sábado, 2 de abril de 2016

Historia del Derecho Colectivo. Rodrigo González




INTRODUCCIÓN

Pueblo unido pueblo fuerte dicen, lo hemos visto en innumerables ocasiones a través de la historia. La revolución francesa, un movimiento de libertad, donde la sociedad estaba harta de ser reprimida por un estado autoritario e injusto con su gente.

La independencia de Estados Unidos, un pueblo marginado y aprovechado. La imposición británica sobre los americanos no fue tomada a la ligera por nuestros vecinos del norte.

La independencia y revolución mexicana, fueron altamente influenciadas por la revolución francesa y la independencia de Estados Unidos. Logrando entonces que México se levantara en armas y mostrara su inconformidad frente al mal gobierno.

La gente que se manifiesta ante las inconformidades y que se junta para llegar a un logro común por lo general obtiene lo que se propone. Y esa es la verdadera fuerza de los sindicatos. Impulsados por inconformidades, promesas de mejores condiciones laborales y de vida, hartos de ser abusados; han logrado que el movimiento sindical alcance poderes nunca antes imaginados por sus antecesores en el siglo XVIII y IX. Sin embargo no están ausentes de amenazas.

Los sindicatos son organizaciones de derechos humanos, puesto que dependen de algunos de los más fundamentales derechos, tales como el derecho de asociación y la libertad de opinión y de expresión sin embargo no siempre fue así. Sin embargo en nuestros tiempos, tales derechos fundamentales están expresos en nuestra constitución política. El movimiento sindical ha estado siempre a la vanguardia en la lucha por conseguir estos derechos, no solamente para los miembros de los sindicatos, sino para todo el mundo.

A través de una larga lucha con la historia, los derechos de los trabajadores han logrado obtener mayor jerarquía, mayor fuerza y mayor empuje. Los patrones ya no pueden exigir de sus trabajadores lo que ellos quieran y deseen.

Los sindicatos han evolucionado a dos grandes rubros, los sindicatos blancos; como lo explica el Dr. José Dávalos “Sindicatos blancos o de protección o charros, son agrupaciones creadas o impulsadas por los patrones para tener en ellas apoyo seguro en el manejo de las relaciones laborales. Así, los dirigentes sindicales quedan sometidos a los caprichos de los empresarios.” Siendo estas agrupaciones de trabajadores definitivamente pero siempre respondiendo por los intereses del patrón.  Y los sindicatos rojos, que están en constante lucha con el patrón, pareciendo que ambas partes nunca pueden estar de acuerdo ni llegar a un acuerdo, queriendo siempre imponer su posición. “Sindicatos rojos: Estos conciben su función de lucha permanente frente al patrón, como parte del principio de la lucha de clases. Saben que el empresario no soltará un solo beneficio para los trabajadores por conciencia humana, siempre lo hará bajo presión.” (José Dávalos)

Existen también los sindicatos amarillos, los cuales son un poco parecidos a los blancos en respecto a que son formados por la empresa pero parten del principio de que los trabajadores y los patrones tienen un origen humano común, por tanto deben buscar soluciones fraternales, no como resultado de la lucha. Son partidarios de la armonización de sus intereses con los intereses del patrón.

Sin embargo para muchos autores los amarillos son igual que los blancos y los blancos iguales a los amarillos, entonces para propósito de esclarecer la discusión llamaremos a los sindicatos que no están en constante lucha como cooperadores y los sindicatos que buscan siempre estar en contra como de oposición.

Se buscara encontrar una solución a esta constante lucha de estire y afloje para demostrar cual sería el sindicato ideal.

ANTECEDENTES HISTORICOS.
“No saber lo que ha sucedido antes de nosotros es como ser incesantemente niños.” Cicerón. Debemos entender los problemas que tenían nuestros antepasados para entender la situación actual que están viviendo los sindicatos.

El origen de la palabra “Sindicato” proviene de Grecia. Sin embargo la idea de un sindicato es considerablemente más reciente. Síndico es un término que empleaban los griegos para denominar al que defiende a alguien en un juicio, considerado también como protector. En Atenas en particular se llamó síndicos a una comisión de cinco oradores públicos encargados de defender las leyes establecidas por los atenienses. Ya más adelante, se utilizó la palabra síndico con valor adjetivo para nombrar aquello que afectaba a la comunidad o que era comunitario.

El concepto moderno de la palabra sindicato nació entre los patrones, para evitar hacerse la competencia en los precios, se sindicaron formando una asociación que gestionaba la colocación en el mercado de sus productos, de manera que todos cobraran al mismo precio. Algo totalmente ilegal en el estado que vivimos actualmente.

Fue entonces cuando los trabajadores aprendieron de los patrones. Y se dieron cuenta que asociándose en agrupaciones gremiales podían utilizar su fuerza en conjunto para llegar a una mejor situación. Pero cuando los trabajadores empezaron a juntarse y realizar huelgas los patrones y el mismo estado se vieron amenazados.

Para esto hay que remontarnos a Francia e Inglaterra a finales del siglo XVIII y principios del siglo IX. En Francia en el año 1791 se promulgo la Ley Le Chapelier. Como lo menciona el licenciado Mario de la Cueva “la Ley Chapelier es el documento base para el estudio de la lucha por la libertad y el derecho de coalición y se puede definir como la declaración de guerra que hizo el estado liberal burgués a los trabajadores”. La mencionada ley buscaba imponer una ideología económica que buscaba por sobre cualquier cosa evitar cualquier manifestación e impedimento que los trabajadores pudieran tener para obstruir el progreso económico.

La ley Chapelier en su artículo 4to declaró ilícita la coalición encaminada a la fijación de condiciones generales de trabajo, por lo que la huelga se convirtió en un acto ilícito. El mencionado artículo también prohibía la asociación profesional.

De la misma manera que en Francia, Inglaterra en el año 1799 promulgó la ley Unlawful Societies Act. La mencionada ley prohibía al igual que la ley de Chapelier cualquier coalición o gremio de trabajadores. Sin embargo está se caracterizó por prohibir también las agrupaciones de los patrones.

Para el año 1800 se desaparecieron todas las reglamentaciones oficiales sobre las condiciones de trabajo. Se mantuvo la ideología liberal capitalista de que todo tenía que regirse por la ley de la oferta y la demanda. Esta se encargaría de regular los precios y los salarios.

La manera en la que los patrones y los trabajadores su pondrían de acuerdo era a través de contratos de trabajo en el cual ambas partes dialogaban para llegar a un mutuo acuerdo.

Debido a la revolución industrial y la creación de máquinas que remplazaban a la mano de obra, muchísimas personas quedaron desempleadas, creando una grandísima demanda por trabajo. Gracias a esto los patrones podían imponer sus condiciones de trabajo y aprovechándose de la gran demanda que existía podían poner las condiciones que quisieran. Dichas condiciones por más denigrantes que fueran, eran aceptadas por los trabajadores. Ya que estos no tenían más que aceptarlas porque al no hacerlo morirían de hambre.

Esto resultó en un alto descontento por parte de los trabajadores, los cuales eran explotados de manera inhumana. Teniendo que soportar altas horas de laborales, condiciones deplorables y por sobre todo una paga insignificante.

La total desprotección de los trabajadores frente a los abusos de los patrones, los empujó a organizarse en asociaciones para protegerse en caso de enfermedad, paro o huelga. En estos casos los gremios y sindicatos respondían, por tanto, a circunstancias económicas o sociales distintas. Y no fue sino hasta 1824 cuando se dictó la ley que les permitía a los trabajadores juntarse y crear coaliciones.

Fue entonces cuando, en Inglaterra, nacieron las primeras asociaciones de trabajadores, las llamadas sociedades de ayuda mutua o "socorro mutuo". Las integraban esencialmente artesanos que trabajaban bajo el domestic system. Su objetivo era la unión de los obreros para conseguir mejoras laborales y salariales, operando como cajas de resistencia frente a adversidades como la enfermedad o el desempleo.

En Francia en el año 1864 finalmente se admitió la libertad de agrupamiento y la huelga, siempre y cuando no sea acompañada de violencia.

Con el pasar de los años, se empezaron a promulgar más leyes, reglamentos, tratados internacionales, convenios, etc. a favor de los trabajadores, reconociendo al trabajo como un derecho humano fundamental. Tal es la importancia de tener un trabajo digno y tener la facultad de asociarse y luchar por lo que las personas se merecen que ha quedado plasmada en nuestra constitución política.


¿CUÁL ES EL SINDICATO IDEAL?
No importa si el sindicato es blanco, amarillo, rojo, etc. Lo importante son las metas que cada uno de estos se plantea. Entender que no todas se pueden ganar y es necesario que tanto los trabajadores como los patrones busquen un punto de equilibrio.

Lo ideal, el sueño de todo obrero o trabajador que entra a trabajar, un sindicato lo bastante inteligente como para mantener, ganar privilegios y prestaciones de las empresas. Éste los brinda a sus agremiados de manera transparente y cuentas claras, como lo menciona Tatiana Jiménez “Dichos sindicatos son los que entienden la delicadeza del mercado en donde la empresa vende sus productos y anticipa las acciones a implementar para evitar despidos de personal cuando viene una crisis o época de bajas ventas, son los sindicatos que continuamente apoyan los programas de capacitación laboral, los que consiguen becas en las escuelas, los que proyectan a los empleados de niveles bajos a jefaturas, gerencias e inclusive a nuevos puestos dentro de la misma empresa.” Estos sindicatos formados por gente preparada, con escolaridad y conocimientos del mercado donde se desenvuelve la empresa y por ello entienden lo que la empresa solicita en situaciones delicadas y median los intereses del obrero con la empresa obteniendo una relación estable y fraternal.

Y es a ahí a donde se debe a aspirar. Un sindicato preparado experimentado con líderes que saben que es lo que se necesita para lograr la equidad.

Sin embargo esta suposición no es una fantasía, sindicatos como Yakult o Volkswagen México e inclusive el sindicato de Telmex, son considerados como sindicatos de alta calidad y los agremiados de estos sindicatos los apoyan incondicionalmente convencidos en la calidad moral de sus dirigentes y seguros de que se cumplirán las promesas por parte de las empresas y del sindicato.

CONCLUSIONES Y PROPUESTAS.
Los sindicatos siempre han tenido una lucha constante por sus derechos, como ya lo vimos anteriormente, sus derechos eran pasados por alto y no gozaban de ningún privilegio.

Después de muchos años de rebelión, lucha y dialogo entre los trabajadores y patrones, se pudo llegar a un acuerdo. Que los trabajadores y sus opiniones sean respetados por los empleadores. Sin embargo los mencionados diálogos no siempre dieron como resultado la mejor opción.

Como ya lo vimos algunos sindicatos fueron tan extremistas que al no dejar respirar al patrón se perjudican a ellos mismos debido a que la empresa tiene las manos vendadas y no puede florecer en el mercado que se desarrolla debido a las constantes imposiciones de los sindicatos. De igual manera existen sindicatos los cuales carecen de fuerza y opinión quedando a la merced del patrón. Estos sindicatos no generan ningún incentivo al trabajador y no luchan por sus derechos siendo verdaderamente inútiles.

Entonces tenemos una tercera opción. Un sindicato equitativo que está preocupado por el funcionamiento de la empresa, que entiende que la empresa necesita respirar y no estar completamente restringida para poder desarrollarse en el mercado. De igual manera un patrón que entiende que si sus trabajadores no son correctamente beneficiados sus resultados no van a ser los esperados. Cuando alguien está feliz de ir a trabajar y las prestaciones y beneficios de permanecer en esa empresa le son satisfactorios, siempre estará contento y agradecido con su patrón y los resultados serán mucho mejores.

Es por ello que es de suma importancia crear conciencia en éste aspecto. Buscar la igualdad y la equidad para que ambas partes sean beneficiados de la relación laboral.



BIBLIOGRAFIA.

Cueva, M. d. (1960). Derecho Mexicano del Trabajo. México: Porrúa.

Dávalos, J. (2011, Abril 24). Pulso Político. Retrieved from http://www.pulsopolitico.com.mx/2011/04/sindicatos-blancos/
Jiménez, T. (2009). Tipos de Sindicatos. 1-10.

López, M. X. (2011). La Tarea Sindical en México. Un camino sinuoso para la democracia. Perspectivas Progresistas, 5-15.

Murray, C. L. (2004). El Poder Sindical en la Economía Mundial. Manu Robles-Arangiz Institutua.










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