domingo, 12 de abril de 2009

Urge la reingeniería del Gobierno en el manejo del I.S.R.

El martes 26 de septiembre de 2006, aparece en El Norte de Monterrey, en la página 4 de la sección NEGOCIOS, la nota que uno de los más destacados columnistas de economía, Enrique Quintana, intitula ¿Podrá bajar Felipe el ISR? Empieza por señalar que esa fue una de las ofertas de campaña más constantes de Felipe Calderón: la reducción del impuesto sobre la renta.

Antes de continuar comentando la nota, permítame Usted, mi caro lector, explicarle que en términos generales, es decir, para legos en la materia, el impuesto sobre la renta es aquella cantidad que deben pagar los ciudadanos que obtienen un ingreso derivado de ganancias, como impuestos al gobierno.

Es decir, la renta, es la ganancia y por tanto, cada uno que obtenga una utilidad, debería pagar ese impuesto.

Lo cubren los propietarios de casas y edificios de renta, siempre que se den de alta y expidan recibos por esos arrendamientos.

Los pagan las grandes corporaciones industriales, siempre y cuando les quede utilidad, pues si los gastos de los aviones, viajes, coches de lujo y demás, permiten que la empresa tenga excedentes.

Lo paga el asalariado, que ve cómo de su sueldo, le descuentan lo que los que saben denominan I.S.P.T., es decir, impuesto sobre productos de trabajo. Luego, siguiendo con lo que tratamos de comentar, tenemos que maneja Enrique Quintana cuatro problemas con los que se enfrentaría Felipe Calderón: 1.- La reticencia para incrementar o para generalizar la tasa de IVA; 2.- Deben diseñarse sistemas eficaces de entrega de subsidios directos; 3.- La desigual distribución del ingreso en México crearía beneficios desiguales de la reducción de la tasa de ISR; y, 4.- Hay un gasto público inercial que difícilmente podría reducirse salvo que se haga una completa reingeniería del Gobierno.

Concluye su nota diciendo que la única manera de reducir el gasto inercial es haciendo una reestructuración completa del Gobierno, lo que según no quiso hacer Fox y se plantea: ¿Se atreverá Felipe?
Un correcto planteamiento del problema es, metodológicamente hablando, crucial para poder encontrar las respuestas que buscamos.

En el caso a analizar, tenemos un planteamiento, ¿Podrá bajar Felipe el ISR?, cuatro problemas para ello, y como corolario, ¿Se atreverá Felipe?

¿POR QUÉ LA GENTE NO PAGA IVA?

Para encontrar la respuesta a la interrogante planteada, debemos empezar por escudriñar en cada uno de los problemas a estudio.

PRIMERO: ¿Por qué la gente no paga el IVA? Es muy fácil: no confía en el destino que se le da a los impuestos.

¿Cómo podemos revertir esto? En cuanto la población tenga confianza de que sus impuestos, primero, realmente llegan al Gobierno y segundo, de que el Gobierno hace un buen uso de ellos.

¿Cómo podemos conseguir esa confianza? Dándole la oportunidad de conocer con exactitud, con transparencia, la forma en que se recaudan los fondos y el destino de los mismos.

¿Cómo se consigue esa transparencia? Permitiéndole a la propia gente, ser parte del sistema de recaudación.

Al final del texto les comento del cómo lograr que la población sea parte del sistema de recaudación.

El SEGUNDO cuestionamiento es el diseño de sistemas eficaces de entrega de subsidios directos.

Que existan productos con tasa cero de IVA y más aún, exentos, resulta más caro al Gobierno de lo que podría imaginarse.

Del cómo hacer que esos subsidios lleguen con mayor claridad y a quien realmente los necesita, lo veremos al final.

La TERCERA interrogante: La desigual distribución del ingreso en México crearía beneficios desiguales de la reducción de la tasa de ISR, tal vez sea la más fácil de resolver: tan sencillo como elevar el monto mínimo de quienes estén obligados a pagar ISR o ISPT a cantidades del triple o más de las que están marcadas ahora.

Es decir, si ahora la regla es que pagarán ISR o ISPT quienes ganen arriba de nueve mil pesos mensuales, que resultan ser apenas más de cien mil pesos al año, elevar los mínimos a cuatrocientos o quinientos mil pesos anuales, lo que dejaría a la inmensa mayoría de la población, fuera de dicha obligación.

MIGRAR LA RECAUDACIÓN

Herejía, habrá quien grite. Sin embargo, es cuestión de estudiarlo un tanto. Lo que debemos hacer es migrar la recaudación, de los impuestos que castigan a quienes producen, a aquéllos que gravan a quienes gastan, como el IVA.

Al momento de subir el mínimo de quienes estén obligados a cubrir ISR o ISPT, obviamente tendríamos menos evasores fiscales.

Si damos a la población un aliciente para que cubra el IVA, es decir, lo que en mercadotecnia se denomina administración de relaciones con los clientes o Customer Relationship Management, CRM por sus siglas en inglés, o Clientes frecuentes, según se maneja en nuestro país, otorgando a cada quien en lo individual la posibilidad de obtener un beneficio tangible en su favor del hecho de pagar el IVA, lograremos conseguir una relación contribuyente-hacienda productiva, en la que cada uno estará buscando su propio beneficio que conlleve a lograr un beneficio común.

Tendremos una relación ganar-ganar. La propia población pedirá que se generalice el IVA, pues sabrá que le conviene cubrirlo.

Resuelta la primera cuestión, pasemos a lo atinente a los sistemas eficaces de entrega de subsidios.

El subsidio es un costo que cubre el Gobierno ante la incapacidad de los pobladores para satisfacer sus propias necesidades.

No deberían de existir. Sin embargo, existen rubros en los que es importante, no urgente, manejar subsidios por cuestiones de política social y de distribución de la riqueza.

Pero no es asaltando a los que ganan para dar a los menesterosos que se logra evitar la desigualdad social.

Lo correcto será que el Gobierno garantice un mínimo de satisfactores a la totalidad de la población, si, sólo sí, ésta paga los impuestos que le corresponden.

Como ya hemos dejado establecido líneas ha, que la reducción de las tasas de ISR ha de ser a los niveles propuestos del 25 por ciento o aún menores, elevando el mínimo de los contribuyentes a aquellos que obtengan rentas superiores a quinientos mil pesos anuales, ya habremos analizado la tercera cuestión.

La CUARTA, la reingeniería del Gobierno, es precisamente lo que he venido proponiendo desde hace tiempo.

Elevar a rango constitucional el Derecho al Ahorro y a la Seguridad Social como Garantías Individuales.

Ahí podremos encontrar la forma de otorgar subsidios directos a la población que realmente lo necesite, previos los estudios de trabajadores sociales que así lo determinen.

EL MECANISMO

Al establecer ese derecho, el mecanismo sería, como usted ya sabe, mediante el uso de tarjetas deslizables tipo las que ofertan las grandes aerolíneas o tiendas de descuento, de las que se tomaría una parte del IVA a favor de quien cubre el impuesto referido, para que se integre a una cuenta de ahorros a su nombre, que le proporcionaría los fondos suficientes para garantizar su propia pensión.

Del cómo se implementaría lo propuesto, es cuestión de comentarlo. De analizarlo, de revisar los mecanismos de aplicación de lo establecido.

La propuesta, íntegra, está a su disposición, con tan sólo solicitarlo a la dirección de correo electrónico del suscrito.

¿Verdad que sí se puede lograr la reingeniería del Gobierno, en cuanto al cobro de impuestos, con tan sólo un poco de buena voluntad? Si revisa el texto que está en sus manos, podrá observar que hemos dado puntual respuesta a los planteamientos hechos por Enrique Quintana.

El ofrece los problemas. Le estamos dando las soluciones. Ojalá logre interesarlos. A usted, querido lector. A Enrique Quintana. Y por supuesto, a Felipe Calderón.

Es por el bien de México.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

Comentarios: josegomezporchini@yahoo.com

El autor es Licenciado en Ciencias Jurídicas por la UANL; posee un Diplomado en Informática por A. e I. Cd. Victoria, Tamps; es maestro en Derecho Constitucional y Amparo por la UAT. y miembro de número de la Academia Mexicana de Derecho del Trabajo y de la Previsión Social.

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