Cuando Dios hizo el mundo, para que los hombres prosperaran decidió darles DOS virtudes:
Así, a los yanquis los hizo ordenados y "respetuosos de la ley";
a los alemanes, tenaces y estudiosos;
a los japoneses, trabajadores y pacientes.
Cuando llegó a los mexicanos, le dijo al ángel que anotara en una planilla: "Estos van a ser inteligentes, honestos, y políticos."
Cuando terminó de hacer el mundo, el ángel le llamó la atención y le dijo: "Santo Padre, Tú has dado a todos los pueblos del mundo dos virtudes, pero a los mexicanos les has dado tres. Eso hará que ellos prevalezcan por encima de todos los otros pueblos del mundo."
"Caramba", dijo Dios, "es cierto, pero como los dones de Dios no deben quitarse, deberemos remediar esto". "De ahora en adelante, los mexicanos conservarán esas tres virtudes, pero para no prevalecer por sobre los demás, ninguno podrá ejercer mas de dos simultáneamente ".
Es por eso, que desde ese momento
-el mexicano que es político y honesto, no puede ser inteligente;
-el que es inteligente y político, no puede ser honesto, y
-el que es inteligente y honesto, jamás podrá ser político.
Y ¡SE HA CUMPLIDO LA VOLUNTAD DE DIOS!
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