RESUMEN
En este ensayo intento mostrar que el sindicalismo, como se le conoce hasta estos días en México, no tiene futuro si continúa ciego a la realidad mundial: productividad igual a prosperidad. Las prácticas monopolistas de estos gremios están deteniendo el avance hacia un país más prospero. Los tiempos han cambiado desde que se crearon los primeros sindicatos en México hace alrededor de 138 años. Los sindicatos deben de cambiar su reputación —la cual está por los suelos debido a los escandalosos actos de corrupción de sus líderes—, y ser una opción para las generaciones jóvenes reclutados por las transnacionales. A la fecha, los sindicatos en México han servido únicamente para satisfacer las necesidades y demandas de unos pocos a un costo enorme de los agremiados y ultimadamente de los consumidores finales de los bienes y servicios provenientes de estos grupos: es imperativo que esto cambie. Los grupos políticos aliados a los sindicatos no podrán mantener el corporativismo que caracterizó al PRI en años anteriores a la alternancia principalmente porque los mexicanos afiliados a algún sindicato son minoría, (ya no le costea el acarreo al candidato político). No obstante lo anterior, una fuerza laboral en México sin sindicatos o cualquier otra forma de organización, estaría a expensas de las transnacionales y oligopolios nacionales, las cuales pagan salarios mínimos que no alcanzan ni para comer.
INTRODUCCIÓN
Así como no podemos concebir un México sin la clase política, por muy ineficiente que haya sido no puede ser mejor una monarquía; igualmente los sindicatos: ambos son un mal necesario en nuestra sociedad. La revolución industrial trajo como consecuencia el nacimiento de dos clases antagónicas que hasta nuestros días no se han conciliado, ni se conciliarán dado su estado de desigualdad: los patrones y sus empleados. Carl Marx los definió como la burguesía y el proletariado. Este antagonismo creó la necesidad de organización de parte de la clase trabajadora, lo cual trajo como consecuencia la creación de los sindicatos en México y otras naciones, y el sistema socialista en muchas partes del mundo. El último no funcionó, y al presente existe modificado de su origen casi en su totalidad. Los sindicatos en México, sin embargo, funcionaron por mucho tiempo, y continúan existiendo casi en su forma original. Esta estructura ya no desempeña la misión por la que fue creada: se debe de cambiar ésta para que las organizaciones de trabajadores continúen siendo un beneficio y no una carga para la sociedad.
Las organizaciones de obreros empezaron a formarse hace aproximadamente 138 años en nuestro país. José Manuel Lastra Lastra nos dice que una de las primeras grandes organizaciones sindicales, como la Confederación de Asociaciones de Trabajadores de los Estados Unidos Mexicanos, fundada el 5 de Marzo de 1876: es interesante notar que ésta se fundó aún antes de que se legalizaran los sindicatos en Francia. A ésta le siguieron otras muy importantes, y que en su tiempo fueron protagonistas de las renombradas huelgas de Cananea y Rio Blanco. Cronológicamente siguieron formándose en México otras como la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) en 1918, y posteriormente, en 1938 nace la Confederación de Trabajadores de México (CTM), que en la actualidad todavía tiene alrededor de un millón de miembros. Es importante mencionar que estas dos grandes organizaciones fueron decisivas para la creación del corporativismo político. Sus líderes, Morones en la CROM y Lombardo primero y Velázquez después en la CTM fueron grandes amigos (y enemigos) de los políticos en sus respectivos tiempos creando un electorado siempre a favor del entonces Partido Nacional Revolucionario (PNR) que es el actual Partido Revolucionario Institucional (PRI). Aquí es donde los sindicatos mexicanos cambian de visión: se convierten de protectores del proletariado en socios en el poder político mexicano. Aquí es donde los líderes sindicales se venden al político en turno y dejan en segundo plano su obligación con sus agremiados. Este esquema persiste hasta el día en que se escribe la presente (julio, 2010). Si alguien opina lo contrario le invito a que me contacte a lic.moreno@licmoreno.com y con gusto ponemos los papeles sobre la mesa.
El costo para la sociedad de la existencia de este tipo de sindicatos no es solo monetario, repercute en casi todos los ámbitos de la sociedad. Los maestros afiliados al sindicato de maestros más grande de Latinoamérica no enseñan, solo cobran, ya que se sienten protegidos por su todopoderoso sindicato, por cierto muy amigo de la presente administración. El sindicato de los petroleros, visto como uno de los más corruptos del país a raíz del escándalo de su anterior líder «La Quina», tiene a nivel mundial una reputación ínfima.
The Economist, en su versión en línea escribe: «How many Mexicans does it take to drill an oil well? More than 140,000, and even then they’re not very good at it. For this, now acute, problem, blame the politicians (…)».
En este articulo The Economist muestra que nuestros petroleros trabajan con una fuerza laboral 30% mayor de la necesaria, o sea, que de los 140,000 trabajadores, solo se necesitarían 98,000, y que a pesar de que estamos pagándole a 42,000 trabajadores extra, no son buenos para lo que hacen. No sé cuánto gana un trabajador petrolero, pero me imagino mucho dinero anualmente de estos 42,000 que además están de más. Este espacio no sería suficiente para escribir acerca de todos éstos gremios, que más que sindicatos son verdaderos monopolios obstaculizando la productividad nacional.
¿Qué hacer entonces para que los sindicatos recuperen la credibilidad y empiecen a reclutar estos jóvenes y adultos mayores talentosos ahora a merced de las voraces trasnacionales operando en todo el país y pagando sueldos de hambre a los mexicanos?
México tiene una fuerza laboral de alrededor de 80 millones. Si la CTM cuenta con 1 millón, el SNTE con menos de 2 millones, y los sindicatos burocráticos, junto con otros sindicatos más pequeños, con aproximadamente el mismo número, entonces la inmensa mayoría de mexicanos no están sindicalizados. Este gran número de trabajadores necesitan de alguien que los organice para que puedan negociar con sus patrones mejores sueldos, y prestaciones. Estas organizaciones pueden ser uniones, cooperativas, sociedades civiles como las que está impulsando el gobierno federal en el campo, con una filosofía diferente al sindicalismo. Estas sociedades, como las iglesias que abundan en Estados Unidos, pueden apoyar a los trabajadores en litigios, problemas económicos (creación de cajas populares, créditos, etc.), y representación en una más justa, más equitativa distribución de la riqueza.
Los sindicatos deben mejorar su reputación y ser una opción para la clase trabajadora
Hace mucho tiempo que México dejo de ser un país proteccionista. La apertura del tratado de libre comercio con América del Norte (TLCAN), en el sexenio del presidente Carlos Salinas de Gortari, fue el inicio de una serie de tratados que nuestro país ha tenido con el mundo. Como consecuencia, nuestros empresarios empezaron a cambiar sus tácticas de producción y mercadeo convirtiéndose en seres más competitivos e innovadores, mandando su gente a entrenamientos constantes al extranjero para tomar ventaja de las nuevas tecnologías y oportunidades. Compañías líderes antes de la apertura comercial, no obstante la nueva competencia, son ahora líderes mundiales en su ramo: ejemplo concreto es Cementos Mexicanos. Los sindicatos no se han transformado de acuerdo a las circunstancias.
Los sindicatos no ven la necesidad de transformarse ya que sus líderes no tienen ningún incentivo para ello. Protegidos por el gobierno en turno a cambio del favor electoral actúan con todo desdén acerca del desarrollo mundial. Tienen tan mala reputación que los jóvenes como mi amigo Jesús piensan que:
« En verdad, que ese (los sindicatos) ha sido uno de los más grandes lastres de México, ya que la esencia del sindicalismo es el bienestar de sus agremiados, lo cual es una maldita falacia en México.
Líderes sindicales eternos que solo son de cartón, liderazgos heredados por conveniencia familiar.
Un pueblo muerto de hambre y ellos con sus riquezas, es una vergüenza lo que hacen estos pseudo lideres con el sindicalismo.
Lo tuercen a voluntad, afilian a los trabajadores aun en contra de su voluntad, secuestran, matan, reprimen y la autoridad se hace de la vista gorda. Va para largo tu trabajo hermano, ojala algún día todo esto se acabe y los verdaderos mexicanos resurjamos, para salvar a nuestro país.
SE BUSCAN MEXICANOS, VERDADEROS MEXICANOS, URGEN.»
Nadie que sea mexicano, mayor de edad, no estará de acuerdo con Jesús. Según Svenja Blanke, alrededor del 70% de los mexicanos desconfían de los sindicatos. Solo los políticos y la policía se encuentran en peores circunstancias.
Los sindicatos mexicanos están a la par de los políticos: no se les cree, se desconfía de los manejos honestos de las cuotas sindicales, se le acusa de soborno, robo, malversación de fondos hacia políticos, y la lista sigue. Tere dice que «Fue el PRI quien tomó el control de los sindicatos convirtiéndolos en Corporativos al servicio del PRI, ellos compraron a los líderes sindicales con dinero y diputaciones para que la gente votara siempre por ellos, con el tiempo se convirtieron en mafias que poco les ha importado el trabajador. Hoy son corporativos muy duros de tumbar, pero no imposible». No solo el PRI ha tenido a los sindicatos de aliados. El partido del poder en turno tiene la mayoría de los sindicatos burocráticos de su lado, así como el SNTE y su lideresa, los cuales han sido favorecidos por el actual gobierno con muy buenos puestos políticos. Y no es de nadie secreto que el PRD fue apoyado por el SME desde sus inicios para ganar el Distrito Federal. Emilia dice que «No solo el PRI ha intervenido, el PRD ha influido también en la degeneración de los sindicatos, y lo peor del caso los que pagan son la base trabajadora, ya que sus líderes sindicales lo único que buscan es el dinero y no trabajar.». Podríamos llenar página tras página con el mismo tema, pero lo que si me queda claro que aunque los políticos cortejen a los sindicatos por los votos y regalen puestos políticos a cambio de votos, lo cual además es inconstitucional de probarse, estos votos ya no son decisivos en una elección presidencial ya que los votantes sindicalizados no son ni un 12%, y además, divididos.
Para que los gremios sindicales recuperen la confianza y liderazgo que tuvieron en tiempos de Cananea y Rio Blanco se necesita que sus líderes sean genuinos y solidarios, que busquen un bien común, no particular, y que tengan esa vocación de servicio al prójimo y rigurosa manera de negociación.
Coste de mantener los sindicatos operando en México.
Los sindicatos en México han actuado como los peores monopolistas: y el costo a la sociedad de tener monopolios es relativamente alto, como la mayoría lo sabemos y otros lo intuimos. Por decreto constitucional no constituyen monopolios las sociedades civiles u organizaciones de personas (trabajadores) para proteger un bien común, como lo especifica el artículo 28, párrafo ocho de la constitución Política de Los Estados Unidos Mexicanos que dice:
En este ensayo intento mostrar que el sindicalismo, como se le conoce hasta estos días en México, no tiene futuro si continúa ciego a la realidad mundial: productividad igual a prosperidad. Las prácticas monopolistas de estos gremios están deteniendo el avance hacia un país más prospero. Los tiempos han cambiado desde que se crearon los primeros sindicatos en México hace alrededor de 138 años. Los sindicatos deben de cambiar su reputación —la cual está por los suelos debido a los escandalosos actos de corrupción de sus líderes—, y ser una opción para las generaciones jóvenes reclutados por las transnacionales. A la fecha, los sindicatos en México han servido únicamente para satisfacer las necesidades y demandas de unos pocos a un costo enorme de los agremiados y ultimadamente de los consumidores finales de los bienes y servicios provenientes de estos grupos: es imperativo que esto cambie. Los grupos políticos aliados a los sindicatos no podrán mantener el corporativismo que caracterizó al PRI en años anteriores a la alternancia principalmente porque los mexicanos afiliados a algún sindicato son minoría, (ya no le costea el acarreo al candidato político). No obstante lo anterior, una fuerza laboral en México sin sindicatos o cualquier otra forma de organización, estaría a expensas de las transnacionales y oligopolios nacionales, las cuales pagan salarios mínimos que no alcanzan ni para comer.
INTRODUCCIÓN
Así como no podemos concebir un México sin la clase política, por muy ineficiente que haya sido no puede ser mejor una monarquía; igualmente los sindicatos: ambos son un mal necesario en nuestra sociedad. La revolución industrial trajo como consecuencia el nacimiento de dos clases antagónicas que hasta nuestros días no se han conciliado, ni se conciliarán dado su estado de desigualdad: los patrones y sus empleados. Carl Marx los definió como la burguesía y el proletariado. Este antagonismo creó la necesidad de organización de parte de la clase trabajadora, lo cual trajo como consecuencia la creación de los sindicatos en México y otras naciones, y el sistema socialista en muchas partes del mundo. El último no funcionó, y al presente existe modificado de su origen casi en su totalidad. Los sindicatos en México, sin embargo, funcionaron por mucho tiempo, y continúan existiendo casi en su forma original. Esta estructura ya no desempeña la misión por la que fue creada: se debe de cambiar ésta para que las organizaciones de trabajadores continúen siendo un beneficio y no una carga para la sociedad.
Las organizaciones de obreros empezaron a formarse hace aproximadamente 138 años en nuestro país. José Manuel Lastra Lastra nos dice que una de las primeras grandes organizaciones sindicales, como la Confederación de Asociaciones de Trabajadores de los Estados Unidos Mexicanos, fundada el 5 de Marzo de 1876: es interesante notar que ésta se fundó aún antes de que se legalizaran los sindicatos en Francia. A ésta le siguieron otras muy importantes, y que en su tiempo fueron protagonistas de las renombradas huelgas de Cananea y Rio Blanco. Cronológicamente siguieron formándose en México otras como la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) en 1918, y posteriormente, en 1938 nace la Confederación de Trabajadores de México (CTM), que en la actualidad todavía tiene alrededor de un millón de miembros. Es importante mencionar que estas dos grandes organizaciones fueron decisivas para la creación del corporativismo político. Sus líderes, Morones en la CROM y Lombardo primero y Velázquez después en la CTM fueron grandes amigos (y enemigos) de los políticos en sus respectivos tiempos creando un electorado siempre a favor del entonces Partido Nacional Revolucionario (PNR) que es el actual Partido Revolucionario Institucional (PRI). Aquí es donde los sindicatos mexicanos cambian de visión: se convierten de protectores del proletariado en socios en el poder político mexicano. Aquí es donde los líderes sindicales se venden al político en turno y dejan en segundo plano su obligación con sus agremiados. Este esquema persiste hasta el día en que se escribe la presente (julio, 2010). Si alguien opina lo contrario le invito a que me contacte a lic.moreno@licmoreno.com y con gusto ponemos los papeles sobre la mesa.
El costo para la sociedad de la existencia de este tipo de sindicatos no es solo monetario, repercute en casi todos los ámbitos de la sociedad. Los maestros afiliados al sindicato de maestros más grande de Latinoamérica no enseñan, solo cobran, ya que se sienten protegidos por su todopoderoso sindicato, por cierto muy amigo de la presente administración. El sindicato de los petroleros, visto como uno de los más corruptos del país a raíz del escándalo de su anterior líder «La Quina», tiene a nivel mundial una reputación ínfima.
The Economist, en su versión en línea escribe: «How many Mexicans does it take to drill an oil well? More than 140,000, and even then they’re not very good at it. For this, now acute, problem, blame the politicians (…)».
En este articulo The Economist muestra que nuestros petroleros trabajan con una fuerza laboral 30% mayor de la necesaria, o sea, que de los 140,000 trabajadores, solo se necesitarían 98,000, y que a pesar de que estamos pagándole a 42,000 trabajadores extra, no son buenos para lo que hacen. No sé cuánto gana un trabajador petrolero, pero me imagino mucho dinero anualmente de estos 42,000 que además están de más. Este espacio no sería suficiente para escribir acerca de todos éstos gremios, que más que sindicatos son verdaderos monopolios obstaculizando la productividad nacional.
¿Qué hacer entonces para que los sindicatos recuperen la credibilidad y empiecen a reclutar estos jóvenes y adultos mayores talentosos ahora a merced de las voraces trasnacionales operando en todo el país y pagando sueldos de hambre a los mexicanos?
México tiene una fuerza laboral de alrededor de 80 millones. Si la CTM cuenta con 1 millón, el SNTE con menos de 2 millones, y los sindicatos burocráticos, junto con otros sindicatos más pequeños, con aproximadamente el mismo número, entonces la inmensa mayoría de mexicanos no están sindicalizados. Este gran número de trabajadores necesitan de alguien que los organice para que puedan negociar con sus patrones mejores sueldos, y prestaciones. Estas organizaciones pueden ser uniones, cooperativas, sociedades civiles como las que está impulsando el gobierno federal en el campo, con una filosofía diferente al sindicalismo. Estas sociedades, como las iglesias que abundan en Estados Unidos, pueden apoyar a los trabajadores en litigios, problemas económicos (creación de cajas populares, créditos, etc.), y representación en una más justa, más equitativa distribución de la riqueza.
Los sindicatos deben mejorar su reputación y ser una opción para la clase trabajadora
Hace mucho tiempo que México dejo de ser un país proteccionista. La apertura del tratado de libre comercio con América del Norte (TLCAN), en el sexenio del presidente Carlos Salinas de Gortari, fue el inicio de una serie de tratados que nuestro país ha tenido con el mundo. Como consecuencia, nuestros empresarios empezaron a cambiar sus tácticas de producción y mercadeo convirtiéndose en seres más competitivos e innovadores, mandando su gente a entrenamientos constantes al extranjero para tomar ventaja de las nuevas tecnologías y oportunidades. Compañías líderes antes de la apertura comercial, no obstante la nueva competencia, son ahora líderes mundiales en su ramo: ejemplo concreto es Cementos Mexicanos. Los sindicatos no se han transformado de acuerdo a las circunstancias.
Los sindicatos no ven la necesidad de transformarse ya que sus líderes no tienen ningún incentivo para ello. Protegidos por el gobierno en turno a cambio del favor electoral actúan con todo desdén acerca del desarrollo mundial. Tienen tan mala reputación que los jóvenes como mi amigo Jesús piensan que:
« En verdad, que ese (los sindicatos) ha sido uno de los más grandes lastres de México, ya que la esencia del sindicalismo es el bienestar de sus agremiados, lo cual es una maldita falacia en México.
Líderes sindicales eternos que solo son de cartón, liderazgos heredados por conveniencia familiar.
Un pueblo muerto de hambre y ellos con sus riquezas, es una vergüenza lo que hacen estos pseudo lideres con el sindicalismo.
Lo tuercen a voluntad, afilian a los trabajadores aun en contra de su voluntad, secuestran, matan, reprimen y la autoridad se hace de la vista gorda. Va para largo tu trabajo hermano, ojala algún día todo esto se acabe y los verdaderos mexicanos resurjamos, para salvar a nuestro país.
SE BUSCAN MEXICANOS, VERDADEROS MEXICANOS, URGEN.»
Nadie que sea mexicano, mayor de edad, no estará de acuerdo con Jesús. Según Svenja Blanke, alrededor del 70% de los mexicanos desconfían de los sindicatos. Solo los políticos y la policía se encuentran en peores circunstancias.
Los sindicatos mexicanos están a la par de los políticos: no se les cree, se desconfía de los manejos honestos de las cuotas sindicales, se le acusa de soborno, robo, malversación de fondos hacia políticos, y la lista sigue. Tere dice que «Fue el PRI quien tomó el control de los sindicatos convirtiéndolos en Corporativos al servicio del PRI, ellos compraron a los líderes sindicales con dinero y diputaciones para que la gente votara siempre por ellos, con el tiempo se convirtieron en mafias que poco les ha importado el trabajador. Hoy son corporativos muy duros de tumbar, pero no imposible». No solo el PRI ha tenido a los sindicatos de aliados. El partido del poder en turno tiene la mayoría de los sindicatos burocráticos de su lado, así como el SNTE y su lideresa, los cuales han sido favorecidos por el actual gobierno con muy buenos puestos políticos. Y no es de nadie secreto que el PRD fue apoyado por el SME desde sus inicios para ganar el Distrito Federal. Emilia dice que «No solo el PRI ha intervenido, el PRD ha influido también en la degeneración de los sindicatos, y lo peor del caso los que pagan son la base trabajadora, ya que sus líderes sindicales lo único que buscan es el dinero y no trabajar.». Podríamos llenar página tras página con el mismo tema, pero lo que si me queda claro que aunque los políticos cortejen a los sindicatos por los votos y regalen puestos políticos a cambio de votos, lo cual además es inconstitucional de probarse, estos votos ya no son decisivos en una elección presidencial ya que los votantes sindicalizados no son ni un 12%, y además, divididos.
Para que los gremios sindicales recuperen la confianza y liderazgo que tuvieron en tiempos de Cananea y Rio Blanco se necesita que sus líderes sean genuinos y solidarios, que busquen un bien común, no particular, y que tengan esa vocación de servicio al prójimo y rigurosa manera de negociación.
Coste de mantener los sindicatos operando en México.
Los sindicatos en México han actuado como los peores monopolistas: y el costo a la sociedad de tener monopolios es relativamente alto, como la mayoría lo sabemos y otros lo intuimos. Por decreto constitucional no constituyen monopolios las sociedades civiles u organizaciones de personas (trabajadores) para proteger un bien común, como lo especifica el artículo 28, párrafo ocho de la constitución Política de Los Estados Unidos Mexicanos que dice:
«NO CONSTITUYEN MONOPOLIOS LAS ASOCIACIONES DE TRABAJADORES FORMADAS PARA PROTEGER SUS PROPIOS INTERESES Y LAS ASOCIACIONES O SOCIEDADES COOPERATIVAS DE PRODUCTORES PARA QUE, EN DEFENSA DE SUS INTERESES O DEL INTERES GENERAL, (…)».
Debido a esto, los sindicatos y los monopolios paraestatales, que también son exentos de este nombramiento, pueden arbitrariamente imponer precios y cobrar cuotas a los usuarios de sus servicios y a los miembros de sus sindicatos. Es probable que el constituyente no pensara que esto podría ocurrir en tiempos ulteriores o actuó a favor de intereses muy fuertes.
Regresemos al sindicato de los petroleros. Uriel me manda una nota de su primo, que es músico en Campeche, y que heredó de su madre un puesto en el sindicato de trabajadores de PEMEX.
«MI PRIMO DE CD. DEL CARMEN SE VA A LA PLATAFORMA 15 DIAS Y BAJA 20 DIAS POR LOS CUAL LE PAGAN $30,000.00 Y QUE BUENO POR MI PRIMO, YA QUE EL TIENE PLANTA DE PEMEX GRACIAS A MI TIA QUE EN PAZ DESCANSE QUE LE HEREDO SU PLANTA (POR QUE SE HEREDAN). LLEGA MI PRIMO A LA PLATAFORMA, CON SU UNIFORME DE PEMEX, CASCO, BOTAS DE CASQUILLO BIEN PREPARADO Y SE REPORTA CON SUPERVISOR, EL CUAL LE PREGUNTA, Y TU QUE SABES HACER? TOCO GUITARRA!! DICE MI PRIMO..... Y QUE MAS SABES HACER? PREGUNTA DE NUEVO EL SUPERVISOR.... TAMBIEN TOCO EL ORGANO....ME DA RISA, PERO SE LOS JURO QUE TODO ESTO ES VERDAD. EL SUPERVISOR OPTO POR DARLE UNA ESCOBA Y PONERLO A BARRER JUNTO CON OTRA BOLA DE HUEVONES QUE HACIAN LO MISMO.... BARRER. ESO SI LAS PLATAFORMAS ESTAN BIEN LIMPIAS.....PEMEX, PEMEX, ESTABA EL AMIGO DE INFANCIA DE MI PADRE EN LAS OFICINAS DE PEMEX DE CD. DEL CARMEN. MI PADRE LE PREGUNTA OYE FERNANDO, TE VEO A TI CORRIENDO PARA ALLA Y CORRIENDO PARA ACA, SUDANDO Y ACELERADO. MI PREGUNTA ES FER. Y ESE GRUPO DE COMO 15 GENTES SENTADAS AHY LEYENDO EL PERIODICO SIN HACER NADA POR QUE NO LES DICES QUE TE AYUDEN? LO CUAL EL LE CONTESTO..... SSSHHHHHHHHUUUUUU!!!!! QUE NO TE OIGAN. A ELLOS LOS MANDO EL PRESIDENTE Y NO LOS PUEDO MANDAR YO NI NADIE DE AQUI. ELLOS NADA MAS VIENEN Y SI QUIEREN. AL PARECER NO AGUANTAN A SU MUJER Y POR ESO BIENEN, YA QUE AUNQUE NO VINIERAN TIENEN SU SUELDO ASEGURADO».
Aquí hay muchos problemas, pero lo más grave es el hecho de que no se asignen los puestos por aptitudes o conocimientos científicos, sino que son heredados. Otro problema aún peor es el costo que tenemos que sufragar pagándole a un músico —y peor aún, a esos “que manda el presidente”— un sueldo de técnico o ingeniero metalúrgico, porque barra o limpie: $30,000.00 por barrer 15 días son ¡$2,000 diarios por barrer! Suponiendo que les paguemos 30,000 a los 42,000 extras que mencionamos en alguna parte de este trabajo nos da un total de 1,260,000,000 al mes o la estratosférica suma de 15,120,000,000 al año. ¿Es esto quince mil ciento veinte millones? ¿Cómo se lee esta cifra? Como se justifica este HURTO a la nación, ¿con votos? Estas cifras son realmente indignantes. Si esto gana un barrendero en PEMEX, ¿Cuánto gana el secretario general del sindicato? Gana lo que quiere, lo mismo que la secretaria del SNTE, etc. Lo mismo sucede en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE): los maestros no obtienen sus puestos por oposición, les son heredados por padres, tías, (…), hecho indudable por el cual la enseñanza a nivel primaria y secundaria en México es de las peores a nivel mundial.
Este espacio no es suficiente para hablar de otros sindicatos que están en las mismas circunstancias que los arriba nombrados o peor.
Hablando de los sindicatos de choferes por ejemplo, uno se da cuenta que abanderados por sus sindicatos, estos choferes del servicio de transporte urbano cometen todo tipo de violaciones a las leyes, desde pasarse todos los altos hasta llegar a atropellar a alguien e irse. Argumentan éstos energúmenos que su sindicato ya tiene todo arreglado. La mayoría de estos tipos son miembros de la CTM, que siempre fue la más arrogante de todas las instituciones gremiales, protegidas por su aliado, el todopoderoso gobierno desde su nacimiento.
En todos los casos, el costo para la sociedad es enorme. Le estamos pagando a miles de personas por hacer algo que no saben, y los miles de personas con aptitudes y conocimientos están desempleados o trabajando de taxistas, o lo que es todavía peor, recogiendo cebollas en California o lechugas en Arizona.
Abusos de los patronos —grandes transnacionales y oligopolios nacionales— sin una fuerza laboral bien organizada.
No obstante los datos anteriores, los sindicatos deben de volver a florecer. La filosofía y razón de ser de los sindicatos en México y alrededor del mundo fue la de negociar mejoras de diferentes tipos para los agremiados. José Gómez Porchini escribe que «si usted tiene trabajo, un sueldo decente, seguridad social, casa y comida, débaselo a los sindicatos». Aunque no sé si esto es del todo cierto, ya que la maquinaria gubernamental en tiempos del PRI creo toda esta maraña de instituciones, todas, con un sindicato a favor del gobierno. Lo que sí se puede suponer es que un trabajador solo, con solamente su habilidad para hacer «lo que sea» en su portafolio de negociación, estará en completa desventaja contra el patrón, que posiblemente tenga el apoyo de cuando menos un abogado, y fuentes de trabajo. Ésta persona no podrá negociar, ni buenos salarios, ni prestaciones, etcétera: tendrá que aceptar lo que el empleador le ofrezca, aunque sea para mal comer.
Caso concreto es la ensambladora (maquiladora) de partes electrónicas para carros alemanes Leoni. Esta compañía fue inaugurada con mucha pompa por el gobernador Ismael Hernández Deras porque según él, estaba creando miles de empleos bien remunerados. El caso es que esta flamante maquiladora paga a sus empleados el salario mínimo del estado de Durango: $450.00 pesos moneda nacional, por semana. Hay otras de este tipo manejadas por chinos que pagan todavía menos (creo $360.00 por semana). Esto es una barbaridad: yo me pago $10,000.00 a la semana y no vivo con lujos. La gente prefiere vender tamales o limpiar vidrios, en la calle ya que ganan más ahí. Las partes que se producen en esta planta son exportadas a Alemania. ¿Alguien supone que va de ensamble en un Ford Focus, que son de los más accesibles vehículos en el mundo? Yo no lo creo. Estas partes van a dar a los carros más caros y mejores del mundo: Mercedes, BMW, Porche, Volkswagen, etc., e instaladas por técnicos alemanes que ganan cuando menos cien veces más que los mexicanos que las producen. Esto fue precisamente lo que encendió el socialismo, el comunismo, y los sindicatos: la desigualdad social. Esto es lo que necesitamos ahora, pero sin detener los avances tecnológicos y humanos.
Como este caso yo aseguro hay muchos, y la mayoría por empresas extranjeras que hicieron muy buen negocio con los políticos en turno: estos últimos dando una serie de concesiones y además regalando el trabajo de nuestros hermanos, estos últimos, han hecho que la brecha entre ricos y pobres sea aun más ancha hoy en día que antes de la revolución de 1910. Necesitamos pues, que resurjan los sindicatos de aquél tiempo. Que despierten aquellos líderes comunitarios que realmente negociaban a favor de los desvalidos, se organicen y no se dejen sobornar por el dinero que nuestros políticos corruptos administran. Si no resurgen este tipo de organizaciones sindicales, con otra filosofía, otra visión, otra, otra; nuestros trabajadores estarán regalando su trabajo, y nuestro país se quedará «en vías de desarrollo».
Conclusiones
1. Los Sindicatos nacieron hace cerca de 138 años con la filosofía de servir y mejorar las condiciones de vida de sus agremiados, lo cual ha sido una falacia.
2. Estos gremios tiene tan mala reputación que el 70% de la población no cree en ellos, cifra solo menor de los políticos y policías.
3. Los Sindicatos deben de revolucionarse radicalmente: solo así podrán ser una opción para la fuerza laboral de jóvenes de nuevo ingreso a ella y adultos mayores con toda esa experiencia sobre sus hombros.
4. El coste de mantener los sindicatos como están es indignante. En la mayoría de ellos existen aviadores y personas que reciben pago por algo que no saben hacer, maestros de primaria que no son maestros, ingenieros que no son ingenieros, barrenderos que no son barrenderos, sino músicos.
5. Los sindicatos deben volver a florecer, pero con una nueva filosofía, mescla de neoliberalismo con socialismo, y ser los organizadores de los ochenta millones de mexicanos que forma la fuerza laboral de nuestro país y se encuentran a merced de las grandes compañías globales, las cuales les pagan salarios de hambre.
6. La historia se repite: Porfirio Díaz vio necesario darle concesiones a los extranjeros para el progreso del país, aún a costa de la explotación de los trabajadores mexicanos, como sucedió en las minas de Cananea y Rio Blanco entre muchas otras. En el 2010 es necesario, otra vez, darle concesiones a las compañías extranjeras para seguir la política neoliberal implantada por el gobierno actual, y en este siglo también, a costa de la explotación de nuestros hermanos mexicanos por Wal-mart, Home Depot, Leoni, etc., etc.
Un ensayo sin refrencias bibliográficas carece de seriedad política y le quita veracidad a los argumentos. Para el próximo ensayo no olvides las refrencias ni la bibliografía.
ResponderEliminarNO TE GUSTO Y TU NO HACES UNO QUE MAL TE VEZ DEBISTE HABER DICHO TE FALTO ESTO ASI COMO EL MIO PUUFFF!!
Eliminarinteresante el ensayo, sin embargo creo que fuiste muy general y abstracto en varios puntos, te falto precisión, y si te es posible investiga un poco mas sobre la CTM, ese sindicato es un viejo dinosaurio acéfalo que sigue con vida
ResponderEliminarBuen ensayo, citas algunos hechos que efectivamente han ocurrido. Pero como se dijo anteriormente, te faltaron las referencias bibliograficas y sin ellas parece que solo relatas tu experiencia.
ResponderEliminarBuen trabajo, gracias por compartirlo.
Sin ser redundante a los comentarios antes dichos, solo puedo agregar que tus conclusiones son buenas un tanto subjetivas, pero reales.
ResponderEliminarse agradece que lo hayas compartido, al menos te tomaste la molestia de hacerlo, no se cual sea tu perfil academico,para ser un bachiller esta bien, todo trabajo siempre sera perfectible dependiendo la optica y el conocimiento, los que te leemos no tenemos que calificarte, en su caso si somos mas doctos en la materia hagamos nuestra propio ensayo.
ResponderEliminarMe parece muy buen ensayo, sobre todo porque estas tocando la base medular del sindicalismo que es la corrupcion entre los mismos lideres y el propio gobierno y quien sale siempre afectado es el trabajador.
ResponderEliminarNo se necesitan referencias bibliograficas para ver que es lo que falla o falta en el sindicalismo mexicano si a simple vista se pueden observar creeme que te felicito
muy buen ensayo , las consecuencias de las malas e injustas administraciones, segregan cada ves mas a los mas bulnerables
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