jueves, 25 de octubre de 2012

PARA QUÉ SIRVE LA COLEGIACIÓN DE PROFESIONES. Lic. Jesús Arturo Vallejo Mauricio




Desde los tiempos de los egipcios, griegos y romanos, se hace referencia a la figura de los Colegios, donde la ciudadanía se dividía por arte, oficio o profesión, siendo una sociedad más organizada y capaz de exponer y solucionar sus deficiencias, llevando con el debido respecto sus reclamos y carencias de su ardua labor ante la autoridad, mismo que en sesiones públicas exponían, discutían y determinaban la nueva forma de reglamentar y ordenar los diferentes oficios, artes y comercios, llegando a dictarresoluciones viables y coherentes, que beneficiaban a los ciudadanos dedicados a los oficios diversos.

En la antigua Roma, el ilustre y aclamado orador Cicerón, sienta el precedente más claro de su tiempo, los denominados “advocatis”, que eran profesionales especializados en el área jurídica, mismos que con el transcurso del tiempo fueron los que interpretaron y argumentaron las leyes de aquellos tiempos.

Ya en la Edad Media, emerge el nuevo modelo de ciudadanos, que son caracterizados por descubrir los problemas que aquejan en ese tiempo a la sociedad, que son las enfermedades estigmatizadas por muchos años y que siguen lo señalado con gran fuerza por Hipócrates de Cos, teniendo ahora una nueva era del conocimiento, la medicina, y la ingeniería, llegando con ello la denominada época de la Ilustración. Teniendo como objetivo principal, la investigación y la experimentación para encontrar soluciones idóneas para sanar las diversas enfermedades que quejaban a los países de ese tiempo, obteniendo con ello, avances insólitos en la medicina general y que hoy en día las universidades de todo el mundo las implementan en sus currículas como principios y teorías a seguir.

Es así que en los tiempos modernos, las universidades (públicas o privadas) son el parteaguas para que los colegios profesionales admitan dentro de su gremio a los profesionistas egresados de las diferentes instituciones educativas y que en principio, deberán seguir los protocolos y reglas que dicho Colegio les imponga, con el objetivo de que el nuevo agremiado sea capaz de  poder visualizar, analizar, proponer, discutir, socializar y realizar labores de altruismo que vayan a favor de la sociedad. Lo antes citado son menesteres que actualmente se han perdido, se han esfumado, brillan por su ausencia en los diversos colegios de profesionistas, ahora solo buscan sus agremiados el beneficio económico propio y no el de la colectividad.

Sería relevante mencionar que la colegiación de profesiones, se da con mayor ahínco en el siglo XIX, con el llamado desarrollo del conocimiento –que actualmente diríamos desarrollo cibernético–, donde los países europeos, buscan allegarse de todo tipo de conocimiento intelectual con la finalidad de obtener mayor fuerza económica, obteniendo con ello un lugar privilegiado en las altas sociedades y logrando una mejor calidad de vida. Es cierto que ahora la educación se ha convertido en un negocio de familias, donde se comercia a toda costa con la educación, sin que ello indique que la educación cumpla con los requisitos establecidos por las normas de calidad y de servicio y donde el Estado se deslinda por cumplir con su obligación constitucional, eludiendo el mandato constitucional, que expresamente ordena que la educación debe ser laica y gratuita. Pero eso es otro tema que merece su respectivo estudio especial.

Como bien lo enuncia la Real Academia Española, “Colegiar”, significa: 1. Inscribir a alguien en un colegio profesional; 2. Dicho de los individuos de una misma profesión o clase. Reunirse en colegio.

Es imprescindible hacer mención, que actualmente el significado queda rebasado, pues los colegios de profesiones no reúnen los requisitos esenciales de aportar nuevos estudios, conocimientos, veracidad y transparencia, no cumplen con sus propios estatutos y no llegan a ser ante la sociedad organizaciones que transmitan confianza, perdiendo con ello, la importancia y credibilidad ante los ciudadanos y sus propios agremiados. Otro aspecto importante por resaltar es que las autoridades no se apoyan en los colegios profesionales para el estudio, análisis y emisión de un documento que puntualice los pros y contras de un caso en particular y que tiene como finalidad primordial, el satisfacer las necesidades actuales de una sociedad en constante evolución. ¿Por qué será?

Esperando que estas líneas le sean de utilidad, quedo de usted para sus comentarios.


martes, 16 de octubre de 2012

CONDICIONES DE TRABAJO EN LOS MERCADOS DE ABASTOS. Lic. Jesús Arturo Vallejo M.



Los mercados de abastos que se encuentran establecidos en todos y cada uno de los estados de la República mexicana enfrentan una serie mayúscula de irregularidades en torno a las condiciones de trabajo que mantienen los patrones con sus empleados, subordinados y más que para unos los subalternos.
 
Es sorprendente apreciar que desde muy temprana horas de la madrugada, todos los días de la semana, se encuentran abiertos al público los mercados de abastos, estando a disposición de los clientes, comerciantes de todo tipo, las diferentes áreas de comercio que se encuentran albergadas tanto en el interior como en el exterior de dichos mercados. En su mayoría, es como asistir a una peregrinación, es un martirio tanto poder entrar como el poder salir. La vida interna de un mercado de abastos es muy diversa, como se puede encontrar con personas que le pueda vender un producto bueno y barato así como los que son oportunistas y se aprovechan de la ignorancia de los principiantes en dicha actividad vendiéndoles productos de menor calidad a altos costos.

Ahora me gustaría enfocarme en esta nota a la vida laboral que se entabla entre el dueño o patrón, –patrones, bodegueros– y sus trabajadores –subalternos, chalanes–, y que sin temor a equivocarme la gran parte de los patrones desconocen de la existencia en primer lugar de la Ley Federal del Trabajo, así como en segundo término de las obligaciones que deben tener con los trabajadores. El desconocimiento orilla a que los patrones mantengan en deplorables condiciones de trabajos a sus empleados. Es sencillo resumir que la gran mayoría de los empleadores, o sea patrones, no tienen registrados a sus trabajadores en el Instituto Mexicano del Seguro Social, no cuentan con medidas de seguridad e higiene, los empleados son tratados peores que esclavos, son explotados, laborando los empleados excesivas horas de trabajo sin que se les paguen horas extras, no cuentan con la figura de un sindicato, no cuentan con días de descanso y no cuentan con los periodos vacacionales, entre otras muchas prestaciones que marca el Código obrero, mejor conocida como Ley Federal del Trabajo. En su mayoría, los Mercados de Abastos no cuentan con las medidas que establecen las diversas secretarias de los estados y municipios, relacionados a los temas de salubridad, seguridad, higiene, urbanización, recolección de basura, alcoholismo, prostitución, drogadicción, juego y apuestas, trabajo de menores, entre otras áreas que serán motivo de un análisisen particular.

Volviendo al tema, la mayoría de trabajadores son contratados por temporadas, sin que ello obligue al patrón a brindarles la estabilidad en el empleo, sin que disfruten de todas las prerrogativas que tienen como obligación de prestar el patrón a sus empleados. Muchos de ellos son de paso, ya que los trabajadores son originarios de colonias, municipios o rancherías cercanas al centro de trabajo, lo que trae como consecuencia que los patrones se aprovechen de su ignorancia; el trabajador su único objetivo es conseguir trabajo para soportar la dura carga del hogar, siendo éstala de llevar alimento y vestimenta a su familia, otro de los motivos que se puede percibir, es que los trabajadores desean obtener y guardar su pago para poder realizar el tal llamado “sueño americano”, no importando que su empleo sea excesivo sin retribución económica, no contando con seguridad social en todos los aspectos. Se puede precisar, que el patrón con su indebida acción se encuentra evadiendo la seguridad social a la que está obligado a otorgar a sus empleados. Este tema se debería de regular en los mercados de abastos, las autoridades involucradas deberían velar por prevalecer las condiciones de trabajo hacia este gremio.

Otro de los factores que se visualiza en estos mercados, es que el patrón nunca otorga capacitación a su trabajador, aludiendo que no es necesario para realizar la labor que se le encomienda al trabajador, no es ciencia y no se requiere de capacitación para poder cargar cajas de productos diversos de un lugar a otro, no es ciencia el acomodar la mercancía que llega de otros lados de la República a un lugar específico del centro de trabajo, así como el poder indicarle en qué lugar tendrá que acomodarse dicho producto para su exhibición y comercialización, siendo maltrecho la acción que engendra el patrón con el trabajador al observar que el trabajo está mal hecho, haciendo alarde el patrón hacia el subordinado de su error en el centro del trabajo, no teniendo ninguna consideración de la humillación que pueda recibir el trabajador en presencia del cliente por su equivocación.

Es por ello, que los trabajadores, hacen gala de su maravillosa y exitosa forma de expresión y conducción, atropellando los derechos de todos los clientes. El patrón no enseña a su trabajador a asumir su falta de conducción de su mal actuar hacia terceros, haciéndose tanto él como el patrón responsables de un posible daño que cometa en contra de un tercero en sus pertenencias, escudándose el trabajador que el error no puede ser subsanado, deslindándose el patrón en ese momento de la relación laboral que pueda existir con el trabajador, dejando indefenso al cliente en la reparación del daño.

El patrón por su ignorancia, no puede percibir que en ese momento es responsable subsidiario y directo del daño que pueda ocasionar el trabajador a terceras personas dentro y fuera del centro de trabajo, siempre y cuando sea consecuencia de una orden directa de trabajo, caso ejemplo es cuando el trabajador tiene que transportar la mercancía que le han adquirido al patrón y en este lapso del trayecto por imprudencia del trabajador ocasiona un perjuicio a un tercera persona o al mismo cliente en sus pertenencias. En ese preciso momento el patrón debe de asumir la responsabilidad del trabajador y no dejar al trabajador indefenso, deslindándose de todo pago que pueda surgir por dicha negligencia.

Esperando que estas líneas le sean de utilidad, quedo de usted para sus comentarios.

domingo, 7 de octubre de 2012

Arco de la Independencia en Monterrey. Jorge Enríquez



 En el año de 1910, poco tiempo antes del inicio de la Revolución Mexicana, México vivía en un clima de paz, progreso económico e industrial, ambiente perfecto para llevar a cabo las fiestas del primer centenario del movimiento independentista nacional. Fue precisamente en aras de engalanar dichos festejos que el gobierno porfirista realizó diversas obras públicas de gran relevancia para la época. Por lo tanto, gracias a tales iniciativas se inauguraron obras arquitectónicas como el Hemiciclo a Juárez, la Columna del Ángel de la Independencia, el Palacio del Correo, el Teatro Nacional -hoy Palacio de Bellas Artes-, la Estación Sismológica Central, el Parque Obrero de Balbuena, el desagüe del Valle de México, la Escuela Normal para Maestros, entre otras, todas ellas en la capital del país. No obstante, la ciudad de Monterrey no podía quedarse atrás, pues representaba una ciudad en pleno proceso de industrialización, crecimiento y un paso natural entre las mercancías del norte y Golfo hacia el sur del país.

Por ende, bajo dicho preámbulo de desarrollo y progreso y como parte de los festejos de la Independencia de México, se construyó, en 1910, el Arco de la Independencia. Este monumento arquitectónico se encuentra situado sobre las calzadas de Madero y Pino Suárez, en el barrio “El nacional” del centro de Monterrey. De hecho, en la actualidad el flujo del tráfico vehicular de estas dos avenidas pasa literalmente a un lado y por debajo de él. 

Tanto el arco como las calzadas de Unión y Progreso -actualmente Madero y Pino Suárez-, esta última avenida principal de aquellos tiempos, fueron parte de un proyecto para embellecer la ciudad de Monterrey. Cabe mencionar que el artífice del progreso y engalanamiento del Nuevo León porfirista fue el entonces gobernador del estado, el General Bernardo Reyes. 

En lo que a la estructura del Arco de la Independencia respecta, se trata de una obra que consta de un arco simple de 25 metros de altura y construido con piedra de cantera rosa. Sin embargo, el smog del tráfico vehicular lo ha oscurecido, dándole su actual tono café oscuro. El proyecto estuvo a cargo de Arquitecto inglés Alfredo Giles, quién además edificó el Casino Monterrey y el edificio del Banco Mercantil. Por su parte, el Arquitecto Pedro Cabral fue el encargado de la construcción del monumento.

Además, está decorado en su parte inferior por diversas placas de mármol que rezan: “A los que en cien años han venido defendiendo y elevando la nacionalidad mexicana”. En la parte posterior sobresalen dos águilas de bronce representando el escudo nacional, en su clásica pose devorando a una serpiente. Además, la ubicación del monumento es simbólica, pues permite que por su cruce pasen los caminos que conducen a la Ciudad de México (Sur), hacia Nuevo Laredo (Norte) y a Reynosa (Noreste).

Al centro y en lo más alto de la obra destaca la figura de una “musa” o victoria con una corona de olivo en la frente, blusa desgarrada y busto a la intemperie. La figura femenina sostiene en lo alto una esfera negra con parte de una cadena rota y la inscripción de “México” en letras grandes. Entretanto, con su mano derecha sostiene una corona con la otra parte de la cadena, representando así la ruptura de México con la monarquía española. La escultura "Musa", conocida entre la población con los coloquiales nombres de “La Mona del Arco” o “La Mona de la Bola”, fue realizada por la compañía W.H. Mullins en 1909. Mide 4.80 metros de pies a cabeza, 6 metros tomando en cuenta el brazo levantado y tiene un peso de casi 3 toneladas.

En 1997, 86 años después de su colocación, la Musa fue bajada para su restauración, pues presentaba diversos daños ocasionados por las lluvias ácidas y por diversas acciones humanas, de entre las cuales destacan 35 impactos de bala de desconocida procedencia y fecha. Además presentaba una gran fisura en el brazo izquierdo y una cadena menos. Dicha restauración duró tres meses y se juzgó haberla realizado a muy buen tiempo, ya que los diversos daños que presentaba la ponían en riesgo de caer. 

La escultura está hecha a base de una estructura de fierro que le da solidez. En la parte exterior está recubierta por lámina de cobre repujado. Su color original es un cobre radiante, desafortunadamente, a consecuencia de la contaminación y humedad sólo en dos ocasiones ha presentado su esplendor, en su inauguración y restauración. 

El arco cobra su mayor importancia en el mes de Septiembre, mes en el que el municipio se encarga de darle su limpieza anual y colocarle los arreglos alusivos a las festividades. Papeles de china, imágenes, listones, banderas, luces, etc. De todo tipo de material se ha decorado al arco, y en alguna ocasión las luces patrias causaron un leve incendio en la parte superior de su estructura.

         En el año de 1991, bajo el gobierno estatal de Sócrates Rizzo García, se buscó la construcción de una plaza que alojara al Arco de la Independencia y así poner fin al deterioro que estaba sufriendo. El proyecto era ambicioso y tenía mucho sentido, sobre todo tratándose de conservar edificaciones antiguas y significativas. Por lo que bajo estos motivos se gestó la tentativa de construir una plaza pública llamada “Plaza de la Independencia”. La idea era consagrar un sitio público de considerable dimensiones que tuviera en la entrada al monumental arco para ser admirado por los peatones. La propuesta corrió por cuenta de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, y consistía básicamente en una plaza con áreas verdes, fuentes y nuevos edificios comerciales. Además se pensaba realizar dos pasos a desnivel para agilizar la circulación por las avenidas Madero y Pino Suárez, de tal forma que la plaza estuviera libre del contacto directo con el tráfico. Sin embargo, por razones desconocidas el proyecto no fue aprobado y todo quedó en una simple maqueta. Hoy, 21 años más tarde, habiendo pasado ya los festejos del bicentenario de la independencia, el arco continúa situado en medio de un crucero sin poder ser admirado dignamente. 

Anterior a ese proyecto otra propuesta había sido lanzada por parte del sector privado, la cual pretendía reubicar el arco. No obstante, fue descartada rápidamente, pues los trabajos significaría un duro golpe a las finanzas de obras públicas, la inversión de una gran cantidad de tiempo y el riesgo de fracturar la estructura al reubicarla parte por parte. Por lo que hasta ahora no se ha encontrado, o no se ha querido buscar, una alternativa para poner fin al deterioro que este símbolo nacional de la independencia está sufriendo.

Desde el tiempo de los antiguos romanos la forma de arco para las construcciones se utiliza para simbolizar victorias, o incluso glorificación; hecho que se constata con la frase tallada a mano de las placas incrustadas en la base del arco. A través de dicha inscripción se dignifica, reconoce y honra a los antiguos caudillos que iniciaron el movimiento para darnos patria; y además, nos impulsa como mexicanos a defender nuestra nacionalidad, a sentirnos orgullosos de ser mexicanos y nos invita a defender a la nación de todos los males que la lleguen a aquejar.





Bibliografía
Betancourt, Francisco. "Grupo reforma." El Norte. Sep 2003. Editorial El Sol. 22 Nov 2007 .
Nieto López, José de Jesús. Historia 3. 1ª. México D.F.: Santillana, 2004.
Garza , Hernando. "Grupo reforma." El Norte. 18 Jan 1997. Editorial El Sol. 22 Nov 2007.
Sin Autor, Nuevo León Imágenes de nuestra memoria. 1ª. México D.F.: CONARTE, 2003.
Sin Autor, "NUEVO LEON.- Construcciones y monumentos. Eco Adventure México." Eco Adventure México. 2000. Ecoadventure.com. 12 Sep 2007 .
Treviño Héctor, Martín Salais, Mario Treviño, Geografía e Historia de Nuevo León. 1ª. México D.F.: Ediciones Castillo, 1998.
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martes, 2 de octubre de 2012

Condiciones precarias disfrazadas de Oro. Dulce Ibarra





Cuando por vez primera escuché el término de “trabajadores de confianza”, lo percibí como una broma y  hasta quizá una burla, y ahora que conozco más sobre el tema no ha cambiado mi percepción deaquella vez. Quiero decir que desde un inicio el simple concepto  no me parecía de carácter formal en lo absoluto y no pensaba que estuviera relacionado al ámbito laboral. Ahora, reflexiono y critico la postura del estado, las empresas y de los mismos trabajadores sobre la poca  importancia que se le presta al tema y el pobre interés de luchar por un cambio en estas condiciones precarias que aparentan ser mejores que las de un empleado corriente.

Según el artículo 9 de la Ley Federal de Trabajo se le considera a un trabajador de confianza a aquel empleado que colabora  estrechamente con el empleador y por lo tanto tiene acceso a cierta información interna de la actividad de la empresa. Además tienen funciones en la administración y están encargados de funciones de dirección, inspección, vigilancia o fiscalización. En resumen, se dice que son trabajos “de confianza”  a las acciones que se encuentran relacionadas con los “trabajos personales del patrón dentro de la empresa o establecimiento”.(LFT, art 9)

Estos trabajadores reciben salarios más altos que el trabajador medio y es algo que resulta atractivo. Además, generalmente gozan de más prestigio y tienen varios beneficios, tales como la flexibilidad de horarios de trabajo, el tener oportunidades de ascenso y el poder gozar de una formación complementaria. 

La pregunta es, ¿Por qué me parece absurdo, no sólo el nombre, sino la existencia de los famosos “trabajadores de confianza”?

Quisiera contestar esta pregunta compartimento mi postura en que no me parece justa la restricción de los derechos que se tiene a este tipo de trabajadores. En el artículo 183 establece que los trabajadores de confianza “no podrán formar parte de los sindicatos de los demás trabajadores, ni serán tomados en consideración en los recuentos que se efectúen para determinar la mayoría en los casos de huelga, ni tampoco podrán ser representantes de los trabajadores en los organismos que se integren de conformidad con las disposiciones de esta Ley.”

Me parece inaceptable la denegación de la libertad sindical. No obstante, en la ConstituciónPolítica de los Estados Unidos Mexicanosse garantiza a empleados y empleadores el derecho de libre asociación. Pero entonces, ¿En dónde quedan los trabajadores de confianza? Es cierto que a estos trabajadores sí se les garantiza el derecho de constituir organizaciones propias pero esta oportunidad se le consideranula ya que para ejercer el derecho de huelga se necesita una mayoría de planilla que solo en contadísimos casos se alcanza. Al investigar sobre la razón de la exclusión de los trabajadores de confianza la Ley, llegué a la conclusión en que esta norma tiene el propósito de proteger los intereses de los otros trabajadores, porque como los trabajadores de confianza  se encuentran más cercanos a los empleadores que a los empleados restantes, en una organización común surgirían conflictos de intereses. Por eso, al redactarse las leyes, los sindicatos estuvieron a favor de la exclusión de este tipo de trabajadores. Me pregunto en dónde queda la voz de estas personas, en dónde queda su libertad para expresar lo que sienten y necesitan. A los trabajadores de confianza se les impide defender sus derechos mediante una huelga, y esto por la votación de otros asalariados y por la imposibilidad de tener una propia por la razón de requerir una mayoría de planilla que como se mencionó anteriormente en contadísimos casos se alcanza.

Estos derechos en dónde quedan excluidos este tipo de trabajadores no es lo único que me parece inaceptable, pues además de no tener la posibilidad de formar sindicatos o huelgas, estos trabajadores de confianza se encuentran desprotegidos contra el despido y no gozan de los mismos privilegios que un trabajador regular al encontrarse en esta situación. La razón por la cual se encuentran con una “protección limitada” contra el despido, es que el patrón puede justificar una “pérdida de confianza” en el afectado, cuándo puede que no haya ninguna acción determinada que compruebe dicha acusación. Además en lo relativo a los derechos que debe gozar un trabajador al ser despedido, en el artículo 49 de la Ley Federal de Trabajo se dice que un trabajador de confianza se encuentra despojado del derecho que se le reinstale en caso de estar despedido injustificadamente y únicamente puede exigir el pago de indemnizaciones. ¿Entonces por qué, este tipo de trabajo resulta más atractivo para muchos? Y es que la ley disfraza de oro esta exclusión de derechos estableciendo que las condiciones de trabajo de los de confianza no pueden ser inferiores a las de los otros trabajadores, que las remuneraciones deben de ser mejores, y que debiesen de tener un mejor horario. Con esta idea venden la idea que los trabajadores de confianza están en mejores condiciones que los trabajadores regulares. ¿Pero realmente, se aplicará esto en la práctica? 

Más que lo que sucede en relación a la pérdida de derechos de estos trabajadores me llama la atención  la falta de preocupación por todas las partes. Simplemente no se le da la debida importancia a este concepto. Los trabajadores de confianza tienen un lugar secundario hasta en las cuatro propuestas  de la reforma laboral. Cabe recalcar que el concepto de trabajador de confianza no se cuestiona, solamente se proponen modificaciones pequeñas, y la libertad sindical no se discute en ninguna de las propuestas. 

Se realizaron tres encuestas a tres representantes de sindicatos y los tres dijeron que sus organizaciones desearían que disminuyera el número de los trabajadores de confianza, sin embargo ven como problema el hecho de que entre los trabajadores se considera deseable el empleo, pues lo explican diciendo que estos gozan de más prestigio y que en muchos casos devengan salarios mas altos. Los encuestados establecen que se debe de procurar una reducción de estos puestos pero que para ellos no es “ningún problema que requiera solución urgente” se puede llegar entonces a la conclusión que el tema de los trabajadores de confianza y el hecho de que puedan hacer sindicatos no tiene prioridad para los sindicatos mexicanos.

Existe un problema en nuestra nación. Los trabajadores de confianza creen que están en mejores condiciones que los trabajadores comunes pero no gozan de los mismos derechos. Se quedan “contentos” por el hecho de estar ganando un mejor sueldo y de tener un mejor horario, aunque munchos de los casos no sea así.  No pueden sindicalizarse ni hacer huelgas y esto es de importancia secundaria para el país, incluso las cuatro propuestas hablan de pequeños ajustes, pero no de la posibilidad de sindicalizarse. Es necesario que las miradas del país se dirijan a estos trabajadores y que se traten de manera justa como es necesario. Porque no es justo que al pensar que trabajen en empleos de alta categoría, sus trabajos sean precarios y estén disfrazados de “oro”.


Fuente:
Problemas de sindicación en México. Federación Internacional de Trabajadores  de las Industrias Metalúrgicas. 2006. Recuperado el 28 de septiembre de 2012 de http://www.imfmetal.org/files/06082117284079/IMB_Mexiko_Probleme_Arbeitsrecht7_esp.pdf