Todavía me acuerdo cuando mis padres llevaron junto con mis hermanos a una escuela y como toda experiencia nueva le da miedo a uno, ya que uno se acostumbra a la educación de los padres, que no haga eso, deja eso, quítate eso de la boca, vete a asear, etc.. Que son enseñanzas que tiene uno que aprender para poder entender que tiene uno como niño derechos y obligaciones.
Le he de hacer de su conocimiento mi estimado lector, que cuando uno se ve en la obligación de tener que recibir la misma educación pero con diferentes personas y en un lugar distinto al que está uno acostumbrado, eso significa un reto muy grande. Eso implica que un maestro –persona que en principio se nos hace extraña, con nuevo estilo de enseñanza al que uno esta acostumbrado- tenga que sufrir, esforzarse para poder hacer que nuevos educandos puedan adaptarse a su estilo de enseñanza y aprendizaje, cosa que nos es nada fácil, y me refiero que desde la preparación preescolar, primaria y secundaria el maestro se encuentre bien capacitado para aguantar a una ola de aprendices que en su momento lo que desean es adecuarse a un nuevo estilo de vida, es aquí donde aprende uno que tiene más obligaciones y derechos.
El maestro, el educador, el guía, como Usted lo pueda identificar, sabe que tiene un gran reto, el poder enseñar a sus nuevos discípulos el debido aprendizaje, con la finalidad de su alumno pueda entender y aprender significados, materias y cosas que en su vida adulta logre aplicar con eficiencia y eficazmente en su vida cotidiana o profesional.
La labor muy fácil, ya que el maestro debe de estar muy bien preparado a la altura de las variadas circunstancias y dudas que pueda formularle el alumno; el maestro debe de actuar, guiarse con responsabilidad y honestidad, ya que se convierte en un tutor para el alumno, es a él ante quien al alumno-aprendiz se dirigirá o ya sea para hacerles muchas preguntas, dudas que no alcanza a entender y comprender y que acude al maestro para poderlas aclarar o también puede acudir a ente él como instancia de auxilio, de consejero personal o para poderle hacer de su conocimiento de lo que está viviendo o experimentando, ya que dichas preguntas claves no las puede hacer en casa porque se lo tienen prohibido, los padres no le toman con seriedad o lo evaden, motivo por el cual decide buscar apoyo en alguien de confianza y que puedan guiarlo como debe de ser, convirtiéndose en muchas ocasiones en el gran salvador el maestro, el educador, el docente.
Ante tal circunstancia, a poco no es una tarea enorme la que tiene el maestro, ya que debe de atender a sus obligaciones y derechos que como padre de familia le corresponde, a parte, tiene que atender a sus alumnos, que se convierten en su segunda familia, debiendo preparar la materia, el método de enseñanza, aplicar las correspondientes evaluaciones para ver si su método de enseñanza esta siendo la correcta y que es uno de los requisitos que las instituciones encargadas de proporcionar la educación, sea privada o pública, le piden para ver el rendimiento correcto tanto del maestro como del alumno.
Como alumno y amigo que he sido, desde esta modesta nota, les doy las gracias a todos y cada uno de los que me han impartido enseñanza, me han orientado y me han corregido en muchas de las veces. Esperando que sigan ejerciendo su profesión como hasta el momento lo han hecho, con profesionalismo, con responsabilidad, con honestidad, con orgullo, con lealtad, con mucho entusiasmo, con mucha sapiencia y mucha paciencia. México necesita de Ustedes maestros, sigan comprometidos por su país. Y como diría el lema de nuestra máxima Casa de estudios (la UAQ) profesionales “Educo en la Verdad y en el Honor”.
Mi estimado lector, le dejo estas breves líneas esperando sus comentarios.
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