INTRODUCCIÓN
Pueblo
unido pueblo fuerte dicen, lo hemos visto en innumerables ocasiones a través de
la historia. La revolución francesa, un movimiento de libertad, donde la
sociedad estaba harta de ser reprimida por un estado autoritario e injusto con
su gente.
La
independencia de Estados Unidos, un pueblo marginado y aprovechado. La
imposición británica sobre los americanos no fue tomada a la ligera por
nuestros vecinos del norte.
La
independencia y revolución mexicana, fueron altamente influenciadas por la
revolución francesa y la independencia de Estados Unidos. Logrando entonces que
México se levantara en armas y mostrara su inconformidad frente al mal
gobierno.
La
gente que se manifiesta ante las inconformidades y que se junta para llegar a
un logro común por lo general obtiene lo que se propone. Y esa es la verdadera
fuerza de los sindicatos. Impulsados por inconformidades, promesas de mejores
condiciones laborales y de vida, hartos de ser abusados; han logrado que el
movimiento sindical alcance poderes nunca antes imaginados por sus antecesores
en el siglo XVIII y IX. Sin embargo no están ausentes de amenazas.
Los
sindicatos son organizaciones de derechos humanos, puesto que dependen de
algunos de los más fundamentales derechos, tales como el derecho de asociación
y la libertad de opinión y de expresión sin embargo no siempre fue así. Sin
embargo en nuestros tiempos, tales derechos fundamentales están expresos en
nuestra constitución política. El movimiento sindical ha estado siempre a la
vanguardia en la lucha por conseguir estos derechos, no solamente para los
miembros de los sindicatos, sino para todo el mundo.
A
través de una larga lucha con la historia, los derechos de los trabajadores han
logrado obtener mayor jerarquía, mayor fuerza y mayor empuje. Los patrones ya
no pueden exigir de sus trabajadores lo que ellos quieran y deseen.
Los
sindicatos han evolucionado a dos grandes rubros, los sindicatos blancos; como
lo explica el Dr. José Dávalos “Sindicatos blancos o de protección o charros,
son agrupaciones creadas o impulsadas por los patrones para tener en ellas
apoyo seguro en el manejo de las relaciones laborales. Así, los dirigentes
sindicales quedan sometidos a los caprichos de los empresarios.” Siendo estas
agrupaciones de trabajadores definitivamente pero siempre respondiendo por los
intereses del patrón. Y los sindicatos
rojos, que están en constante lucha con el patrón, pareciendo que ambas partes
nunca pueden estar de acuerdo ni llegar a un acuerdo, queriendo siempre imponer
su posición. “Sindicatos rojos: Estos conciben su función de lucha permanente
frente al patrón, como parte del principio de la lucha de clases. Saben que el
empresario no soltará un solo beneficio para los trabajadores por conciencia
humana, siempre lo hará bajo presión.” (José Dávalos)
Existen
también los sindicatos amarillos, los cuales son un poco parecidos a los
blancos en respecto a que son formados por la empresa pero parten del principio
de que los trabajadores y los patrones tienen un origen humano común, por tanto
deben buscar soluciones fraternales, no como resultado de la lucha. Son
partidarios de la armonización de sus intereses con los intereses del patrón.
Sin embargo
para muchos autores los amarillos son igual que los blancos y los blancos
iguales a los amarillos, entonces para propósito de esclarecer la discusión
llamaremos a los sindicatos que no están en constante lucha como cooperadores y
los sindicatos que buscan siempre estar en contra como de oposición.
Se
buscara encontrar una solución a esta constante lucha de estire y afloje para
demostrar cual sería el sindicato ideal.
ANTECEDENTES
HISTORICOS.
“No
saber lo que ha sucedido antes de nosotros es como ser incesantemente niños.”
Cicerón. Debemos entender los problemas que tenían nuestros antepasados para
entender la situación actual que están viviendo los sindicatos.
El
origen de la palabra “Sindicato” proviene de Grecia. Sin embargo la idea de un
sindicato es considerablemente más reciente. Síndico es un término que
empleaban los griegos para denominar al que defiende a alguien en un juicio,
considerado también como protector. En Atenas en particular se llamó síndicos a
una comisión de cinco oradores públicos encargados de defender las leyes
establecidas por los atenienses. Ya más adelante, se utilizó la palabra síndico
con valor adjetivo para nombrar aquello que afectaba a la comunidad o que era
comunitario.
El
concepto moderno de la palabra sindicato nació entre los patrones, para evitar
hacerse la competencia en los precios, se sindicaron formando una asociación
que gestionaba la colocación en el mercado de sus productos, de manera que
todos cobraran al mismo precio. Algo totalmente ilegal en el estado que vivimos
actualmente.
Fue
entonces cuando los trabajadores aprendieron de los patrones. Y se dieron
cuenta que asociándose en agrupaciones gremiales podían utilizar su fuerza en
conjunto para llegar a una mejor situación. Pero cuando los trabajadores empezaron
a juntarse y realizar huelgas los patrones y el mismo estado se vieron
amenazados.
Para
esto hay que remontarnos a Francia e Inglaterra a finales del siglo XVIII y
principios del siglo IX. En Francia en el año 1791 se promulgo la Ley Le
Chapelier. Como lo menciona el licenciado Mario de la Cueva “la Ley Chapelier
es el documento base para el estudio de la lucha por la libertad y el derecho
de coalición y se puede definir como la declaración de guerra que hizo el
estado liberal burgués a los trabajadores”. La mencionada ley buscaba imponer
una ideología económica que buscaba por sobre cualquier cosa evitar cualquier
manifestación e impedimento que los trabajadores pudieran tener para obstruir
el progreso económico.
La ley
Chapelier en su artículo 4to declaró ilícita la coalición encaminada a la
fijación de condiciones generales de trabajo, por lo que la huelga se convirtió
en un acto ilícito. El mencionado artículo también prohibía la asociación
profesional.
De la
misma manera que en Francia, Inglaterra en el año 1799 promulgó la ley Unlawful
Societies Act. La mencionada ley prohibía al igual que la ley de Chapelier
cualquier coalición o gremio de trabajadores. Sin embargo está se caracterizó
por prohibir también las agrupaciones de los patrones.
Para el
año 1800 se desaparecieron todas las reglamentaciones oficiales sobre las
condiciones de trabajo. Se mantuvo la ideología liberal capitalista de que todo
tenía que regirse por la ley de la oferta y la demanda. Esta se encargaría de
regular los precios y los salarios.
La
manera en la que los patrones y los trabajadores su pondrían de acuerdo era a
través de contratos de trabajo en el cual ambas partes dialogaban para llegar a
un mutuo acuerdo.
Debido
a la revolución industrial y la creación de máquinas que remplazaban a la mano
de obra, muchísimas personas quedaron desempleadas, creando una grandísima
demanda por trabajo. Gracias a esto los patrones podían imponer sus condiciones
de trabajo y aprovechándose de la gran demanda que existía podían poner las
condiciones que quisieran. Dichas condiciones por más denigrantes que fueran,
eran aceptadas por los trabajadores. Ya que estos no tenían más que aceptarlas
porque al no hacerlo morirían de hambre.
Esto
resultó en un alto descontento por parte de los trabajadores, los cuales eran
explotados de manera inhumana. Teniendo que soportar altas horas de laborales,
condiciones deplorables y por sobre todo una paga insignificante.
La
total desprotección de los trabajadores frente a los abusos de los patrones,
los empujó a organizarse en asociaciones para protegerse en caso de enfermedad,
paro o huelga. En estos casos los gremios y sindicatos respondían, por tanto, a
circunstancias económicas o sociales distintas. Y no fue sino hasta 1824 cuando
se dictó la ley que les permitía a los trabajadores juntarse y crear
coaliciones.
Fue
entonces cuando, en Inglaterra, nacieron las primeras asociaciones de
trabajadores, las llamadas sociedades de ayuda mutua o "socorro
mutuo". Las integraban esencialmente artesanos que trabajaban bajo el
domestic system. Su objetivo era la unión de los obreros para conseguir mejoras
laborales y salariales, operando como cajas de resistencia frente a
adversidades como la enfermedad o el desempleo.
En
Francia en el año 1864 finalmente se admitió la libertad de agrupamiento y la
huelga, siempre y cuando no sea acompañada de violencia.
Con el
pasar de los años, se empezaron a promulgar más leyes, reglamentos, tratados
internacionales, convenios, etc. a favor de los trabajadores, reconociendo al
trabajo como un derecho humano fundamental. Tal es la importancia de tener un
trabajo digno y tener la facultad de asociarse y luchar por lo que las personas
se merecen que ha quedado plasmada en nuestra constitución política.
¿CUÁL
ES EL SINDICATO IDEAL?
No
importa si el sindicato es blanco, amarillo, rojo, etc. Lo importante son las
metas que cada uno de estos se plantea. Entender que no todas se pueden ganar y
es necesario que tanto los trabajadores como los patrones busquen un punto de
equilibrio.
Lo ideal,
el sueño de todo obrero o trabajador que entra a trabajar, un sindicato lo
bastante inteligente como para mantener, ganar privilegios y prestaciones de
las empresas. Éste los brinda a sus agremiados de manera transparente y cuentas
claras, como lo menciona Tatiana Jiménez “Dichos sindicatos son los que
entienden la delicadeza del mercado en donde la empresa vende sus productos y
anticipa las acciones a implementar para evitar despidos de personal cuando
viene una crisis o época de bajas ventas, son los sindicatos que continuamente
apoyan los programas de capacitación laboral, los que consiguen becas en las
escuelas, los que proyectan a los empleados de niveles bajos a jefaturas,
gerencias e inclusive a nuevos puestos dentro de la misma empresa.” Estos
sindicatos formados por gente preparada, con escolaridad y conocimientos del
mercado donde se desenvuelve la empresa y por ello entienden lo que la empresa
solicita en situaciones delicadas y median los intereses del obrero con la
empresa obteniendo una relación estable y fraternal.
Y es a
ahí a donde se debe a aspirar. Un sindicato preparado experimentado con líderes
que saben que es lo que se necesita para lograr la equidad.
Sin
embargo esta suposición no es una fantasía, sindicatos como Yakult o Volkswagen
México e inclusive el sindicato de Telmex, son considerados como sindicatos de
alta calidad y los agremiados de estos sindicatos los apoyan incondicionalmente
convencidos en la calidad moral de sus dirigentes y seguros de que se cumplirán
las promesas por parte de las empresas y del sindicato.
CONCLUSIONES
Y PROPUESTAS.
Los
sindicatos siempre han tenido una lucha constante por sus derechos, como ya lo
vimos anteriormente, sus derechos eran pasados por alto y no gozaban de ningún
privilegio.
Después
de muchos años de rebelión, lucha y dialogo entre los trabajadores y patrones,
se pudo llegar a un acuerdo. Que los trabajadores y sus opiniones sean respetados
por los empleadores. Sin embargo los mencionados diálogos no siempre dieron
como resultado la mejor opción.
Como
ya lo vimos algunos sindicatos fueron tan extremistas que al no dejar respirar
al patrón se perjudican a ellos mismos debido a que la empresa tiene las manos
vendadas y no puede florecer en el mercado que se desarrolla debido a las
constantes imposiciones de los sindicatos. De igual manera existen sindicatos
los cuales carecen de fuerza y opinión quedando a la merced del patrón. Estos
sindicatos no generan ningún incentivo al trabajador y no luchan por sus
derechos siendo verdaderamente inútiles.
Entonces
tenemos una tercera opción. Un sindicato equitativo que está preocupado por el
funcionamiento de la empresa, que entiende que la empresa necesita respirar y
no estar completamente restringida para poder desarrollarse en el mercado. De
igual manera un patrón que entiende que si sus trabajadores no son
correctamente beneficiados sus resultados no van a ser los esperados. Cuando
alguien está feliz de ir a trabajar y las prestaciones y beneficios de
permanecer en esa empresa le son satisfactorios, siempre estará contento y
agradecido con su patrón y los resultados serán mucho mejores.
Es por
ello que es de suma importancia crear conciencia en éste aspecto. Buscar la
igualdad y la equidad para que ambas partes sean beneficiados de la relación
laboral.
BIBLIOGRAFIA.
Cueva,
M. d. (1960). Derecho Mexicano del Trabajo. México: Porrúa.
Dávalos,
J. (2011, Abril 24). Pulso Político. Retrieved from http://www.pulsopolitico.com.mx/2011/04/sindicatos-blancos/
Jiménez,
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M. X. (2011). La Tarea Sindical en México. Un camino sinuoso para la
democracia. Perspectivas Progresistas, 5-15.
Murray,
C. L. (2004). El Poder Sindical en la Economía Mundial. Manu Robles-Arangiz
Institutua.
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