viernes, 29 de noviembre de 2013

Empezando por casa. Lic. Jesús Arturo Vallejo Mauricio.




EMPEZANDO POR CASA
No es lo mismo decir que hacer

Hace un par de días, tuve la fortuna de asistir a un foro académico y profesional, donde se reúnen los especialistas en materia de Seguridad Social, que por la naturaleza del evento sus panelistas son servidores públicos y expertos en la materia. Sus congresistas son los anfitriones y encargados –directivos– del área de Recursos Humanos de diversas empresas de renombre a nivel nacional e internacional del país.

Es un Congreso al que vale la pena de asistir anualmente en la ciudad de Monterrey, N.L. Así mismo, la inauguración se encontró a cargo de las siguientes personalidades: secretario del Trabajo en el Estado, presidente de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, Presidente de PROSESO, delegado regional del INFONAVIT, delegado regional del IMSS, entre otros;  que a lo largo de todo el día se fueron desahogando las diversas ponencias de los panelistas expertos en materia de Seguridad Social –Infonavit, Afores, Seguro Social, etc.–, las cuales fueron expuestas con éxito; así mismo, no podía faltar el espacio, entre cada una de las ponencias, de la sesión de preguntas y respuestas.
 
Se hizo hincapié en una de las ponencias de la cultura de crear plazas destinadas exclusivamente para las personas con discapacidad. Atendiendo a las recientes reformas a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos –CPEUM–, en su capitulado de Derechos Humanos, ahora denominado garantías constitucionales, y en la cual se da preferencia a la “persona”, por el simple hecho de ser ciudadanos o extranjeros residentes en el territorio nacional, a lo que los jueces, magistrados y ministros, tienen forzosamente que estudiar y evaluar el principio “pro persona” y del cual se tendrá que fundamentar y analizar los diversos criterios que emitan tanto la Corte Interamericana de los Derechos Humanos como de la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En la CPEUM en su artículo 1º-primero, determina que “En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte…”. De lo antes transcrito se desprende que nuestros legisladores federales han instruido a nuestras autoridades –federal y estatal– que en todas y cada una de sus resoluciones deberán de apegarse a lo establecido en la CPEUM y los tratados internacionales en materia de los Derechos Humanos, no perdiendo de vista el respeto, promoción y protección a dicha figura y velando –permeando o preconizando– por los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad.

El ponente en su tema denominado “Acciones de la Secretaría del Trabajo de NL para la Competitividad y Productividad del Estado”, actualmente Secretario del Trabajo en el Estado, enfocó su participación en destacar que las personas con discapacidad en el campo laboral se encuentran en constante participación a nivel Estatal; actualmente el Gobierno del Estado de Nuevo León ha formalizado diversos convenios con las empresas en el estado para que el Gobierno capacite mediante su dirección de capacitación a todas aquellas personas que se encuentren con una discapacidad y que deseen ingresar a laborar en un puesto al interior de las empresas radicadas en el Estado; el papel fundamental del Gobierno es crear la cultura de empleabilidad en las empresas de personas con discapacidad, con dicha gestión el gobierno da cumplimiento a la norma que obliga a las empresas a tener un número determinado de plazas para la clase que cuentan con  alguna discapacidad. Suena un logro enorme, y desde esta humilde nota, felicito al Gobierno por preocuparse por comenzar y concretar una tarea fundamental en el área social que más atañe a la sociedad.

Pero habría que analizar las siguiente interrogantes para las empresas: ¿Quién capacita a las empresas morales, de carácter privado y público, para recibir con éxito a la clase con discapacidad en sus instalaciones?, ¿las empresas han realizado las adecuaciones a sus instalaciones para que sus empleados con alguna discapacidad puedan transitar sin impedimento al interior de ellas?, ¿la Secretaría del Trabajo ha realizado con éxito su obligación de inspección para que al interior de las empresas se cumplan las disposiciones que marcan las normas en la materia, –salubridad, sanidad, urbanidad, derechos humanos, etc.?, ¿las empresas cumplen la obligaciones que marca la Ley Federal del Trabajo, en cuanto corresponde al maltrato y discriminación laboral y las disposiciones en materia de los Derechos Humanos a personas con discapacidad?

Ahora vamos a las interrogantes para el Gobierno de Nuevo León, ¿cuántos empleados con discapacidad tiene laborando en sus diversas dependencias o del propio palacio de Gobierno?, ¿el Gobierno y sus dependencias han modificado sus estructuras –edificios– para que las personas con discapacidad, sean o no empleados, accedan y transiten por sus instalaciones?, ¿cuántos servidores públicos cuentan con una discapacidad y que trato digno se les brinda?, ¿Gobierno cumple con la normativa en sus edificios de Urbanidad y edificación, para que en sus instalaciones cuenten con todas las medidas de seguridad e higiene, que propicien un ambiente sano para las personas con discapacidad?, ¿el Gobierno cumple con la Ley de Salubridad para una mejor calidad de vida laboral para las personas con discapacidad?, entre otras interrogantes que dejamos a su albedrio.                

Ahora es inefable, que la misma autoridad, que se encuentra pugnando por los espacios laborales dentro de las empresas del Estado de Nuevo León, no cuenten con el dato específico de los espacios que se encuentran destinados a las personas con capacidades diferentes al interior de toda su estructura administrativa y burocrática del Gobierno Estatal. Entonces, para ser más preciso, el servidor público que labora al interior de la Secretaría del Trabajo en el Estado y que pregona con metas y éxitos a favor de las personas discapacitadas, pero que en su propia casa no cuenta con el dato preciso de cuántas personas con discapacidad o de tercera edad laboran dentro del Gobierno del Estado de Nuevo León, no puede considerarse como persona confiable. Es un hecho real que la autoridad que debería de velar con rectitud, exactitud y prontitud lo que ha planteado en dicho foro en materia de Seguridad Social, se encuentre en evidencia de la falta de información real y exacta del porcentaje de las personas con discapacidad que laboran en el Poder Ejecutivo. Es sarcástico que emitan discursos faltos de sensibilidad política y humana, menoscabando los derechos y libertades de las personas, incurriendo en violaciones a la norma constitucional y apartándose por completo de los principios y derechos que la propia CPEUM establece en materia de Derechos Humanos.

Lo anterior se deduce atendiendo que hasta el momento la propia autoridad laboral no cuenta con dicho dato estadístico, el cual solo evidencia que los discursos anuales de los gobiernos son eufemismos, enfocándose los diversos poderes –Federal, estatal o municipal–  en lo que ahora se denominan “campañas publicitarias engañosas y maliciosas”, mismas que difunde ideas falsas y realidades lejanas en las que actualmente vive la sociedad. Ante dicho panorama es preciso hacer alusión al siguiente dicho popular “Candil de la calle, oscuridad de su casa”.
    
Esperando que estas líneas le sean de utilidad, quedo de usted para sus comentarios.


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