miércoles, 2 de marzo de 2011

ABUSO DE CONFIANZA DE UN EMPLEADO. Lic. Jesús Arturo Vallejo M.


El patrón tiene el derecho de elegir a cualquier persona para que pueda colaborar o hacer un trabajo en específico en la empresa, negocio o establecimiento, depositando en él la confianza de hacer y deshacer en los servicios que se prestan en los mismos.

Pero cuando el trabajador se siente con derechos y empieza a tomar decisiones que van más allá de los que le fueron concedidos y que con ellos genera perjuicios graves y muy lamentables y el que tiene que responder a última instancia por el mal que se la ha provocado al cliente por parte del empleado, es el patrón, generando con este hecho que la empresa contraiga múltiples defectos en la calidad de su servicio, lo que se ve reflejado directamente en la baja de productividad de la empresa por la falta de clientes, teniendo en cuenta que algunos de los clientes frecuentes de la empresa o cualquier otro ramo, se queden decepcionados por la falta de compromiso de la empresa, negocio o establecimiento formal, optando por cambiarse a otra empresa que satisfaga sus necesidades y que le sigan ofreciendo el servicio de calidad que al cliente le fue dado en su inicio.

A esto se le llama abuso de confianza por parte del empleado hacia el patrón.

En todo caso si no hay generación de empleos por partes de las empresas, establecimientos, negocios establecidos legalmente, de todos los giros comerciales que se pueda Usted imaginar mi estimado lector, no se pudiera dar la relación laboral patrón-empleado.

Al ser empleado, uno obtiene beneficios, derechos y obligaciones que se generan al momento de aceptar y firmar un contrato laboral, que es obligación por ley que el patrón se lo proporcione al nuevo empleado y que el mismo patrón tiene que brindar asistencia médica al empleado, proporcionar un salario que sea remunerativo y que sirva para satisfacer las necesidades básicas al empleado, el ponerse de acuerdo el patrón para que el empleado goce de unas merecidas vacaciones por el esfuerzo físico o intelectual que empleado realiza durante cada año.

Hasta aquí vamos bien, a simple vista podemos decir que es un mundo mágico, que el empleado realizará con eficacia y eficiencia su labor que le ha sido encomendado por el patrón y que por ello obtendrá los beneficios, derechos y obligaciones, establecidos tanto en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y por la Ley Federal del Trabajo, vigentes en nuestro país.

Pero a veces el patrón por falta de malicia, pone a disposición y a manos llenas del empleado, los medios necesarios para que éste pueda realizar su debida labor y así poder satisfacer las necesidades que el cliente está requiriendo. Por tal motivo el empleado toma en ocasiones decisiones que ponen en peligro el funcionamiento de la empresa.

Otras tomas de decisiones del empleado, pueden llevar a cabo un perjuicio directo para el cliente y para la misma empresa, ya que por tal toma de decisión se han afectado directamente al cliente y que éste va a buscar la manera más idónea para que le sea resarcido su daño, que puede ser en su persona o en sus bienes muebles o inmuebles.

Por tal motivo, nos podemos poner en cualquiera de los dos lados, patrón o empleado, con ello conseguiremos crecer en todos los rubros, teniendo como principios de vida, el ser congruentes con nuestro actuar, ser honestos, dedicados, emprendedores y ante todo, ser mejores cada día; sin empleo no hay medios idóneos y oportunidades de crecer y así poder lograr nuestros proyectos de vida. Rechacemos la tentación de caer en el rubro de mal empleado, optemos por ser cada día mejor en lo que realicemos. Esperando sean benéficas estas líneas, quedo a sus atenciones mi estimado lector.












No hay comentarios:

Publicar un comentario