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viernes, 30 de abril de 2010

CONVERSACIÓN SECRETA CON DIOS. Ramón Durón Ruiz.

Con mi abrazo solidario a la familia Díaz Martínez, en especial,
a Morelia, reproduzco una nota de Ramón Durón Ruiz, Filósofo de Güemez.
José Manuel


Con mis condolencias para la familia Díaz Martínez por la irreparable partida de "Doña Mona".

Con la plenitud de un hombre sabio, HENRY GRAHAM GREENE, sentencia: "El mejor olor, el del pan; el mejor sabor, el de la sal; el mejor amor, el de los niños" en México celebramos el Día del Niño el 30 de abril, en Bélgica lo hacen el 14 de abril, en Brasil el 12 de octubre, en Chile el segundo domingo de agosto, en Rumania el 1 de junio.

Existen pues, fechas y modos distintos para la celebración de un día tan importante en el calendario cívico; en nuestro país lo celebramos de variadas formas, el viejo Filósofo de Güémez lo hace a su manera y aprovechando la fecha para hacer una reflexión en voz alta en torno al tema. Será porque en los niños encuentro una gran escuela de vida que me deja múltiples lecciones, entre otras:

A un niño no le faltan motivos para ser feliz, le sobran argumentos para estar alegre y sonreír.

Su mundo no se mueve en la angustia y los sinsabores de la prisa, sino en la magia que provee el amor.

Por la noche cuando reposan su testa en la almohada, están satisfechos de haberse entregado a plenitud a gozar, a disfrutar palmo a palmo el día que concluye.

Un niño no encuentra un sólo pretexto para el desánimo.

Ellos viven cada instante de su vida a plenitud, haciendo las mediocridades a un lado.

Tienen el ego -que tanto daño hace a los adultos- reducido a la mínima expresión.

No avanzan desacreditando a nadie, mucho menos apropiándose de méritos ajenos.

Los niños saben reír de la vida y con la vida, reír de sus éxitos y sus errores.

Hacen que con su visión positiva de la vida, cada instante valga la pena.

Sanan con una facilidad alquímica, porque su vida se fundamenta en el amor, en una autoestima elevada y una auto aceptación incondicional.

Jamás desaprovechan oportunidad alguna para ser felices.

Son un cuaderno en blanco, dispuestos siempre al aprendizaje diario.

En cada instante experimentan la envidiable sensación de una sonrisa, que los convierte en un haz de luz en la tierra.

No engañan a nadie con emociones escondidas, trasluciendo una vida llena de autenticidad y congruencia.

Los niños en su humana pequeñez son un buen ejemplo de que la vida pasa y quedan las lecciones, de caer y levantarse sin buscar culpables, de errar y seguir adelante en el crecimiento espiritual, sabiendo que estamos aquí para armonizarnos con el universo y encontrarnos con nuestra plenitud.

Un niño no depende del status social o económico para gozar cada instante de la vida.

Ellos son sembradores netos de amigos.

Con los juegos de vida que practican son contagiadores naturales de felicidad.

Los niños -a pesar de su corta edad- son unos gigantes a quienes les llegó la iluminación, porque viven una dimensión elevada, Dios los utiliza como ejemplo para que sean una escuela que nos invita a vivir siguiendo sus enseñanzas y descubrir los cientos de milagros que la vida tiene especialmente para cada uno de nosotros.

A ellos no les falta nada para ser plenos, gozan lo que son y como son, disfrutan lo que tienen.

Jamás sufren con problemas imaginarios.

La felicidad es su camino, para ellos todos los escenarios de la vida son policromos, porque están pintados con el color del entusiasmo.

A pesar de miserias, penurias, hambres, abandonos, dolor, enfermedad, tienen la extraordinaria capacidad de ver la vida a través del cristal del optimismo.

Los niños pareciese que son ángeles, que en su alegría sin par, sostienen una conversación secreta con Dios.

filosofo2006@prodigy.net.mx

Tomado de “El Gráfico”
http://www.elgraficotam.com.mx/columna.php?id=5984

martes, 29 de septiembre de 2009

Ama mucho y sonríe más. Ramón Durón Ruiz.

Cuenta la historia que Bías de Priene, uno de los siete sabios de Grecia (los otros fueron Cleóbulo de Lindos, Solón de Atenas, Quilón de Esparta, Tales de Mileto, Pítaco de Mitilene y Periandro de Corinto), era el abogado más célebre y próspero de su época.

El rey Ciro y su poderoso ejército habían sitiado la ciudad de Priense, los habitantes huían despavoridos, llevando consigo los más que podían de cuanto consideraban de valía: joyas, dinero, obras de arte, ropa.

En su huida, al ver los vecinos que Bías de Priene no cargaba con nada de sus riquezas materiales, intrigados le preguntaron por qué no llevaba nada: "¡Todo lo llevo conmigo!", respondió serenamente, señalando con su mano a la cabeza, dando con ello a entender que consideraba como sus bienes más preciados la sabiduría, la actitud mental positiva y la riqueza de su pensamiento.

Las abuelas y los "viejos" de Güémez -guardadas las debidas proporciones-, por naturaleza intrínseca son igual de sabios, de ellos he aprendido suaves pinceladas en el lienzo de la vida:

1. El ayer quedo atrás, el mañana llegará después, lo mejor que tienes es el hoy, construye en él tu obra maestra, disfruta cada instante del hoy, porque ahí está el juego de la vida.

2. No busques gente que trabaje para ti... es más importante que trabaje contigo.

3. Goza a cada instante del buen sentido del humor, es la prueba más contundente de la armonía interior y de esa sabiduría que viene con los años.

4. No eres autor de la cara, buena o mala, que la naturaleza te haya dado, pero sí de la cara con que sales cada amanecer en el escenario de la vida.

5. No vivas con odios, animadversiones, rencores y resentimientos, porque obligarás que la felicidad busque otra posada donde anidar.

6. Vive a plenitud la magia que la vida tiene, es la mejor manera de sanar espiritualmente, de encontrarte contigo mismo, de triunfar y ser feliz.

7. Ama tu cuerpo, mima tu alma, deja brotar la fragilidad que hay en ti, te llevará a enfrentar con entereza las pruebas de la vida y a salir más grande de ellas.

8. Evade la mediocridad, evita a los seres superfluos y llenos de resentimiento, para ser un hombre renovado, está en paz contigo mismo y con Dios.

9. Recuerda que el juego de la vida es ganar-ganar, es decir, que al ganar tú ganen los demás, no quieras ser el dueño eterno de la razón, evoluciona espiritualmente aprendiendo a escuchar.

10. Cuando los éxitos lleguen a ti te harán feliz, cuando lleguen los fracasos te harán hombre. Cuando llegue el fracaso dale la bienvenida, es el mejor maestro.

11. Escucha la voz de tu corazón, te llevará al encuentro de la sabiduría interior y del amor.

12. El resentimiento, la envidia, el odio, la enemistad, son un homenaje perpetuo a la decadencia, elimínalos, para que seas capaz de viajar ligeros de equipaje y volar hasta las estrellas.

13. La reconciliación con la vida, la fortaleza del cuerpo y la riqueza del alma son tareas que sólo tú puedes realizar.

14. En la vida no hay errores, sólo hay mensajes, abre los ojos del alma para verlos y los sentidos del corazón para palparlos, que nada llega a ti por casualidad... sino por la ley de la causalidad, esa que dice que eres causa de tu felicidad y destino.

15. "Los seres exitosos no hicieron cosas extraordinarias, su secreto fue hacer cosas ordinarias, extraordinariamente bien hechas y a tiempo".

16. Respeta la vida, no estás en este mundo por casualidad, sino con una misión perfectamente definida: ser recipiendario de la majestuosidad que la vida tiene especialmente para ti.

17. Aprende a vivir respetuosa y amorosamente, en armonía con el compañero fiel que estará contigo toda la vida: tú mismo. No llegaste para vivir en la mediocridad, entrégate a plenitud, dando siempre lo mejor.

18. Aprende a ser un viajero universal que camina con los ojos del espíritu abiertos, siempre dispuesto a aprender las lecciones que la vida tiene para ti; porque la vida es una celebración, disfrútala; porque la vida es una fiesta, gózala; porque la vida es una conmemoración, diviértete... ama mucho y sonríe más.

filosofo2006@prodigy.net.mx

http://www.elgraficotam.com.mx/columna.php?id=4489


José Gómez escribió:

Mi querido Filósofo:

Todas tus notas son excelentes, pero en la del día de hoy, abusaste.

¿Me autorizas a reproducirla en mi blog? Va transcrita abajo.

Vale la pena.

José Manuel Gómez Porchini



Ramón Durón escribió:

Hermano: ni me lo solicites, lo mío es tuyo.

Saludos.

Ramón.

miércoles, 12 de agosto de 2009

El Municipio Mexicano. Ramón Durón Ruiz "El Filósofo de Güemez"

El municipio mexicano inició como una figura política en la América continental, gracias a la audacia jurídica de Hernán Cortés, al fundar la Villa Rica de la Vera Cruz, hecho que le valió para recibir los cargos de justicia mayor y capitán general, omitiendo con ello la tutoría de Diego de Velázquez, gobernador de Cuba.

La Villa Rica de la Vera Cruz fue el primer municipio en territorio indígena -fundado el 19 de abril de 1519-, con su creación, el conquistador español buscaba establecer una institución jurídica que le otorgase facultades de control sobre los territorios descubiertos y protección de los intereses de los conquistadores.

En el inicio del siglo XIX, bajo el auspicio de las ideas libertarias de la Revolución Francesa, el municipio jugó un papel preponderante, basta recordar el discurso de Primo de Verdad en 1808, en el cabildo de la Ciudad de México, que unido a otros integrantes del Ayuntamiento propuso desconocer la autoridad de la madre patria.

El primer evento jurídico de Hidalgo en su lucha por la independencia fue establecer, el 17 de septiembre de 1810, una junta municipal en San Miguel "El Grande" (actualmente San Miguel de Allende), Ayuntamiento que sería presidido por Ignacio Aldama, posteriormente se hizo lo mismo en Celaya y en Guanajuato.

La Constitución de Cádiz fue la primera en establecer con precisión los principios jurídicos mínimos del municipio, haciendo un tratamiento puntual de las atribuciones del mismo en México, y estableciendo la figura de jefe político, misma que serviría en las postrimerías del siglo XIX para demeritar el valor del municipio mexicano, a grado tal que fue uno de los temas sustantivos de la Constitución de 1917.

En el porfiriato, la figura de jefe político alcanzó su esplendor como autoridad intermedia entre el ayuntamiento y los gobiernos estatal y federal, haciendo que el gobierno municipal perdiera su independencia, de ahí que en muchos planes revolucionarios se destacó la consigna de "supresión de las jefaturas políticas, el reconocimiento de la personalidad jurídica del municipio, de su autonomía mediante la elección directa y popular de los ayuntamientos, y el otorgamiento de recursos a la hacienda municipal".

Actualmente vale la pena recordar que si el mundo vive en una crisis económica que alcanza al país, en donde más impacta es en las haciendas municipales, muchas de las cuales están en quiebra, careciendo de los recursos más indispensables para la operación mínima eficaz de la administración y los servicios públicos municipales.

México cuenta con 2,435 municipios, que a través de sus ayuntamientos atienden aproximadamente a 92 por ciento de la población del país -sólo el Distrito Federal no cuenta con municipios sino con delegaciones-. Una de las características más criticadas de nuestro federalismo es su centralismo fiscal, que ha generado una clara subordinación y una debilidad hacendaria del municipio mexicano, con escasa recaudación municipal, gran parte de los municipios del país están imposibilitados en cumplir sus obligaciones por sus incapacidades humanas y financieras.

La caída de los ingresos por el petróleo, sumada a una mínima captación tributaria por la SHCP ha impactado negativamente en la mayoría de las haciendas municipales, que han visto dramáticamente reducidas las participaciones federales, situación que ha orillado a muchos ayuntamientos a suspender obras, despedir personal, reducir o quedar a deber salarios y hasta pagos a CFE y proveedores.

Recientemente leí una declaración de autoridades federales que "no irán al rescate de haciendas municipales que estén en quiebra"; parecen ignorar que la gobernabilidad democrática emerge del municipio, que es el punto de contacto más directo y cercano a la ciudadanía.

Los gobiernos federal y estatales deben ir al rescate de los municipios más pobres, de no apoyar a aquéllos que debido a la crisis, a la ausencia de capacitación y recursos se encuentran insolventes, pronto tendremos municipios inundados por la basura y sin el resto de los servicios básicos disponibles para la población.

Si el primer impulso jurídico para el municipio lo dio la Constitución de Cádiz; el segundo el constituyente de 1917, el tercero deberá hacer realidad un federalismo renovado enmarcado en la tridimensionalidad del derecho que vislumbre al municipio: "como hecho, como derecho y como valor", valor, que en la realidad jurídico-política mexicana hemos omitido.

filosofo2006@prodigy.net.mx