RESUMEN:
El presente trabajo pretende exponer de
manera amplia los factores que contribuyen a determinar el salario mínimo en
México, ¿Quién lo determina?, ¿Por qué el nuestro es de los más bajos del
mundo?, sus repercusiones y todo lo que engloba este polémico factor en el
país.
ABSTRACT
This paper aims to expose broadly
contributing factors determine the minimum wage in Mexico , Who determines ?,
Why ours is the lowest in the world ?, its impact and all that it encompasses
controversial factor in the country.
PALABRAS CLAVE
Salario, México,
Trabajadores
KEY WORDS
Wage, México, Employees
SUMARIO: 1. INTRODUCCIÓN; 2. ANTECEDENTES HISTÓRICOS;
3. ESTADO DEL ARTE; 4. DESARROLLO; 5. CONCLUSIONES; 6. BIBLIOGRAFÍA.
1.-
INTRODUCCION:
Se es sabido que México es un país por más
privilegiado, hablando geográficamente así como en la biodiversidad de recursos
naturales con los que posee. A nivel mundial es uno de los más grandes
productores de petróleo sin dejar de lado la gran producción de minerales como
el carbón, plata, cobre. Añadiendo a esto, se es vecino de la economía más
relevante a nivel mundial como lo es la nación de primer mundo de Estados
Unidos de América. Entonces, pareciera que tuviésemos el futuro asegurado, pero
la realidad es que sólo se es un país subdesarrollado lejos de ser una economía
importante a seguir, donde en pleno siglo XXI, en el país aun existe una gran
porcentaje de pobreza extrema, así como también, un nivel de educación en la
población demasiado bajo, y por lo tanto una elevada cifra de desempleo.
Las malas noticias no
terminan aquí, el afortunado sector que posee un empleo se ve retribuido a
percibir sueldos muy por debajo de lo requerido para poder subsistir de manera
digna o por lo menos adquirir la canasta básica. Es aquí donde se llega al
punto principal del tema de éste trabajo: El salario mínimo en México.
Se empezará por aclarar qué
es salario, sus antecedentes y generalidades de este concepto, para ello se
definirá salario de la siguiente manera como lo hace el sitio web
www.wikipedia:
“Es la suma de dinero que recibe de forma periódica un
trabajador de su empleador por un tiempo de trabajo determinado o por la
realización de una tarea específica o fabricación de un producto determinado.
El pago puede ser mensual, semanal o diario, y en este último caso recibe el
nombre de jornal, del término jornada (wikipedia.com)”.
Ahora bien conozcamos a fondo la opinión y la
forma en que del gran filosofo e intelectual de Karl Marx interpreta tal
concepto en su gran obra: “Trabajo Asalariado y Capital”:
“Si preguntamos a los obreros qué salario perciben, uno
nos contestará: «Mi burgués me paga un marco por la jornada de trabajo»; el
otro: «Yo recibo dos marcos», etc. Según las distintas ramas del trabajo a que
pertenezcan, nos indicarán las distintas cantidades de dinero que los burgueses
respectivos les pagan por la ejecución de una tarea determinada, por tejer una
vara de lienzo o por componer un pliego de imprenta. Pero, pese a la diferencia
de datos, todos coinciden en un punto: el salario es la cantidad de dinero que
el capitalista paga por un determinado tiempo de trabajo o por la ejecución de
una tarea determinada.
Por tanto, diríase que el capitalista les compra con
dinero el trabajo de los obreros. Estos le venden por dinero su trabajo. Pero
esto no es más que la apariencia. Lo que en realidad venden los obreros al
capitalista por dinero es su fuerza de trabajo. El capitalista compra esta
fuerza de trabajo por un día, una semana, un mes, etc. Y, una vez comprada, la
consume, haciendo que los obreros trabajen durante el tiempo estipulado. Con el
mismo dinero con que les compra su fuerza de trabajo, por ejemplo, con los dos
marcos, el capitalista podría comprar dos libras de azúcar o una determinada
cantidad de otra mercancía cualquiera. Los dos marcos con los que compra dos
libras de azúcar son el precio de las dos libras de azúcar. Los dos marcos con
los que compra doce horas de uso de la fuerza de trabajo son el precio de un
trabajo de doce horas. La fuerza de trabajo es, pues, una mercancía, ni más ni
menos que el azúcar. Aquélla se mide con el reloj, ésta, con la balanza.
Los obreros cambian su mercancía, la fuerza de trabajo,
por la mercancía del capitalista, por el dinero y este cambio se realiza
guardándose una determinada proporción: tanto dinero por tantas horas de uso de
la fuerza de trabajo. Por tejer durante doce horas, dos marcos. Y estos dos
marcos, ¿no representan todas las demás mercancías que pueden adquirirse por la
misma cantidad de dinero? En realidad, el obrero ha cambiado su mercancía, la
fuerza de trabajo, por otras mercancías de todo género, y siempre en una
determinada proporción. Al entregar dos marcos, el capitalista le entrega, a
cambio de su jornada de trabajo, la cantidad correspondiente de carne, de ropa,
de leña, de luz, etc. Por tanto, los dos marcos expresan la proporción en que
la fuerza de trabajo se cambia por otras mercancías, o sea el valor de cambio de
la fuerza de trabajo. Ahora bien, el valor de cambio de una mercancía,
expresado en dinero, es precisamente su precio. Por consiguiente, el salario no
es más que un nombre especial con que se designa el precio de la fuerza de
trabajo, o lo que suele llamarse precio del trabajo, el nombre especial de esa
peculiar mercancía que sólo toma cuerpo en la carne y la sangre del hombre (Marx, 1849)”.
2.- ANTECEDENTES
HISTÓRICOS:
El salario mínimo fue empleado por primera
vez en los países de Nueva Zelanda y Australia en el siglo XIX. En México el
organismo encargado de regular y/o modificar el salario mínimo es la CONASAMI
(Comisión Nacional de Salarios Mínimos) quien desde el año 1987 se encarga de
fijar tal valor con base en lo establecido en la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, además de hacer cumplir lo que expresa el Art. 90 de
la Ley Federal del Trabajo. Anterior a esta comisión el salario mínimo estaba
regulado por comisiones regionales bajo supervisión de la Comisión Nacional,
dando paso al origen de la comisión antes mencionada. Lo siguiente señalaba el artículo
123 fracción IX de la constitución de 1917:
“La fijación del salario mínimo se hará por comisiones
especiales que se formarán en cada municipio, subordinadas a la Junta Central
de Conciliación que se establecerán en cada Estado (Constitucion Pólitica De Los
Estados Unidos Mexicanos, 1917)”.
3.- ESTADO
DEL ARTE:
Actualmente el mundo vive una fuerte desestabilidad
económica, con crisis, poco crecimiento y desde luego desempleo. Cada país implementado
sus estrategias para salir avante y salir lo menos afectado ante las complicadas
situaciones. Sin embargo, ¿Es entonces falta de capacidad para hacer frente a
tales adversidades, o por qué pareciera que el pueblo mexicano resulta ser el
más dañado ante estas caídas? La verdad es que México al igual que muchos otros
países dependemos directamente de la estabilidad con que se encuentre nuestro
vecino del norte E.E.U.U. haciendo referencia que la gran mayoría de las
exportaciones que se hacen en el país llevan por destino tal vecino. Entonces
si Estados Unidos se ve en la necesidad de disminuir sus importaciones, esto
afecta en que la producción en nuestro país se viera en cantidades inferiores o
en el peor de los casos pausada. Todo va con un efecto en cadena, la
disminución de producción por ende genera cierre de fabricas y por consecuente,
desempleo.
El salario mínimo se actualiza año con año,
pero sus variaciones son realmente poco significantes, si se compara con el
aumento de precios de los productos y/o gastos elementales para la vida diaria,
háblese de transporte, gasolina, alimentos, vivienda etc.
$73.04 pesos es el valor mínimo que el
trabajador mexicano recibe por su jornada diaria. Cantidad que entró en vigor a
partir del 1 de enero del 2016. Conforme a ello el sitio web el financiero
informa la situación actual de México en el ámbito del salario mínimo y su
comparación en el continente:
“Con una remuneración que asciende a 5.9 dólares diarios,
los trabajadores mexicanos son los que perciben el sueldo más bajo en la región
latinoamericana, de acuerdo con datos del Banco Mundial.
Esta información se desprende de los componentes del
índice Doing Business, que en su versión 2016 colocó a México en el sitio
número 38 a nivel global en la medición de facilidad para hacer negocios. Los
datos del INEGI señalan que de los 50.3 millones de ocupados en la economía
durante segundo trimestre, 13.7 por ciento de ellos laboraron percibiendo sólo
un salario mínimo como paga. Esta proporción es la más alta para un trimestre
similar desde 2012, es decir, tres años. Por el contrario, los empleados que
ganan más de cinco salarios mínimos por mes agruparon apenas 6.1 por ciento de
la población ocupada y esta fue su menor proporción en diez años.
A nivel global los salarios mínimos más elevados están en
Noruega y Luxemburgo, con 3 mil 840 y tres mil dólares al mes, respectivamente (El Financiero)”.
El economista Ulises Castro Álvarez
interpreta lo siguiente de la actualidad en México:
“En México encontramos tanto la experiencia de la
promoción del desarrollo mediante la intervención del gobierno, es decir la
economía de mercado encauzada, regulada y promovida por el Estado a través de
múltiples instrumentos de política económica y la experiencia de la promoción
del desarrollo a través de la fuerzas del mercado.
Los resultados se han analizado en diversas ocasiones en
este documento, mostrando un mejor desempeño al utilizar de manera prudente
políticas macroeconómicas activas, acompañadas de políticas de fomento general
tales como la formación de recursos humanos, construcción de infraestructura,
atención a la salud y la previsión social, apoyo con un sistema financiero
funcional a través de la banca de desarrollo y regulación y supervisión de la
banca comercial, marco legislativo e institucional para normar el
funcionamiento de los mercados; y políticas de fomento sectorial para impulsar
el desarrollo de sectores y ramas productivas prioritarias mediante la
regulación del comercio exterior, inversión y gasto público sectorial, créditos
preferenciales mediante cajones obligatorios de asignación selectiva de
créditos con tasas controladas, subsidios y estímulos a industrias necesarias, exenciones
fiscales a industrias exportadoras y a inversiones elegibles, precios de
garantía para la agricultura y el desarrollo de un sector energético por el
Estado vinculado a las prioridades del desarrollo nacional (Castro Álvarez)”.
4.- DESARROLLO:
Si
bien, se cuenta con organismos sólidos y una constitución que protege al pueblo mexicano no se ve reflejado en la calidad de vida. La constitución establece
que el salario mínimo debe estar adaptado para satisfacer las necesidades
básicas como lo son el alimento, vivienda, vestido y educación. Tal y como el
artículo 94 de la Ley Federal del Trabajo describe claramente lo siguiente:
“El salario mínimo deberá ser suficiente para satisfacer
las necesidades normales de un jefe de familia en el orden material, social y
cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos (Diario
Oficial de la Federación, 1970)”
Lo cual es prácticamente imposible, es por
ello que el país vive en una permanente gran inconformidad respecto a este
tema. El trabajador se ve obligado a trabajar horas extraordinarias para buscar
tener mejor solvencia, y como consecuencia estos actos se vuelven
inconstitucionales, sobrepasando las horas laborales trabajadas permitidas en la
Ley Federal del Trabajo. En consecuencia todo se ve afectado, el trabajador no
rendirá igual, el trabajo realizado por el mismo, tal vez no será del todo
competente y a la larga generando un desinterés por el trabajador propiciando a
consecuencias grandes problemas para el empleador. Lo anterior se puede ver muy bien
expresado en la frase que expone el empresario Gales Robert Owen:
“La clase trabajadora puede ser perjudicada,
degradada u oprimida de tres maneras: descuidándolos en la infancia, cuando se
los sobre carga de trabajo o cuando se les paga bajos salarios por su trabajo (Owen, 1771)”.
El filósofo y economista escocés Adam Smith
citaba lo siguiente en una de sus más grandes obras que desarrolló a lo largo
de su vida:
“Ciertamente, no se puede valorar como feliz y próspera
una sociedad donde la mayoría de sus miembros están reducidos a la pobreza y la
miseria. Lo justo, no obstante, exige que aquellos que alimentan, visten y dan
hogar a todo el cuerpo de la nación, tengan, en el producto de su propio
trabajo, una parte suficiente para poder alimentarse, vestirse y encontrar
vivienda por sí mismos (Smith, 1776)”.
¿Por qué no subir de golpe el valor del
salario mínimo y así combatir la desigualdad e impulsar un crecimiento
económico? Sería una pregunta lógica, pero son muchos los factores que pudiesen
dar origen como respuesta a la pregunta. México busca competir a nivel
internacional ofreciendo al mercado una mano de obra barata para las empresas
extranjeras, así como también diversos beneficios muy por encima del empresario
mexicano. Subir los sueldos a cifras más elevadas implicaría que tales empresas
duden en querer venir a nuestro país, quedando rezagado de la competitividad
internacional. Visto de ese modo los intereses del gobierno resultan
provechosos solo para algunos cuantos y no para el pueblo quienes son los que
día a día sacan adelante el trabajo.
Contrario a lo que se pudiese pensar a la
lógica, elevar el salario mínimo no erradica directamente la pobreza, o al
menos no es la solución maestra. Por ello, otra posible respuesta a la
pregunta, sería que se considera que si se cambiase el salario por un valor muy
significativamente alto de la noche a la mañana, es que esto generaría una gran
inflación en el país, sin dejar de lado que ello resulte contraproducente. El
trabajador en sí ganará mas, absolutamente todos tendrían más margen de gasto,
los productos en general estarían al alcance de todos, crecería de manera
abultada la demanda, viéndose los productores en el escenario de no poder
satisfacer tal cantidad de demanda y por ende, los comerciantes, y tiendas en
general, comenzarían a elevar el precio de sus productos. El sitio web
Forbes.com expone de manera clara lo anteriormente escrito y que pasaría si se
subiese de golpe el salario mínimo en México:
“Sin hablar por ahora de las consecuencias en todo
aquello que está indexado al salario mínimo, el problema principal de la
propuesta es que se elevarían de un momento a otro los costos para las personas
y empresas que dan empleo. Ese costo extra tendría que asumirse por los
empresarios en varios frentes simultáneos: a) trasladándolo al consumidor
subiendo los precios y arriesgándose a perder mercado y competitividad; b)
sacrificando de forma injusta su margen de ganancia, pues el gobierno no tiene
por qué castigar más a quien genera riqueza, empleos y paga impuestos. Se
inhibe también la creación de más empresas; c) recortando otros costes, y para
ese fin, entre lo primero que figuraría es el despido de personal.
Por donde se le vea, el negativo efecto dominó que
provoca una medida populista como esta, supera por mucho los posibles
beneficios temporales que se conseguirían.
Para decirlo claro, subir el salario mínimo
artificialmente terminaría generando desempleo, y por si fuera poco, condenaría
de manera discriminatoria e injusta a los trabajadores menos cualificados, pues
al resultar más caro emplearlos, habría menos empleo formal disponible para
ellos. Los descendentes puestos laborales se pelearían aún más entre prospectos
con mayor calificación (Forbes.com.mx)”.
5.- CONCLUSIONES: Está
claro que el salario mínimo no se va a aumentar significativamente de un año a
otro, ni mucho menos hacerlo resolverá los problemas del país. Lo que si es necesario es al menos modificarlo a un
valor justo y que cumpla con lo establecido en la Ley. Por otro lado,
el gobierno tendría que ver más por los intereses del pueblo mexicano a la hora
de querer ser candidato viable para inversiones de empresas extranjeras y no “abaratar”
la mano de obra de los mexicanos con tal de “consentir” por delante de nosotros
mismos a los extranjeros. Apoyar radicalmente a los empresarios de productos
cien por ciento mexicanos y ayudar que sea productos de calidad y de
competencia a nivel mundial. El generar, consumir más nuestros propios
productos, y colocarlos en un mercado global. Actualmente la mayoría de las
cosas que utilizamos a diario son de origen extranjero, cuando bien pudiésemos
estar produciendo nuestros propios automóviles, computadoras, televisiones,
celulares, etc. y ya no digamos nuestra propia gasolina. Invertir y pensar más
a futuro y no desvivirse por hacer el jugoso negocio a corto plazo.
“El
gobierno es incapaz de darnos algo sin despojarnos de algo más (Hazlitt, 1946)”.
6.- BIBLIOGRAFIA:
Art 90 Ley Federal Del Trabajo.
Diario Oficial de la Federación:
Karl Marx. Trabajo Asalariado Y Capital. 1849.
Berlín.
Adam Smith. La riqueza de las naciones. Reino
unido.1776
Robert Owen. Powys.1771
Hazlitt Henry. La economía en una
lección.1946
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