jueves, 20 de enero de 2011

Si. Rudyard Kipling

Si.



Si puedes estar firme cuando en tu derredor


todo el mundo se ofusca y tacha tu entereza;


si cuando dudan todos, fías en tu valor


y al mismo tiempo sabes excusar su flaqueza;


si puedes esperar y a tu afán poner brida,


o blanco de mentiras esgrimir la verdad,


o siendo odiado al odio no dejarle cabida


y ni ensalzas tu juicio ni ostentas tu bondad;



Si sueñas, pero el sueño no se vuelve tu rey:


si piensas y el pensar no mengua tus ardores;


si el triunfo o el desastre no te imponen su ley


y los tratas lo mismo, como a dos impostores:


si puedes soportar que tu frase sincera


sea trampa de necios en boca de malvados,


o mirar hecha trizas tu adorada quimera


y tornar a forjarla con útiles mellados;



Si todas tus ganancias poniendo en un montón


Las arriesgas, osado, en un golpe de azar,


Y las pierdes, y luego, con bravo corazón,


sin hablar de tus pérdidas vuelves a comenzar;


si puedes mantener en la ruda pelea


alerta el pensamiento y el músculo tirante


para emplearlos cuando en tí todo flaquea


menos la voluntad que te dice: ¡Adelante!



Si entre la turba das a la virtud abrigo;


si marchando con reyes del orgullo has triunfado;


si no pueden herirte ni amigo ni enemigo;


si eres bueno con todos, pero no demasiado,


y si puedes llenar los preciosos minutos


con sesenta segundos de combate bravío,


tuya es la Tierra y todos sus codiciados frutos,


y lo más importante: ¡serás hombre, hijo mío!




Rudyard Kipling. 1865-1936

 
 
 
 

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