Cada que observo los noticieros a nivel nacional, me
asombro de lo que aparece relativo a nuestros servidores públicos, a pesar de
que se trata de maquillar las notas, se aprecia de fondo que nuestro sistema
político-jurídico se encuentra rodeado de imperfectos ciudadanos, que más que
brindar apoyo a sus ciudadanos se encuentran inmersos en la figura denominada
clientelismo político.
A decir, hace falta compromiso social y ético de los
funcionarios públicos, el clientelismo no es nuevo, ya desde las viejas
culturas se puede dilucidar, y vaya que en nuestros tiempos se ha vuelto más
evidente, gracias a la implementación y manejo de las TICs por parte de los
ciudadanos. El asunto a tratar en el presente, es analizar el por qué los
servidores públicos se aferran a evidenciar su corrupción, el desfalco al
erario satisfaciendo su interés propio, red de corrupción, opacidad en sus
funciones asignadas y el manejo de tráfico de influencias para lograr arribar a
las grandes esferas políticas.
Lo que siempre hemos aprendido en la familia, es que se
debe portar uno bien y ayudar a su prójimo, pero tal parece que no observamos
lo mismo en los medios de comunicación. En los encabezados de los diarios, ya
sean de circulación estatal o nacional, notas alusivas al mal servicio social
de nuestros representantes, aquí cabe el dicho que no entran todos en el
supuesto, que trae como consecuencia que los ciudadanos se vean en la penosa
necesidad de realizar observaciones, anotar la conducta indebida para que en
los procesos electorales se vea el castigo, como dicen en la escuela “si no
realizó bien su tarea tendrá como consecuencia una reprimenda”.
¿Y la figura de la Transparencia dónde quedó y en qué
lugar la podemos ubicar dentro de la evaluación del desempeño al servicio
público por parte de un funcionario?, podemos dilucidar que hoy en día nuestros
funcionarios se desviven por realizar lo que algún día se podría llamar
“corrupción transparente”, bueno atendiendo al anterior criterio, se podría posicionar
en primer lugar la figura en el ranking
de la deshonestidad a la labor social.
Pero no se trata de que nuestros representantes sociales
se vean envueltos en circunstancias penosas y que mas que halagadoras son
vergonzosas sus actitudes. Si se trata de que los ciudadanos nos demos cuenta
de quién gana y tranza más, ya lo han logrado. Y vamos un poco más allá, ahora
con la herramienta del ciberespacio, nuestros señores legisladores en un afán
de captar más admiradores, que casi al final de su gestión (expreso “casi”,
porque muchos de los legisladores o gobernantes, luchan incansablemente por
más, un nivel superior al que han sido elegidos, dejando truncado su programa
de trabajo legislativo) lo ven reflejado en votos para su nueva aspiración política.
Mi interrogante es, ¿y los ciudadanos?
Los políticos han tomado de un tiempo a la fecha a
secuestrar las diversas redes sociales, colgando en sus muros noticias que no
muestran índices alentadores para los ciudadanos, mofándose de sus logros, pero
como en todo, hay un pero, si observamos la mayoría de sus publicaciones en sus
muros son de reuniones sociales, en informes de otros servidores públicos, pero
muy pocas son publicadas de los aportes a su comunidad o distrito al que
representan o en su extremo caso, se encuentran difamando y efectuando
observaciones negativas de sus adversarios. Eso sí, hay varios funcionarios que
han cometido errores garrafales en sus publicaciones y que al ver que los
ciudadanos encuentran ese medio idóneo para mostrar sus deficiencias y
carencias en su localidad o que se encuentran en contra de lo que ha expresado
en su muro, deciden poner fin a su mala decisión de incursionar en las redes
sociales, cancelando su cuenta de red social
Las redes sociales, los diversos sistemas de
comunicaciones (impreso o digital) y las TICs, han creado un boquete en la
opacidad de los servidores públicos, revelando datos fuertes de los pasivos y
activos antes y después de su mandato de un servidor público. Es sorprendente
al respecto, subrayar como es eufemístico los informes anuales que nuestros
funcionarios brindan a la ciudadanía, donde solo causa un agravio y malestar
social, donde las líneas y las fotos que en dichos informes que se entrega, son
todo lo contrario a la realidad social que pasa en su país, estado, municipio o
comunidad.
La ciudadanía sufre, padece y carece de la
infraestructura social y de programas sociales viables para su localidad,
debido a que su representante social se encuentra ocupado, ocupado en otros
avatares personales, atendiendo con esmero materias diversas “negocios” al cargo
para el que fue asignado. En el caso de los legisladores, su función y
obligación es crear leyes que vayan a favor del ciudadano, que ayuden a mejorar
al bienestar y entorno social de su país, creando una iniciativa que contenga
un soporte tanto de campo, técnico, teórico, jurídico, económico y social; el
ciudadano da su confianza y emite su voto de confianza a una persona que, entre
comillas, supuestamente conoce las necesidades de su distrito electoral, pero
observamos lo contrario, todo es una quimera de política, todo resulta ser un
juego de quién tiene más poder sobre otro, que llegado el momento de realizar
una investigación de campo observamos que no hay mejoras en las áreas de infraestructura,
educación, salud, vivienda, salarios, atención médica, etc.
De todo lo antes citado, se desprende que si la
ciudadanía no exige a sus representantes públicos que cumplan con su
encomienda, será un cuento de nunca acabar, eso es igual a que seguiremos
observando un México lastimado, frustrado e incapaz de hacer que sus servidores
públicos rindan cuentas claras, transparenten sus acciones y se encuentren
dispuestos a realizar con aptitud su función y vocación de servicio a la
colectividad, más no personal.
Espero que estas breves líneas sean de su interés, quedo
a sus órdenes para seguir creciendo como ciudadanos.
Jesús Arturo Vallejo Mauricio
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