martes, 27 de septiembre de 2011

De quemaduras a cortaduras: El trabajo infantil Marta Cantú Cavada

Una de las funciones más antiguas e importantes de la OIT consiste en establecer normas internacionales bajo la forma de convenios o recomendaciones. Estos instrumentos son adoptados por la conferencia internacional del trabajo, el cual, como se sabe; es un órgano tripartito que reúne a los empleadores, trabajadores y los gobiernos. Los estados miembros que ratifican un convenio tienen la obligación de aplicar sus disposiciones. Las recomendaciones, que no requieren aprobación, les brindan orientaciones sobre las políticas, la legislación y la práctica que adoptan en el plano nacional.

Los convenios y las recomendaciones adoptados desde 1919 abarcan prácticamente todas las cuestiones que se plantean en el mundo del trabajo; el respeto de los derechos humanos fundamentales (especialmente la libertad sindical, el derecho de sindicación y negociación colectiva, la erradicación del trabajo forzoso y del trabajo infantil y la eliminación de la discriminación en el empleo), la administración del trabajo, las relaciones laborales, la política de empleo, las condiciones de trabajo, la seguridad social, la seguridad y salud en el trabajo, el empleo de la mujer y el empleo de ciertas categorías especiales como los trabajadores migrantes y la gente de mar.

Cada estado miembro tiene que someter todos los convenios y recomendaciones adoptados por la conferencia a las autoridades nacionales competentes para que estas decidan la acción a emprender. El número de ratificaciones de los convenios aumenta regularmente. Para garantizar la aplicación de estos textos, en la legislación y en la práctica, la OIT ha establecido un sistema de control que es el más avanzado de todos los dispositivos de este tipo: expertos independientes evalúan objetivamente la manera en que se cumplen las obligaciones contraídas y los casos de no conformidad son examinados por los órganos tripartitos de la organización.

A continuación se hace un breve análisis de los convenios relacionados con el trabajo infantil de la Organización Internacional del Trabajo y del programa internacional para la erradicación del trabajo infantil (IPEC). Haciendo énfasis en la situación que hoy vive Guatemala y Malaui con relación a la contratación de menores de edad y definiendo las consecuencias de esta actividad decadente.

El trabajo infantil constituye un problema apremiante desde el punto de vista social, económico y de los derechos humanos. Se estima que hay 250 millones de niños trabajando en todo el mundo, según la OIT. A los que cuales se les priva de una educación adecuada y de las libertades fundamentales, al tiempo que se pone en grave peligro su salud. Los niños son los que pagan el precio más elevado de esta situación, pero los países también salen perjudicados. Acabar con el trabajo infantil constituye un fin en sí mismo, pero es también un modo muy eficaz de promover el desarrollo económico y humano.

A medida que la comunidad internacional fue tomando conciencia del carácter despreciable del trabajo infantil, el movimiento surgido para combatirlo se convirtió en una causa mundial de un alcance y un vigor sin precedentes. Es un movimiento que va mas allá de las fronteras políticas, lingüísticas, culturales o religiosas y que reúne a todos los actores de la sociedad civil, gobiernos, empleadores, sindicatos, ONG y organizaciones religiosas, todas estas en torno al objetivo común de acabar con la explotación de los niños por la necesidad del trabajo.

La OIT, en su informe global sobre trabajo infantil, menciono que el numero mundial de niños trabajadores ha disminuido de 222 millones a 215 millones durante el periodo 2004-2008, es decir, un 3%. Lo cual representa una desaceleración en el ritmo de reducción a nivel mundial. El informe menciona también sobre la preocupación de que la crisis económica mundial pueda frenar el avance hacia el objetivo de eliminar las peores formas de trabajo infantil para 2016.

Por otra parte, el informe más reciente de la OIT, titulado: Intensificar la lucha contra el trabajo infantil, presenta estimaciones detalladas sobre el trabajo infantil. Estableciendo que el mayor progreso se ha registrado entre los niños y niñas de 5 a 14 años, en donde el número de niños y niñas trabajadores disminuyo un 10%. El trabajo infantil de las niñas disminuyo de manera considerable en un 15% pero aumento entre los niños en un 7%. Además en este informe se menciono también que el trabajo infantil entre los jóvenes de 15 a 17 años aumentó en un 20%, de 52 millones a 62 millones.

Posteriormente al informe global, el consejo de administración aprobó, en noviembre de este año el plan de acción mundial para la eliminación de las peores formas de trabajo infantil para 2016. Este plan de acción presenta un programa estratégico y un plan de acción para el IPEC, programa internacional para la erradicación del trabajo infantil. El cual administra actualmente en diferentes regiones del mundo, más de 1000 programas destinados a promover alternativas al trabajo infantil.

Existen dos convenios principales de la OIT que regulan el trabajo infantil

El convenio numero 182 de la Organización internacional del trabajo, la cual fue creada en 1999 se titula “las peores formas de trabajo infantil”. Esta exige la adopción de medidas inmediatas y eficaces para garantizar la prohibición y la eliminación de las peores formas de trabajo infantil, especialmente todas las formas de esclavitud y prácticas similares, el reclutamiento forzoso de niños para su utilización en los conflictos armados o su explotación en la prostitución, la pornografía y cualquier actividad ilícita, así como el trabajo que pueda perjudicar la salud, la seguridad y la moralidad de los niños.

Por ejemplo, en Guatemala como en muchos otros países se practican formas peligrosas de trabajo infantil. El trabajo en la agricultura, explotación de minas y picado de piedra, trabajo infantil domestico en hogares particulares, producción de fuegos pirotécnicos, recolección y clasificación de basura, entre tantos mas.

En el trabajo en la agricultura, los niños y niñas que trabajan en la este sector corren riesgos de trabajar con instrumentos cortantes con los que pueden herirse y lastimarse; pueden sufrir fracturas, cortaduras, perdida de la vista, de miembros o hasta morir por enfermedades, desnutrición o mutilaciones graves. Muchos de los niños y niñas que salen con sus padres a trabajar fuera de su pueblo, sufren porque duermen poco y en el suelo, comen mal, beben agua contaminada, padecen de enfermedades de los pulmones, del estomaga, parásitos, dengue, entre otros.

En la explotación de minas y picado de piedra, los niños son obligados a levantar y romper grandes piedras con martillos pesados hasta hacerlas piedrín para construcción. Los riesgos comienzan desde que se sacan y cargan las rocas de los lechos de los ríos o canteras. En estos lugares, los niños y niñas pueden sufrir perdida de miembros por compresiones y hasta la muestre por asfixia debido a derrumbes. Con frecuencia sufren también golpes, moretones y hasta fracturas en los dedos y manos. El trabajo lo realizan sin diferencia niños y niñas, lo hacen con otros miembros de la familia después de asistir a la escuela, durante 4 o 5 horas diarias, 6 días a la semana, en condiciones casi de esclavitud. Lo que los niños y niñas ganan es para ayudar a sus padres.

El trabajo infantil domestico en hogares particulares es el trabajo que realizan niños y niñas menores de 18 años en hogares de otras personas y no en su casa. Muchos de estos niños y niñas trabajan todos los días con jornadas largas y agotadoras, casi más de 10 horas diarias durante 6 días de la semana. Algunos de los niños están expuestos a golpizas, acoso y abuso sexual, no les pagan vacaciones y los días de enfermedad son inexistentes para ellos. Según la OIT, se estima que hay 17,350 niñas entre 7 y 14 años que son trabajadoras domesticas.

En la producción de fuegos pirotécnicos, los niños y niñas son muy arriesgados a sufrir daños físicos. Esta es una de las actividades más peligrosas e la que trabajan los niños y niñas. Es peligrosa porque su materia prima es la pólvora, altamente explosiva y toxica. Según el estudio nacional sobre trabajo infantil en la industria pirotécnica de Guatemala más de 7,000 personas elabora cohetes dentro de sus viviendas, de esas 7,000 personas, 3,700 son niños y niñas. Las consecuencias de este tipo de trabajo son malas, ya que dañan la salud, la piel y las mucosas y pueden causar quemaduras leves o serias.

En la recolección y clasificación de basura los niños y niñas que se dedican a la recolección de basura se encuentran en todos los basureros de Guatemala. Están bien organizados en los basureros de las grandes ciudades donde de cada 100 de ellos, 70 son recolectores y 10 seleccionan, clasifican y empaquetan la basura. Esta actividad tiene indiscutiblemente riesgos para la salud, se estima que de cada 100 de estos niños y niñas, 82 sufren de cortaduras y otras lesiones, 52 sufren de quemaduras en los ojos por los gases de la descomposición de la basura y 40 padecen de dolos de cabeza por exposición excesiva al sol.

Por otra parte existe el convenio numero 138, el cual fue creado en 1973 y se titula “edad mínima”. Este menciona que tiene como finalidad la abolición del trabajo infantil y estipula que la edad mínima de administración al empleo no debe ser inferior a la edad en que cesa la enseñanza obligatoria.

Un ejemplo de la problemática que se intenta reducir con este convenio es la industria tabacalera. En todos los países en desarrollo en los que se cultiva tabaco, se encontró que existe mano de obra infantil con niños y niñas de cinco años y más. Malaui, al sureste de África, es el país con mayor número de niños y niñas trabajadores en África, donde es crítico el grado de explotación de estos. Se dice que niños y niñas trabajan 12 horas diarias sin un salario, pues se dicen que solo están “ayudando” a  sus padres en una de las 22,000 plantaciones de tabaco registradas en la región de Kasungu. Otros niños reciben un salario medio de .18 Euros por largas y duras jornadas laborales. Siendo estos últimos, lo más afortunados, pues otros niños, que fueron atraídos con promesas de buenos salarios, apenas reciben, al final de la temporada una playera usada.

Malaui es uno de los cinco países productores de tabaco más grandes del mundo y más del 98% de la barata hoja de tabaco de este país, es exportada a los Estados Unidos y a Europa. Más del 90% del tabaco de Malaui es comprado por dos compañías estadounidenses, Universal Corporation y Alliance One International, que lo revenden a las tabacaleras internacionales como por ejemplo Philip Morris (Malboro) y British American Tobacco (Lucky Strike). Por lo tanto, la probabilidad de que los fumadores europeos y norteamericanos consuman tabaco Malaui recogido por niños y niñas que son explotados laboralmente es muy elevada.

Aunque Malaui tiene leyes que prohíben el trabajo de niños menores de 14 años, es evidente que no se cumplen ni se hacen cumplir. En los dos últimos años, solo 49 propietarios de plantaciones han sido llevados ante la justicia, pero la mayoría solo recibió una multa de 25 Euros. Según un artículo de la UNICEF, la razón es que la economía de Malaui depende mucho del tabaco, que reporta el 70% de los ingresos por exportaciones y existen muchas inconsistencias legales, así como falta de voluntad política.  

Es importante mencionar que existen muchas consecuencias que dañan a niños y niñas de todo el mundo. Las 3 principales áreas de desarrollo que son afectadas son el desarrollo físico, desarrollo emocional y desarrollo social. El primero mencionado conlleva a que los niños trabajadores sean mucho más vulnerables que los adultos a ser lastimados físicamente durante la jornada laboral, simplemente porque sus cuerpos no están desarrollados completamente y no son tan fuertes como los de un adulto. Provoca también que los niños y niñas tengan una salud física deficiente debido a que el trabajo que ejercen los expone a  riesgos de enfermedades y accidentes. Los efectos pueden ser a corto o largo plazo, desde una quemadura de tercer grado hasta una enfermedad respiratoria o la amputación de algún miembro por manipular objetos y maquinas inadecuadas para su edad hasta sufrir alguna enfermedad respiratoria o contagiosa como el SIDA. 

La segunda área afectada, el desarrollo emocional es una de las principales consecuencias de actividades que son explotadoras, peligrosas, degradantes y de aislamiento. Algunos niños y niñas son maltratados, abusados y abandonados por sus empleadores, como consecuencia, los niños y niñas podrían tener dificultades para vincularse con otras personas o tener sentimientos hacia ellas. Provoca una problemática para interactuar y cooperar con otros, para desarrollar un sentido real de identidad y provoca baja autoestima.

Por último, la tercer área afectada, el desarrollo social es el resultado de los las 2 áreas anteriores. Los niños y niñas que trabajando no tienen la oportunidad de participar en actividades que son vitales para su formación como por ejemplo ir a la escuela, jugar y socializar con otros niños. Por ende, no adquieren el nivel básico de educación que se necesita para enfrentar situaciones más complejas ni participan activamente en la comunidad.

En definitiva, se debe de actuar en contra del trabajo infantil. El trabajo infantil es una agresión a los derechos de los niños, y constituye un amplio y urgente problema en todo el mundo. Como el trabajo infantil esta tan generalizado y es un fenómeno tan complejo, la única forma de ponerle término es mediante la intervención combinada y simultanea. Los gobiernos, las organizaciones de empleadores y de trabajadores, los organismos encargados del cumplimiento de la ley, los docentes, los padres de familia, los miembros de comunidades y especialmente, los propios niños y jóvenes, deben invertir mancomunadamente en todo el mundo y exigir la anulación del trabajo infantil.

 Como sugerencia para la disminución del trabajo infantil se debe de estar primeramente informado de los abusos e injusticias que representa el que un niño o niña trabaje, intentar persuadir a personas cercanas en la región a actuar en contra de este abuso mediante la sensibilización, despertando conciencias, fomentando la participación (especialmente el 12 de Junio de cada año, día mundial contra el trabajo infantil) y creando enlaces.  Es importante comunicar a la comunidad que la utilización y aprovechamiento de niños y niñas en las peores formas de trabajo infantil es preocupante en la actualidad, ya que se están traficando niños y niñas, a los cuales los hacen trabajar de manera forzada y en servidumbre, en actividades delictivas, en explotación sexual comercial, pornografía y otras actividades ilícitas y denigrantes. De quemaduras a cortaduras hay un solo instante.





Bibliografía
Organización Internacional del Trabajo. Obtenido el 21 de septiembre del 2011 de
Organización Internacional del Trabajo. Obtenido el 21 de septiembre del 2011 de
Organización Internacional del Trabajo. Obtenido el 21 de septiembre del 2011 de
Disenso. Obtenido el 21 de Septiembre del 2011 de

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