El pasado 27 de mayo del 2013 se
constituyó oficialmente el Comité Nacional de Productividad, como órgano
consultivo y auxiliar del Ejecutivo Federal y de la Planta Productiva. Está
conformado por el Gobierno Federal y representantes de los patrones, los
trabajadores y la academia. Fue anexado en la última Reforma realizada a la Ley
Federal del Trabajo por el Presidente Constitucional de los Estados Unidos
Mexicanos, Lic. Enrique Peña Nieto dentro del TITULO CUARTO: Derechos y
Obligaciones de los Trabajadores y de los Patrones; CAPITULO III BIS: De la
Productividad, Formación y Capacitación de los Trabajadores. El Comité tiene
como objetivo contribuir a democratizar la productividad, queriendo decir con
esto que la responsabilidad de ejercer las funciones que ha de cumplir el
organismo será compartida entre el Gobierno de la República, los trabajadores,
las instituciones académicas, los sindicatos y los patrones. Es importante
señalar que en el sitio en línea de la Presidencia de la República no se
especifica el método a seguir para que cualquier trabajador pueda integrarse,
afiliarse o participar con sus propuestas. En cuanto a lo dictado en la Ley
Federal del Trabajo, si bien, denota de manera más concreta la naturaleza de la
membresía y conformación de esta agrupación, deja mucho que desear puesto que
no determina de manera puntual la cantidad de miembros representativos que deberán
de integrarlo por cada grupo participativo que ha de compartir las
responsabilidades.
“Artículo 153-L. El Titular del Ejecutivo Federal fijará las bases para determinar la forma de designación de los miembros de la Comisión Nacional de Productividad, así como las relativas a su organización y funcionamiento. Sujetándose a los principios de representatividad e inclusión en su integración.
“Artículo 153-L. El Titular del Ejecutivo Federal fijará las bases para determinar la forma de designación de los miembros de la Comisión Nacional de Productividad, así como las relativas a su organización y funcionamiento. Sujetándose a los principios de representatividad e inclusión en su integración.
En la toma de decisiones de la Comisión Nacional de
Productividad se privilegiará el consenso.” (Secretaría de Trabajo y Previsión Social, 2013)
Si bien, este
artículo otorga al Presidente de la República la autoridad para determinar la
forma en que ha de constituirse el comité, parece ser que las bases en las que
se cimentará este proceso no han sido erigidas aún.
Ahora
bien, para situar la propuesta que se elaborará en este escrito, primeramente
ha de entenderse el concepto general de productividad. “La productividad es una
manera de evaluar la eficiencia con que se están utilizando los insumos, tanto
humanos como materiales y financieros, en la generación de un bien o servicio.”
(Mercado Ramírez, Díaz Treviño, & Flores Rojas, 1997) Como se hace mención
en la obra Productividad: Base de la competitividad, publicada en 1997 de
la autoría de Ernesto Mercado y sus colaboradores, la productividad permite hacer medible la
forma en que los recursos están siendo utilizados en el proceso de producción.
El insumo en el cual se enfocará por completo la atención en este discurso será
el capital humano.
Se hará mención especial de
aquellas facultades que tiene el Comité Nacional de Productividad enunciadas en
el Artículo 153 - L que resultan
relevantes para la propuesta contenida en este artículo. Entre algunas de estas
funciones y objetivos se encuentran la elaboración y actualización en los
estudios sobre las competencias laborales requeridas en las actividades
correspondientes a las ramas industriales o de servicios, la proposición de
normas técnicas de competencia laboral así como los procedimientos para su
evaluación, acreditación y certificación en caso de que no existan para medir
la productividad en determinadas actividades además de equilibrar los salarios
de manera justa de acuerdo a las calificaciones y competencias que hayan
adquirido los trabajadores, velando siempre por el incremento de la
productividad y por su evolución a través de la aplicación de mejores prácticas
que contribuyan al cumplimiento de este objetivo y que en este trabajo, serán
las organizativas las que sean abordadas.
"I. Realizar el diagnóstico nacional e internacional de
los requerimientos necesarios para elevar
la productividad y la competitividad en cada sector y rama de la
producción, impulsar la capacitación y el adiestramiento, así como la inversión
en el equipo y la forma de organización que se requiera para aumentar la
productividad, proponiendo planes por rama, y vincular los salarios a la calificación y competencias adquiridas,
así como a la evolución de la
productividad de la empresa en función de las mejores prácticas tecnológicas y organizativas que incrementen la productividad tomando en
cuenta su grado de desarrollo actual;
II. Colaborar en la elaboración
y actualización permanente del Catálogo Nacional de Ocupaciones y en los estudios sobre las
características de la tecnología, maquinaria y equipo en existencia y uso, así
como de las competencias laborales
requeridas en las actividades correspondientes a las ramas industriales o de
servicios;
III. Sugerir
alternativas tecnológicas y de
organización del trabajo para elevar la productividad en función de las
mejores prácticas y en correspondencia con el nivel de desarrollo de las
empresas;
VII. Proponer a la
Secretaría del Trabajo y Previsión Social la expedición de normas técnicas de
competencia laboral y, en su caso, los procedimientos para su evaluación,
acreditación y certificación, respecto de aquellas actividades productivas en
las que no exista una norma determinada; (…)” (Secretaría de Trabajo y Previsión Social, 2013)
Para asegurar el cumplimiento del
objetivo de la Comisión y poder hacerlo adecuadamente cubriendo cada región del
país, homogenizando y extendiendo su aplicación, en el Artículo 153 – N, también se hace mención de que el Comité
establecerá subcomisiones sectoriales, por rama de actividad, estatales y
regionales. Éstas subcomisiones habrán de elaborar para el ámbito de su respectiva
región, rama, entidad o sector, los programas que se estipulan de manera más
concreta como las acciones que han de lograr el incremento en la productividad
en el Artículo 153 – J, de entre los
cuales se hará mención de los siguientes con motivo de seguir el lineamiento de
la propuesta:
“Artículo 153-J. Para elevar la productividad en las empresas,
incluidas las micro y pequeñas empresas, se elaborarán programas que tendrán
por objeto:
I. Hacer un diagnóstico
objetivo de la situación de las empresas en materia de productividad;
II. Proporcionar a las empresas estudios sobre las mejores prácticas tecnológicas y organizativas que incrementen su nivel
actual de productividad en función de su grado de desarrollo;
VII. Evaluar periódicamente el desarrollo y
cumplimiento de los programas;
IX. Implementar sistemas que
permitan determinar en forma y monto apropiados los incentivos, bonos o
comisiones derivados de la contribución de los trabajadores a la elevación de
la productividad que se acuerde con los sindicatos y los trabajadores
Los
programas establecidos en este artículo podrán formularse respecto de varias
empresas, por actividad o servicio, una o varias ramas industriales o de
servicios, por entidades federativas, región o a nivel nacional.” (Secretaría de Trabajo y Previsión Social, 2013)
Entre los
programas relevantes aquí que han sido designados a las subcomisiones están
primeramente la realización de un diagnóstico efectivo de productividad, la
extensión de estudios sobre las mejores prácticas organizativas que contribuyan
a alcanzar el objetivo, así como la evaluación periódica del desarrollo y
cumplimiento de los programas además de la implementación de sistemas para
determinar los incentivos económicos que habrán de otorgarse a los trabajadores
que colaboren más en el incremento de la productividad.
La presentación de la evidencia
anterior tuvo por objeto la delimitación rigurosa del tema de este escrito: Una propuesta sobre las funciones y
programas que ha de elaborar y cumplir el Comité Nacional de Productividad, con
el objetivo de facilitar el logro de su principal objetivo, el incremento en la
productividad, a través de la mejora de las prácticas organizativas con el
insumo humano como principal enfoque.
ANTECEDENTES Y
LIMITACIONES
En el siguiente párrafo se
expondrá un pensamiento y sus respectivos argumentos de la autoría de Ernesto
Mercado y sus colaboradores, encontrado en el libro citado anteriormente que
trata de la realidad y el idealismo que rodea a la implementación de este tipo
de programas de productividad que a criterio de su servidora, es bastante
atinado. Mercado plantea que la actitud que demuestran los trabajadores por
default al enterarse de que la empresa propone introducir un programa de
productividad es meramente de rechazo, puesto que para la clase obrera esto
sólo puede añadir más presión a su trabajo además de una supervisión más
crítica. La implementación de estos programas incurre positivamente en las
ganancias de la Compañía, mientras que para los trabajadores sólo impacta
incrementando su carga de trabajo. Los trabajadores lo perciben como un tipo de
explotación, mientras el patrón sin
proveerles ningún tipo de reconocimiento por alcanzar estas metas, considera
que está dentro de las funciones que sus contratos estipulan que deben cumplir
y que la remuneración es suficiente con el salario que reciben. Mercado opina
que esto es verdad para los países desarrollados, donde se han encargado de
cuidar a su clase trabajadora y de proporcionarles justicia social y salarios
justos que les permitan darse un estilo de vida digno y de calidad, pero la
realidad en México y otros países en vías de desarrollo es que los patrones
esperan que estos programas funcionen y que sus empleados exploten su potencial
al máximo, pero con los salarios que se otorgan, apenas y pueden cubrir una
parte de sus necesidades básicas. Sin más remedio, el trabajador toma el
empleo, sabiendo que es mejor poco que nada, pero estas condiciones no lo
motivan lo suficiente para brindar su mejor esfuerzo ni poner sus mejores
habilidades a disposición de la causa y comprometerse con ella. Para que esto
suceda, es necesario que el trabajador perciba de manera tangible el resultado
de su trabajo y los beneficios de las políticas de la calidad y la
productividad, obteniendo una proporción significativa de las ganancias
equivalentes a sus aportaciones. En países desarrollados se ha logrado el
incremento de la productividad de manera considerable en diversos sectores y
empresas que siguen lineamientos de planes motivacionales, en comparación con
otras que no les plantean incentivos. (Mercado Ramírez, Díaz Treviño,
& Flores Rojas, 1997) Si bien, el Comité Nacional de
Productividad incluye dentro de sus funciones la implementación de sistemas de
incentivos, bonos y comisiones acorde a las contribuciones de los trabajadores
al incremento de la productividad y el acuerdo de los mismos con los sindicatos
y trabajadores, existen antecedentes de atentados por implementar este tipo de
sistemas a nivel nacional regulados a través de organismos como el Comité, que
hallaron ciertas limitaciones respecto a los incentivos otorgados, entre otras
aspectos.
“En México, en particular, se ha firmado un
“Pacto de Productividad” entre el Estado, la iniciativa privada y los
trabajadores, el cual conviene en dar un incentivo anual al trabajador con base
en la mejora lograda en el índice de productividad. Sin embargo, y no obstante
que el concepto de productividad es claro, no existe un concepto formal “único”
para su determinación, ni una única forma de evaluar los conceptos que en ella
intervienen (…) Debido a esto, tal vez en el primer año (1993), en el cual se
debió aplicar dicho convenio, los mismos sectores convinieran en dar un
incentivo de 20% del salario mensual de forma general, sin importar las
variaciones en productividad, dejando con esto de ser algo relacionado con la
productividad.” (Mercado Ramírez, Díaz Treviño, & Flores Rojas, 1997)
Anteriormente
solo se mencionó una definición del concepto de productividad, no obstante, cabe
aclarar que existen muchos otros, así como abundan las maneras en que se mide,
pudiendo ser a través de los insumos, de las ganancias, o bien mediante la
traducción de la mano de obra en cifras de horas trabajadas, cantidades de
producción, entre otros. Es por esto que es imprescindible que se defina el
modo objetivo en que vaya a medirse la productividad, y si esto se hará
independiente por cada sector, rama o entidad o si habrá de estandarizarse de
manera nacional.
Como puede observarse, en el año de 1993 cuando pretendió
implementarse el “Pacto de Productividad”, se enfrentaron al problema de no
saber cómo determinar la productividad o la contribución de cada trabajador
para alcanzarla, puesto que no se definió estrictamente el concepto. Así,
decidieron aumentar en un 20% el salario mensual de cada trabajador para
generalizar los beneficios por el incremento a la productividad, de modo que
quienes se esforzaban menos o no lo hacían, podían seguir haciendo lo mismo que
antes y aún así recibir un aumento en su sueldo. Los que sí se esforzaban,
pudieron haber percibido la situación de manera injusta, terminando por
desmotivarse y dejando de esforzarse. Como se mencionó, para el Comité actual
será de gran relevancia primeramente la definición del concepto de
productividad a nivel nacional, de sector o de empresa y en segundo lugar el
esbozo de criterios o indicadores para poder medirla. Una manera precisa de
determinar las aportaciones de cada trabajador a los índices de productividad
es la evaluación del desempeño que se define como el “Sistema de apreciación
del desenvolvimiento del individuo en su cargo y su potencial de desarrollo.
Por medio de ésta, se pueden encontrar problemas de supervisión de empleados,
integración del trabajador a la empresa o al cargo que ocupa, la falta de aprovechamiento
de potenciales mayores que los exigidos para el cargo, motivación y necesidad
de capacitación, entre otros.” (Zapata Cantú, Adriaénsens Rodríguez, Cárdenas, Francke Ramm, Gómez
López, & Manrique Cadena, 2008)En una evaluación del
desempeño adecuada, el patrón y el trabajador observan las cifras en que ha
incurrido el esfuerzo del segundo en la productividad de la empresa, fijan
objetivos a corto, mediano y largo plazo y de manera constructiva y respetuosa se
da un seguimiento al cumplimiento de los mismos. Es un método que ayuda a
conocer si se está haciendo bien o mal el trabajo bajo los esquemas
establecidas, así como las necesidades del trabajador en cuanto a motivación,
capacitación o si tiene la capacidad para extender sus funciones y enriquecer
de este modo su trabajo. Entre los
beneficios que otorga la implementación de la evaluación del desempeño están la
relación de justicia y equidad entre los trabajadores, la estimulación a que
los empleados realicen su mejor esfuerzo, la planificación y organización del
trabajo de tal forma que se alcancen los objetivos de la organización, la
oportunidad de evaluar el potencial del capital humano a corto, mediano y largo
plazo así como la definición de la contribución individual. También permite
identificar a los empleados que requieran capacitación en determinadas áreas de
actividad y seleccionar a los que cumplen con las habilidades, conocimiento y
actitudes para alguna promoción o transferencia. (Zapata Cantú, Adriaénsens Rodríguez, Cárdenas, Francke Ramm, Gómez
López, & Manrique Cadena, 2008)
La Ley Federal del Trabajo habla de la evaluación del
desempeño de los funcionarios públicos, sin embargo, lo que se pretende
proponer en este trabajo es el anexo de la evaluación del desempeño dentro de
las funciones del Comité Nacional de Productividad así como la evaluación
periódica de competencias adquiridas que podría ser un método de soporte para
determinar las aportaciones individuales de cada trabajador en el incremento de
la productividad. Esto ayudará a delimitar finamente las áreas de
oportunidad en cuanto a capacitación y adiestramiento de cada empresa, incluso
al grado de poder detectar los puntos débiles que afecten la productividad de
una rama de la producción o de un sector entero. La inclusión del Comité
Nacional de Productividad en la Ley Federal del Trabajo parece una propuesta
interesante que podría impulsar la economía nacional, a la cual todavía le
quedan aspectos por definir. Lo que se pretendió en este escrito fue recopilar
evidencia para demostrar la relevancia de definir lo que se va a medir como
productividad y algunos método que podrían facilitar la determinación de
incentivos para los trabajadores y que más que ayudar al cumplimiento delas
funciones del Comité, constituyen prácticas enfocadas completamente a las personas
que prestan sus servicios y habilidades para alcanzar una cifra de ganancias o
producción a nivel empresarial, y que muestran preocupación por su crecimiento
personal y profesional así como por la
detección e impulso de sus propios talentos y habilidades.
Bibliografía
Mercado Ramírez, E., Díaz Treviño, E. A., & Flores
Rojas, M. D. (1997). Productividad: Base de la competitividad. México,
D.F.: Limusa.
Secretaría de Trabajo y
Previsión Social. (2013). Nueva Ley Federal del Trabajo . Recuperado
el 2013, de Secretaría de Trabajo y Previsión Social:
http://www.stps.gob.mx/bp/micrositios/reforma_laboral/ref_lab.html
Zapata Cantú, L.,
Adriaénsens Rodríguez, M., Cárdenas, B. E., Francke Ramm, M. d., Gómez López,
M. S., & Manrique Cadena, L. (2008). Aprendizaje Organizacional.
México, D.F.: McGraw Hill.
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