Mis amigos:
A raíz de que publiqué la nota “Tristeza y pena ajenas”, he recibido muchos más mensajes de los que podía haber imaginado en mis mejores sueños.
Eso, es sólo la muestra de que Usted, mi querido lector, ya está harto de la situación. Eso es muestra de que México ya no aguanta más. Que hay que cuidarlo o nos va a dar un susto.
Entre las respuestas recibidas, voy a transcribir dos, sólo dos, que en mi opinión, ilustran a todas:
1.- ¿Dónde empezamos la gritadera Pepe?
Pero en serio
2.- Lic. Gómez Porchini:
Comparto con usted su tristeza, pero más que tristeza, el coraje por la creatividad de nuestros gobernantes.
Estoy de acuerdo que es una crisis global, y que el mal momento económico que pasa nuestro país es parte de un fenómeno que abarca a todos los países, por ricos o pobres que sean.
Lo que no se vale es lo que hacen.
No se vale que mientras países desarrollados como Estados Unidos y Alemania incentiven el consumo para tratar de reactivar la economía. ¿Cómo? Aplicando subsidios y quitando impuestos para promover que la gente compre autos nuevos y así, al tiempo que ayudan a la ecología, ayudan a que los empleados de las armadoras, agencias, talleres y financieras conserven sus empleos.
No se vale que mientras países comunistas como China estén haciendo el programa de infraestructura más grande de su historia mientras que nuestro gobierno frena todo el gasto en inversión.
No se vale que países latinoamericanos como Brasil, que hasta hace poco tiempo no tenían petróleo ahora encuentran este combustible a miles de metros de profundidad para que los gringos o los cubanos lo extraigan mientras nosotros nos hundimos más abajo que ese petróleo, nomás mirando.
No se vale que me pidan un impuesto para combatir la pobreza. ¿Entonces para que rayos pagamos impuestos? ¿Acaso la función de los impuestos no es entre otras cosas, para redistribuir la riqueza? Que diga el secretario de hacienda que es para combatir a los pobres, pero para acabar con ellos matándolos de hambre.
No se vale que me pidan dar un peso más en impuestos sin que me rindan cuentas por ello. No quiero pagar impuestos para mantener partidos políticos, ni al IFE ni a las pensiones de los burócratas ni al sueldo de nuestro obeso Secretario de Hacienda y mucho menos a nuestros decorativos legisladores.
No se vale que se digan estos últimos que son nuestros representantes populares. A mí no me representa alguien que gana más de 120 mil pesos al mes, con carro oficial y prestaciones que ya quisiera alguno de nuestros mejores empresarios.
De alguna manera hay que hacer entender al presidente, al secretario de hacienda y a los legisladores que no queremos más impuestos. ¿Para qué? Creo que están mal. Es el gobierno el que tiene que entender que deben moderar sus gastos a nuestros niveles de ingresos. Y si no tenemos más ingresos, ellos tampoco pueden tenerlos.
Pero es algo que hasta un ama de casa sabe. Lástima que al secretario de Hacienda no le alcance su doctorado para tanto
Saludos,
¿Verdad que debemos cuidar a México?
José Manuel
A raíz de que publiqué la nota “Tristeza y pena ajenas”, he recibido muchos más mensajes de los que podía haber imaginado en mis mejores sueños.
Eso, es sólo la muestra de que Usted, mi querido lector, ya está harto de la situación. Eso es muestra de que México ya no aguanta más. Que hay que cuidarlo o nos va a dar un susto.
Entre las respuestas recibidas, voy a transcribir dos, sólo dos, que en mi opinión, ilustran a todas:
1.- ¿Dónde empezamos la gritadera Pepe?
Pero en serio
2.- Lic. Gómez Porchini:
Comparto con usted su tristeza, pero más que tristeza, el coraje por la creatividad de nuestros gobernantes.
Estoy de acuerdo que es una crisis global, y que el mal momento económico que pasa nuestro país es parte de un fenómeno que abarca a todos los países, por ricos o pobres que sean.
Lo que no se vale es lo que hacen.
No se vale que mientras países desarrollados como Estados Unidos y Alemania incentiven el consumo para tratar de reactivar la economía. ¿Cómo? Aplicando subsidios y quitando impuestos para promover que la gente compre autos nuevos y así, al tiempo que ayudan a la ecología, ayudan a que los empleados de las armadoras, agencias, talleres y financieras conserven sus empleos.
No se vale que mientras países comunistas como China estén haciendo el programa de infraestructura más grande de su historia mientras que nuestro gobierno frena todo el gasto en inversión.
No se vale que países latinoamericanos como Brasil, que hasta hace poco tiempo no tenían petróleo ahora encuentran este combustible a miles de metros de profundidad para que los gringos o los cubanos lo extraigan mientras nosotros nos hundimos más abajo que ese petróleo, nomás mirando.
No se vale que me pidan un impuesto para combatir la pobreza. ¿Entonces para que rayos pagamos impuestos? ¿Acaso la función de los impuestos no es entre otras cosas, para redistribuir la riqueza? Que diga el secretario de hacienda que es para combatir a los pobres, pero para acabar con ellos matándolos de hambre.
No se vale que me pidan dar un peso más en impuestos sin que me rindan cuentas por ello. No quiero pagar impuestos para mantener partidos políticos, ni al IFE ni a las pensiones de los burócratas ni al sueldo de nuestro obeso Secretario de Hacienda y mucho menos a nuestros decorativos legisladores.
No se vale que se digan estos últimos que son nuestros representantes populares. A mí no me representa alguien que gana más de 120 mil pesos al mes, con carro oficial y prestaciones que ya quisiera alguno de nuestros mejores empresarios.
De alguna manera hay que hacer entender al presidente, al secretario de hacienda y a los legisladores que no queremos más impuestos. ¿Para qué? Creo que están mal. Es el gobierno el que tiene que entender que deben moderar sus gastos a nuestros niveles de ingresos. Y si no tenemos más ingresos, ellos tampoco pueden tenerlos.
Pero es algo que hasta un ama de casa sabe. Lástima que al secretario de Hacienda no le alcance su doctorado para tanto
Saludos,
¿Verdad que debemos cuidar a México?
José Manuel
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