lunes, 1 de diciembre de 2014

Reforma fiscal vs. comercio informal. Lic. Jesús Arturo Vallejo Mauricio




A diario uno se encuentra inmerso en un mundo donde todo gira en torno a la economía, una formal y la otra informal. Desde que se hace de los insumos necesarios para la existencia se encuentra erogando un gasto, que se convierte en final de cuentas en pago en moneda o papel.

Ahora nuestros legisladores al final del año 2013, se vieron en la necesidad de realizar uno de los proyectos más ambiciosos en materia fiscal, mismo que hasta el momento sigue generando en la sociedad desconcierto absoluto, ya que a diario la Secretaria de Hacienda y Crédito Público realiza ajustes, emite nuevas resoluciones y modificaciones a sus propias modificaciones de un día o meses anteriores, estos parecieran ser más eficaces que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el emitir en un nuevo estudio jurisprudencias que atentan en contra de los derechos humanos de los ciudadanos.

En este espacio nos avocaremos a analizar el por qué nuestra autoridad hacendaria ha fallado en sus nuevas políticas y estrategias fiscales, sepultando por completo la idea central de atraer más recursos al arca del erario. La anterior interrogante se puede persuadir en lo que hoy conocemos el mercado informal o la economía que pone en aprietos a las autoridades y a los comercios establecidos y que cumplen con la norma hacendaria.

Aunque nuestro Secretario de Hacienda le hayan otorgado un premio a nivel internacional por su brillante visión fiscal, al interior de su país se encuentra el dilema de cómo dar el ultimátum a la informalidad, pareciere que las reformas han generado tal descontento hacia los anteriormente denominados REPECOS, que actualmente han tomado la decisión, al verse afectados por una decisión autoritaria y mal planeada, de sumergirse a una economía informal, donde los inspectores y autoridades temen en adentrarse.

Es así que en muchos de los pequeños y medianos comercios que se ubican en mercados de abastos, mercados municipales y tianguis nuestros servidores públicos no desean incursionar, saben que esa pequeña detonación de investigación a ese sector pudiera traer una desestabilización al estado federal, estatal o municipal. Si de por sí el Estado federal se encuentra en una línea delgada de desestabilización social y ahora se imaginan que nuestro súper héroe de hacienda se vaya a la caza de brujas del comercio informal para someterlo hasta que se logre alinear a la brillante estrategia fiscal, ahí es donde se encuentra la inconsistencia tanto de lógica como de vocación de servicio público.

Miren con atención, a raíz de la entrada del gobierno en turno, la economía informal se fue a su máximo esplendor, pareciere que hasta el momento no han logrado que su imagen de gobierno “popular” siga su curso. Al contrario siempre se muestran rebasados y ante ello se ha implementado una vasta y ambiciosa campaña de recaudación fiscal que ni ellos mismos entienden su operación y su aplicación en el mercado informal.

Si nuestros funcionarios entendieran, que lo que busca el pequeño y el mediano comercio es ganar el pan de cada día, eso bastaría para indicarle que sus políticas fiscales no funcionan en ese sector, ya que rebasa la inoperante formula económica, a mayor oferta mayor circulación de activos económicos. Es así que al exigirle a un sector pequeño o mediano comercio el pago desmedidos de impuestos la respuesta lógica será que el negocio o la empresa de esa naturaleza tenga dos opciones, la primera es cerrar su actividad o la que han optado la mayoría es camuflajearse dentro del denominado comercio informal, creando con este simple paso la desviación correcta del manejo de su economía.

Lo que busca la Secretaría de Hacienda es que todos los ciudadanos mexicanos se encuentren vigilados en sus movimientos fiscales, pero lo que nunca ha visualizado es que en vez de manejar tarjeta, cheques o recurso alguno que deje rastro fiscal ahora se encuentra generando la economía a base de circulante en moneda, lo que le llaman pago al “Cash”, como lo tiene de lema una tienda de línea blanca “Pagos chiquitos y semanales…”

Por tal motivo, ha de observarse que las autoridades no encontraron y no van a encontrar la manera de volver formal a los comercios informales, menos con sus campañas mal intencionadas, que buscan como objetivo que las empresas pequeñas y medianas se vayan al cierre total de sus operaciones, esforzándose a que ese grupo se blinde con los asociaciones de comerciantes que saben negociar y que saben que un grupo unido es más fuerte que una autoridad que emplea mal sus programas fiscales.

Espero que estas breves líneas sean de su interés, quedo a sus órdenes para seguir creciendo como ciudadanos.

Jesús Arturo Vallejo Mauricio

 

  

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