Hoy, en el siglo XXI, en medio de
una serie de discusiones a nivel mundial que nos llevan inmersos en su rápida
carrera, sin tomar en cuenta si queremos subirnos al tren o no, cuando
simplemente la globalización te deja en tu lugar con las medidas y causas que
llevan al estancamiento al país y por ende a la sociedad que habita en él,
cuando la apatía e ignorancia de nuestros gobernantes, por no llamarles
servidores públicos, tomamos conciencia que no llevan las bases y la estructura
claramente como nación para hacer los cambios necesarios, aunado a tener la
visión de lo que se requiere para el bien común y trasladarlo en cosas
tangibles a cada uno de todos los que habitamos a este hermoso país llamado
México.
Existe una sentencia popular que
establece: “no le pidas peras al olmo”, lo que válidamente puede significar que
nuestros gobernantes, residen en otro planeta ya que tienen un punto de vista
muy distinto en cuanto a necesidades de lo que requiere Juan Pueblo.
Es lamentable que sus proyectos
políticos y partidistas nos arrastren como país a quedarnos atrás en
comparación con otras naciones, que sin tener los recursos e infraestructura
como nosotros, productivamente avanzan cada año, beneficiando a sus pobladores
en sus necesidades prioritarias.
Los medidores y estadísticas
internacionales así lo comprueban, pero parece ser que los señores dirigentes
las desconocen o simplemente las ignoran, para no asumir sus responsabilidades
con independencia a qué grupo representan y piensan que, como siempre, simplemente
echándose la culpa unos a otros ya cumplieron con todas las encomiendas y
compromisos que hicieron al electorado en sus campañas políticas y es un cuento
de nunca acabar cada inicio y terminación de campaña y de ciclo de puestos
políticos.
Entre ayudantes, asesores y los
propios políticos, le cuestan al país una gran cantidad de millones de pesos
que a la larga se convierten en gasto y no en inversión, ya que
independientemente de sus propuestas siempre al llegar a la cámara de diputados
y senadores se cambian o se maquillan según las conveniencias de cada partido
sin tomar en cuenta si cumplen o no con todos los requisitos para ser
legalmente aprobadas.
Se impone terminar ya con este
ciclo y convencer a nuestra sociedad que tenemos un compromiso ético, moral,
cívico y de sentido común de hacer valer nuestros derechos y hacer sentir a
nuestros gobernantes que siempre van a tener a su lado a todos los mexicanos
exigiendo que cumplan con su trabajo y, como mínimo, tienen que comprobar su
permanencia en su puesto con los cambios necesarios para que nuestra población
incremente su nivel socio-económico y sea viable para la inversión local y
extranjera para crear nuevas fuentes de empleo para cada uno de los ciudadanos
y logren ellos su proyecto de vida.
Es necesario profesionalizar los
puestos públicos y de elección popular, que los cuerpos medios cumplan con sus
objetivos de unir, formar, representar y servir como parte de un sensor de la
población en dirección de una sustentabilidad económica, educativa, fiscal,
cultural y de conservar y permear nuestras tradiciones basados en lo que ha
permitido mantenernos como país, la familia.
Urge establecer como prioridad
tener un proyecto de nación con responsabilidad social, y lograr una economía
de desarrollo, respetando los principios fundamentales de los derechos
universales del ser humano.
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