Cada día, en el camino de la casa a la escuela se hace más
común encontrarme en cada parada del semáforo con algún niño limpiando carros,
vendiendo chicles o pidiendo una moneda. Esto es algo que realmente llama mi
atención y me hace preguntarme cómo es posible que viviendo en pleno siglo XXI
se continué con la explotación infantil.
Uno pensaría que por lógica un niño no se encuentra en la
necesidad de trabajar, como decía mi madre “tus
obligaciones son ir a la escuela y tender tu cama”, pero lo cierto es que
en nuestro país la realidad es otra, no todos los niños se encuentran en cama,
con la tarea terminada y el estómago lleno a las nueve de la noche, está
realidad es solo un sueño para tres millones de niñas, niños y adolescentes que
por distintas circunstancias traban en México (INEGI).
A raíz de esto, han surgido muchos movimientos a la defensa
de los derechos de los niños, no solo en el ámbito laboral, si no en el social,
desde la lucha por la educación, un hogar con amor y hasta la ampliación de la
educación obligatoria hasta la superior.
Si bien la ley económica tienen sus propias definiciones de
empleado, desempleado y la ley su definición del trabajo, el tema resulta
demasiado complejo para entenderlo sin un trasfondo, por lo que en este ensayo
explicaremos desde la definición del trabajo infantil, algunas estadísticas,
como se puede detener y concluiremos si es bueno o malo para la economía y los
derechos infantiles, así como su relación con la ley federal del trabajo.
¿Qué es el trabajo infantil?
Según el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la
Familia, el trabajo infantil se define como “aquellas actividades que
desarrollan las niñas y los niños en el marco de la economía formal o informal
para su propia subsistencia o para contribuir a la economía familiar al margen
de la protección jurídica y social prevista en la ley”. (DIF).
De acuerdo a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, el
término trabajo infantil se define como “todo trabajo que priva a los niños de
su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo
físico y psicológico”.
Por otro lado, El Banco Interamericano de Desarrollo, tiende
a dar una definición más centrada en las consecuencias económicas y “reconoce
la importante dimensión del problema del trabajo infantil y su estrecha
relación con el mantenimiento del círculo vicioso de la pobreza; por eso se
propone identificar y apoyar experiencias innovadoras orientadas a prevenir,
reducir y eliminar este problema en América Latina y el Caribe“ (Diputados) lo
cual nos deja más que en claro que ni para el sector económico ni parra el
social es bueno el trabajo infantil.
Existen diversos tipos de trabajo
infantil, estos se dividen de acuerdo a la naturaleza en que se desarrolla el
trabajo:
Trabajo en la calle: Dentro de los trabajos que un niño pudiera realizar en la calle se
encuentran: ambulantaje, boleros, limpieza de carros, guías turísticos
ocasionales, repartidores, espectáculos callejeros, recolectando basura, mendicidad,
entre otras que exponen a los niños al medio urbano.
Trabajo doméstico: Es muy común que las familias rurales, al encontrarse en dificultades
económicas envíen a sus hijos a la ciudad a realizar cualquier tipo d trabajos
y el más sencillo de encontrar para ellos, pero el más difícil de localizar
para las autoridades correspondientes es el empleo doméstico que incluye
cualquier tipo de trabajos en el hogar de sus patrones, como labores de
limpieza o mantenimiento en el hogar.
Trabajo Forzoso y servil: Es uno de los casos más tristes y se refiere a la explotación
por medio de la esclavitud. A pesar de que ya está prohibida, en muchos casos
las familias entregan a sus hijos como medio para saldar una deuda o son
separados de sus familias por medio de engaños o a la fuerza, obligados a
realizar labores de todo tipo.
Explotación sexual: También muy penado por muchos organismos internacionales, se refiere a la
pornografía infantil, trata y comercio de menores con fines sexuales,
prostitución infantil; a esto se le adjunta las redes internacionales de
tráfico de menores.
Trabajo en condiciones de especial peligrosidad física: Este incluye todo tipo de trabajos
que ponen en riesgo la vida de los menores como el trabajo industrial ( en
hornos de vidrio, cerámica, fosforeras o pirotecnia), minería, trabajo
agrícola, pesca submarina, entre muchos otros trabajos que resultan peligrosos
no solo para los niños, si no para cualquiera que se encargue de realizarlos.
(UNICEF, DIF, INEGI OIT)
Según el tercer informe “Intensificar
la lucha contra el trabajo infantil” de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT), en 2008 había 215 millones de niños trabajadores en el mundo,
más de la mitad (115 millones) expuestos a las peores formas de trabajo
infantil como ambientes peligrosos, esclavitud, actividades ilícita incluyendo
el tráfico de drogas y prostitución, así como su participación involuntaria en
conflictos armados.
Trabajo infantil en México
Al igual que el concepto en general, hablar del trabajo
infantil en México es hablar de un fenómeno realmente complejo y con relaciones
educativas, sociales, culturales y económicas. Recientemente, el presidente,
Enrique Peña Nieto, envió este miércoles al Congreso mexicano una iniciativa de
reforma constitucional para elevar un año la edad mínima para trabajar de 14 a
15 años.
En el país existen principalmente dos tipos de niños
trabajadores: los que abandonan su hogar debido a la violencia, desintegración
social, falta de afecto familiar, abandono u orfandad y que se ven obligados a
trabajar para cubrir sus necesidades de ingreso, vivienda, alimentación y sociabilización.
Desafortunadamente la calle representa riesgos y hay adultos que se aprovechan
de los niños que trabajan en la calle para ofrecerles droga, prostituirse o
involucrarlos en otros delitos y algunos de ellos caen.
Así mismo dentro de los niños trabajadores encontramos a los
menores trabajando en zonas marginadas, que forman parte de otro tipo de
problemática en la que las dificultades económicas obliga a las familias pobres
a incorporar a más y más miembros del hogar al trabajo, especialmente a mujeres
y niños, pues la mayoría de los hombres de este estrato social salen del país
en busca del sueño americano.
Pero el trabajo infantil en México no es un problema nuevo,
desde mediados de los ochentas se tomaron las primeras acciones en relación a este
problema y desde entonces se han implementado gran variedad de programas que
buscan rehabilitar y readaptarlos para la vida en sociedad.
De acuerdo al Estudio de niñas, niños y adolescentes
trabajadores en 100 Ciudades, los niños en situación de calle son “sólo son la
punta del iceberg en lo que a trabajo infantil se refiere, porque constituyen
el segmento más pequeño de ese gran universo de niños y niñas que diariamente
se observan en la venta ambulante de pequeños artículos como dulces y periódicos,
al cuidado de automóviles o de limpiaparabrisas, malabaristas, payasos, a los
que de madrugada se alquilan en las centrales de abastos y mercados públicos
como cargadores, diableros o estibadores.
Conclusiones
Como podemos notar, el trabajo infantil es solo un resultado
de una mezcla de distintos factores sociales, culturales y económicos e incluso
familiares de cada país o región. La primera idea que a uno le viene a la mente
sobre el trabajo infantil es que este debería ser totalmente erradicado, ya que
con esto solo se hacen más profundos los problemas sociales que lo ocasionan,
convirtiéndolo en un círculo vicioso.
Para erradicar el trabajo infantil sería necesario el apoyo
de todos, especialmente del gobierno que debe ver la educación como un “abono”
en la sociedad y como la mejor de las inversiones, pues es la única manera en
que las familias salgan de la pobreza, ya que con el trabajo infantil lo único
que se hace es recortar las posibilidades que tenía ese niño o niña de salir
adelante y abandonar la vida de pobreza.
Existen en nuestro país cada día más asociaciones como MAMA,
AC que se dedican al rescate de niños de y en calle, buscando darles educación,
pues como ya se ha mencionado es la que parece ser la principal cura para este
mal, pues aunque son varios factores los que influyen, el principal suele ser
el nivel de ingresos de la familia, que puede mejorar considerablemente si se
recibe educación.
Considero de suma importancia que se divulgue el artículo 134
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en el que se habla
sobre el trabajo infantil, pues la gente debe estar consiente para no
contratarlos y reportar la situación a las autoridades correspondientes.
Bibliografía
Centro de estudios y opinión pública, 2013.
El trabajo infantil en México 1995-2002, INEGI p. 21.
Estudio de niñas, niños y adolescentes trabajadores en 100
ciudades, DIF, p.11.
UNICEF-DIF. Hacia una política de erradicación del trabajo
infantil en México, 2002. p.31.
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