miércoles, 3 de diciembre de 2014

Los retos para el desarrollo profesional de las mujeres en el sector maquilador. Daniel Abad Escobar Palacios



“Sin la mujer, la vida es pura prosa”.
Rubén Darío (1867-1916).


INTRODUCCIÓN
La participación de las mujeres en diversos sectores de la sociedad ha ido en aumento durante los últimos años. Cada vez es más frecuente encontrar mujeres desempeñando exitosamente cargos en partidos políticos, ayuntamientos, órganos jurisdiccionales, órganos legislativos, empresas privadas y organizaciones no gubernamentales. Lo anterior, aunado a la constante difusión que se le ha dado a la equidad de género, ha derivado en un panorama más alentador para el desarrollo profesional de las mujeres.

Por lo que hace al norte de la República Mexicana, es un hecho notorio que el sector maquilador es uno de los más importantes en las actividades económicas de las entidades federativas, lo que también lo posiciona como una de las principales fuentes de empleo. En ese sentido, el presente escrito analiza los retos que tienen que enfrentar las mujeres que laboran en el sector maquilador en aras de lograr un desarrollo profesional pleno.

RETOS PARA LAS MUJERES
 El Observatorio para la Mujer de América Latina y el Caribe, señala que son tres los retos que enfrentan las mujeres en cualquier sector laboral: a) acoso sexual, b) conciliación del tiempo entre familia y trabajo, c) difícil acceso a guarderías para el cuidado de sus hijos mientras las madres trabajan (2010).

En ese tenor, se procede a realizar un análisis sucinto de dichos retos.

Un estudio realizado por el Colegio Jurista, señala que en México 1.4 millones de mujeres padecen de acoso sexual en el trabajo, lo cual representa una seria barrera para que la población femenina decida desarrollarse profesionalmente ya que sienten que tener compañeros de trabajo o jefes de género masculino es un riesgo para su integridad psico-sexual (2012).

Si bien no existe una estadística que brinde un panorama del acoso sexual en sector maquilador, el estudio referenciado en el párrafo anterior nos permite obtener una idea general de uno de los retos que las mujeres deben afrontar al trabajar. En relación con lo anterior, puede afirmarse que para las mujeres no es fácil desenvolverse en un ambiente laboral preponderantemente masculino como lo es el sector maquilador, donde el tipo de labores a realizar y el perfil profesional requerido dejan poca posibilidad de participación a las mujeres.  

Ahora bien, por lo que hace al segundo reto que enfrenta la población femenina en el sector maquilador, se encuentra la conciliación del tiempo entre familia y trabajo. Al respecto, es menester precisar que en varios países de Latinoamérica y, en general, del continente Americano, todavía se tiene la concepción que la mujer es el pilar fundamental de la familia; idea que en lugar de favorecer a las mujeres, se ha convertido en un obstáculo para su desarrollo profesional (Centro de Estudios Espinosa Yglesias, 2013). Si bien es cierto que las mujeres han demostrado su capacidad para garantizar la unión y progreso de sus familias, también lo es que dicha responsabilidad debe ser compartida equitativamente con su pareja. La mujer debe dejar de ser concebida como la única proveedora de cobijo y formación para los hijos mientras que el hombre debe dejar de ser concebido como un proveedor de recursos económicos de la familia. Lo anterior es así debido a que las circunstancias micro y macroeconómicas, por lo que hace para familias de un nivel bajo y medio, demanda que trabajen tanto el esposo y la esposa para poder proporcionar a sus hijos un nivel de vida aceptable que les permita participar de la denominada “movilidad social” (Ghiotto, 2001).

En virtud de lo anterior deviene adecuado afirmar que si las circunstancias económicas exigen que trabajen tanto el hombre como la mujer, lo lógico es que la responsabilidad de administrar el hogar y cuidar a los hijos sea compartida entre la pareja. De lo contrario, se seguirán presentando los casos de las mujeres que realizan un esfuerzo titánico para cumplir con un horario de trabajo y además llevar a sus hijos a la escuela, ir por ellos al finalizar las clases, preparar la comida, lavar los uniformes y resolver cualquier calamidad que se presente en el hogar.

Por lo que hace al sector maquilador, la variación de los horarios complica la participación de las mujeres. Un estudio efectuado por el Doctor Jesús Rubio Campos, catedrático del Tecnológico Monterrey, Campus Monterrey, señala que el 90% de mujeres (madres de familia) que participan del sector maquilador en Apodaca, Nuevo León, deben cumplir con horarios rotativos, es decir que en ocasiones les corresponde el turno de la mañana, en otras de la tarde y en contadas ocasiones turnos de madrugada (Rubio, 2007).

En ese tenor, si se sigue responsabilizando de manera exclusiva a la mujer como pilar fundamental de la unión y el progreso familiares, prácticamente se observará cualquiera de los dos resultados siguientes: las mujeres continuarán viendo mermado su desarrollo profesional o decidirán dejar de trabajar y dedicarse únicamente a la atención de las necesidades del hogar. A fin de evitar lo anterior, las circunstancias actuales conminan a que exista mayor comunicación y coordinación entre las parejas para que juntas contribuyan a proveer de recursos económicos del hogar sin descuidar la unión familiar.

Es así como resulta importante abordar el tercer reto mencionado al principio del presente escrito: difícil acceso a guarderías para el cuidado de sus hijos mientras las madres trabajan. Como se expuso supra líneas, el cuidado de los hijos todavía se percibe como una responsabilidad materna, por lo que implica un problema para el pleno desarrollo profesional de las mujeres.

En el sector maquilador los centros de trabajo suelen estar en parques industriales ubicados a las afueras de las ciudades, como lo es el caso de Apodaca, Nuevo León, lo que termina complicando aún más el cuidado de los hijos toda vez que las mujeres deben trasladarse largas distancias para llegar de sus hogares y de las escuelas de sus hijos a sus trabajos.

El panorama es un poco más complicado para el caso de las madres que tienen hijos de entre 43 días y 4 años de edad, quienes afortunadamente están en el rango de edad de los niños que aceptan en las guarderías del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Es realmente plausible el esfuerzo que ha efectuado el mencionado Instituto para lograr una mayor cobertura de las guarderías a su cargo, pero es de señalarse que existen varias áreas de oportunidad que deben atenderse.

En el sector maquilador, las mujeres que quieren llevar a sus hijos a las guarderías del IMSS han mencionado como parte de las dificultades que enfrentan la falta de cupo, los horarios reducidos o poco flexibles, la falta de confianza en las personas a cargo de las guarderías. Lo anterior, deriva en que las madres lleven a sus hijos a guarderías particulares con cuotas más altas que las del IMSS o bien le paguen a sus vecinos o familiares para cuidar a sus hijos; teniendo como resultado en última instancia el detrimento en los ingresos de las mujeres, lo cual desincentiva su participación en el ámbito profesional. Para ilustrar lo anterior, puede tomarse como ejemplo el caso de Apodaca, Nuevo León donde las guarderías o estancias infantiles gubernamentales “pueden atender un máximo de 2,407 niños. Si comparamos esta capacidad…con los números de infantes entre los cero y cuatro años de edad en el municipio, tenemos que sólo puede atender al 9.2% de dicha población infantil” (Rubio, 2007).

CONCLUSIÓN
Son tres los principales retos que deben afrontar las mujeres para lograr su desarrollo profesional, los cuales han sido analizados sucintamente en el presente escrito. Dichos retos deben ser estudiados como verdaderos obstáculos para las mujeres y, por lo tanto, como problemas que deben ser resueltos por toda la sociedad (hombres y mujeres). Diversos esfuerzos se han realizado en el ámbito jurídico (nacional e internacional) para atender los retos expuestos, pero es momento de empezar a enfocarse en mejorar la idiosincrasia de los mexicanos, para que se respete y valore realmente a las mujeres quienes aún tienen mucho que aportar para el progreso del país, por lo que necesitan del apoyo de todos para alcanzar su pleno potencial profesional.

FUENTES DE CONSULTA

Centro de Estudios Espinosa Yglesias (2013). Informe de movilidad social en México 2013. Recuperada de: http://www.ceey.org.mx/site/files/resumen_ejecutivo_imsm_0.pdf

Excélsior, (2012). En México, 1.4 millones de mujeres sufre acoso sexual en el trabajo. Recuperada de: http://www.excelsior.com.mx/2012/03/13/nacional/818049

Ferrel, J. (2008). Trabajo decente (digno) y formación profesional. Recuperada de: http://www.fenacle.org.ec/mayo%201/Trabajo%20decente%20y%20formacion%20profesional.pdf

Ghiotto, L. (2001). Trabajo decente vs trabajo digno. Recuperada de: http://www.pagina12.com.ar/especiales/archivo/voces_en_el_fenix/010-fenix.pdf

Observatorio para la Mujer de América Latina y El Caribe (2010). Las mujeres en el ámbito laboral. Recuperada de: http://www.construye.org/

Pérez, M. (2009). Consideraciones teóricas para el análisis de las Pequeñas y Medianas Empresas como fuente de generación de empleo y su correspondencia ética con la sociedad. Recuperada de: http://132.248.9.34/hevila/Formaciongerencial/2009/vol8/no2/5.pdf

Rubio, J. (2007). Retos y estrategias para el cuidado infantil de las madres trabajadoras en la industria maquiladora de Apodaca, Nuevo León. Recuperada de: http://novascientia.delasalle.edu.mx/ojs/index.php/Nova/article/view/108



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