y la
cultura, logrando que la iniciativa sea más atractiva y fácil de entender para
los jóvenes (OIT, Organización Internacional de Trabajo, 2013).
Además del programa
IPEC, la OIT es la principal organización que ha buscado abolir el trabajo
infantil, y sus diversas acciones lo demuestran. En el año 2002, la
Organización instituyó el primer Día mundial contra el trabajo infantil, mismo
que es celebrado el 12 de Junio y busca crear conciencia en las personas
mediante una campaña en contra del trabajo infantil, y además busca que los
gobiernos, organizaciones, escuelas y todas las personas interesadas apoyen
esta causa.
Para poder lograr el
objetivo de erradicar el trabajo infantil, no basta solamente con que las
organizaciones a nivel mundial realicen campañas y programas en pro de la
causa, sino que además cada uno de los gobiernos de los países también
colaboren para que el trabajo infantil pueda desaparecer. Por su parte; en México,
la Secretaría del Trabajo y Previsión Social realiza una campaña para la
erradicación del trabajo infantil, misma a la que la Confederación de Cámaras
Industriales (Concamin) ha decidido unirse (El Economista, 2013). Esto se debe a que
en el artículo 173 de la Ley Federal del Trabajo se menciona que La Secretaría del Trabajo y Previsión Social
en coordinación con las autoridades del trabajo en las entidades federativas,
desarrollarán programas que permitan identificar y erradicar el trabajo
infantil (Ley Federal del Trabajo, 2012). Además, en México
existe la Comisión Intersecretarial para la Prevención y Erradicación del
Trabajo Infantil, que busca suprimir el trabajo infantil, y que a su vez
también se ha unido a la Concamin y la STPS para realizar acciones conjuntas en
pro de la abolición de éste tipo de trabajo.
Es muy difícil para
los diversos países y organizaciones poder generar un cambio y contribuir a la
erradicación del trabajo infantil si el país no se encuentra bien en los
diversos aspectos que abarca su economía y si no se concientiza a la población
de la importancia de éste hecho. México es una economía que aunque en los
últimos años ha podido sobresalir, aún hacen falta muchas medidas que permitan
que el país cuente con una economía estable. Si la economía del país se
encuentra en equilibrio, no existen problemas tal como lo es el trabajo
infantil.
Aún cuando ha habido
progresos en cuanto al trabajo infantil; ya que de acuerdo con las estadísticas
el número de niños que trabajan se ha reducido, aún hay mucho por hacer. No
basta simplemente con que las organizaciones importantes busquen erradicar éste
problema, sino que es necesario que se pueda realizar en conjunto con las
dependencias de gobierno y los ciudadanos. ¿Cómo se puede erradicar el trabajo
infantil si aún existen personas que contratan niños? Esto no se puede lograr
así. Es necesario que se tomen medidas más severas en contra de aquellas
personas o empresas que aún contraten menores de edad.
En México, el trabajo
infantil aún es uno de los mayores retos que existen en cuanto a materia
laboral. No es permitido, que los patrones se aprovechen de la necesidad de los
niños para contratarlos. La mayor parte de las veces los niños se ven obligados
a trabajar para poder aportar dinero al hogar, para ayudar con el gasto que
implican sus estudios o simplemente para poder sobrevivir. Sin embargo, esto no
se soluciona si ellos trabajan, sino con el trabajo que puedan tener los
padres. Es preciso que el gobierno ofrezca mejores oportunidades de empleo para
todos los mexicanos, para que de esta manera los padres puedan trabajar y poder
mantener a su familia con el salario que obtienen, y así los niños no se vean
forzados a trabajar. No existe forma de trabajo infantil en la que se respeten
los derechos humanos de los niños.
El hecho de que los
niños trabajen no solamente afecta al país económicamente y a las empresas en
cuanto a productividad, sino que además hace más grande el círculo de la
pobreza, misma que a su vez es una de las principales causas del trabajo
infantil.
Es necesario que se
tomen medidas urgentes para poder acabar con éste problema. Respecto al
gobierno, es necesario crear conciencia en la sociedad y los empresarios
mediante campañas y acciones en pro del fin del trabajo infantil. Por su parte,
los empresarios, deben ser obligados por el gobierno a no aceptar bajo ninguna
circunstancia que niños menores de edad trabajen en sus instalaciones. Esto no
lo deben hacer solamente por el hecho de que el gobierno se los pida, sino por
el hecho de ser una persona ética, que tiene valores y que a su vez está
contribuyendo a respetar los derechos humanos de los niños, ya que no los
estarían ayudando por el hecho de contratarlos, sino por el contrario, al no
contratarlos.
El hecho de que los
niños trabajen limita su desarrollo físico, psicológico y emocional, al tiempo
que trunca su desarrollo educativo. Es necesario que se ofrezcan mayores
programas educativos y apoyos en la educación básica para que de ésta manera
los niños continúen con sus estudios y no los dejen por la necesidad de
trabajar y contribuir al hogar o sobrevivir. No es posible que se pueda obtener
un trabajo decente en un futuro si no se cuenta con la educación necesaria para
hacerlo, por lo que ésta juega un factor clave en la eliminación del trabajo
infantil y la obtención de mejores oportunidades de empleo en un futuro, mismas
que el gobierno se debe encargar de ofrecer.
Muchas son las
consecuencias que trae consigo el trabajo infantil, tal como una educación
inconclusa, limitación del desarrollo del niño en sus diversos aspectos, la
presencia de posibles riesgos y accidentes de trabajo que pueden provocar daños
irreversibles en la salud física del niño, violación de sus derechos humanos,
falta de ética por parte de los empresarios que los contratan, así como
problemas en la economía del país. Es importante mencionar a su vez, que cuando
los niños se ven sin opciones de trabajo en las empresas y realmente es algo
necesario para ellos en ese momento, pueden llegar a trabajar en el sector
informal de la economía, o hasta caer en las manos del crimen organizado como
una salida rápida y que puede traer solución a sus problemas económicos de
manera instantánea.
Aún hay mucho por
hacer en cuanto al trabajo infantil, ya que es un problema aun más grave de lo
que podemos dimensionar, y aún más cercano a nosotros de lo que imaginamos, ya
que es algo que podemos encontrar diariamente en nuestro país y cerca de
nuestras vidas. El trabajo infantil es un problema muy importante, y por lo
mismo es algo que no se puede erradicar de un día a otro, sino que toma tiempo
poder lograrlo. Es necesario que las organizaciones, gobierno, empresarios y la
sociedad tomemos cartas en el asunto y trabajemos en conjunto todos mirando
hacia el mismo objetivo, que es que ya no haya más niños a nuestro alrededor
que se ven en la necesidad de trabajar. Debemos aumentar nuestros esfuerzos, y
creo que la mejor manera de terminar con éste problema es mediante la educación
y una mejor oportunidad de empleos por parte del gobierno. No podemos
mantenernos ajenos a un problema tan importante, es necesario que todos
trabajemos por los niños.
Bibliografía
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