Un gran avance para gays, la reforma constitucional en derechos humanos
Elida Abonza-Karen Hernández / NotieSe
Tras conocer las reformas constitucionales aprobadas por el Senado de la República en materia de derechos humanos, entre las que se destaca la inclusión del término “preferencias sexuales” en el artículo 1 de la Constitución Política como motivo para no discriminar a una persona, especialistas en el tema y activistas coincidieron en que representa un gran avance para que la comunidad de la diversidad sexual pueda alcanzar el reconocimiento pleno de sus derechos en todo el país.
Héctor Salinas, investigador de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), definió como “muy importante” la modificación constitucional porque ayuda a crear política pública y a legitimar la diversidad, aunque aseguró “por sí misma no genera un cambio cultural ni social, el cual debe gestarse a través de los sectores sociales”.
Sobre el concepto “preferencias sexuales”, el académico de la UACM, comentó que es adecuado porque reconoce la libertad individual de “ser y hacer lo que uno considere sin afectar a los demás” por lo que el término refiere que el individuo prefiere elegir la forma en la que vive su sexualidad.
Salinas Hernández, quien mantiene un proceso legal contra el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) por negarle la afiliación de su cónyuge, por ser del mismo sexo, consideró que el concepto “se inserta en la libertad cívica y en el liberalismo filosófico que reconoce la libertad como un valor supremo”.
A su vez, David Marmolejo, también docente de la UACM en el área de ciencias de la salud, y quien también sostiene un proceso legal contra el ISSSTE por no afiliar a su esposo, opinó que la reforma es un gran avance para los argumentos jurídicos en la defensa de los derechos sexuales y un reconocimiento a la diversidad sexual en la sociedad actual.
Sobre el término “preferencias sexuales”, el catedrático mencionó que es claro, “la reforma es congruente y el concepto se entiende claramente”.
Marmolejo recalcó que la reforma es una acción positiva para los matrimonios del mismo sexo, “ahora se podrá recurrir a un amparo en favor a los derechos de salud como expresa la Constitución, sólo falta que las constituciones estatales reproduzcan el artículo”.
Por su parte, Hazel Gloria Davenport, activista transexual de la Asociación Pro Diana, señaló que la inclusión del término en la Constitución es un avance, pero consideró necesario continuarlo, “ya que si bien es cierto que se maneja preferencia sexual, las personastransgénero seguimos invisibilizadas”.
Al respecto, la también fotógrafa acotó que este tipo de cambios solamente incluyen a la homosexualidad como un concepto universal y a personas que tengan una libertad de preferencias sexuales pero no habla de orientación sexual, ni establece la diferencia entre preferencia y orientación sexual, la cual es un acto involuntario porque es una característica de las personas.
José Cruz, presidente de la organización Tabasqueños Unidos por la Diversidad y la Salud Sexual (Tudyssex), dijo que este es un logro porque reconocer la preferencia sexual de las personas es una actitud incluyente, aunque consideró que el concepto orientación sexual hubiera sido más específico.
Sobre el proceso, Cruz indicó que se dio un gran paso en el Senado pero “falta que pase el ciclo de los estados”, lo cual es preocupante porque algunas entidades “son realmente moralistas y pueden intentar no aplicar la reforma”.
Mediante un comunicado de prensa, el Sistema de las Naciones Unidas en México (ONU México), aseveró que la aprobación de la reforma en materia de derechos humanos a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos significó el avance más importante en favor al respeto y garantía de los derechos fundamentales en los últimos años.
La agencia internacional consideró que la reforma constitucional servirá en el cumplimiento de las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos y dará un nuevo desarrollo a la nación, en el ámbito del trabajo de las 21 agencias integrantes de la ONU México.
Así, ONU México exhortó a los congresos estatales para que convaliden la reforma del Senado a la brevedad, para garantizar su efectividad.
Cumple un año matrimonio gay en el DF
* En ese lapso 699 parejas han ejercido su derecho a contraer nupcias * Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero y Benito Juárez, las demarcaciones con el mayor número de consortes
Redacción / NotieSe
De acuerdo con cifras de la Consejería Jurídica y de Servicios Legales del Gobierno del Distrito Federal (GDF), hasta el pasado 1 de marzo se han celebrado 699 uniones entre personas del mismo sexo: 367 parejas de hombres y 333 parejas de mujeres.
A un año de haber entrado en vigor las reformas al artículo 146 del Código Civil del Distrito Federal que permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo, la Consejería encabezada por Leticia Bonifaz informó que del total de quienes han contraído nupcias en la capital del país, mil 325 son consortes mexicanos y 73 extranjeros. Las delegaciones con el mayor número de cónyuges son Cuauhtémoc (243), Gustavo A. Madero con (196) y Benito Juárez (177).
El rango de edad más frecuente de los consortes es de 31 a 40 años (456), de 21 a 30 años (439) y de 41 a 50 años (294). Por el régimen de sociedad conyugal están casadas 466 parejas y por separación de bienes 233.
Cabe destacar que las modificaciones legales a los artículos 146, 237, 291 bis, 294, 391 y 724 del Código Civil del Distrito Federal, así como 216 y 942 del Código de Procedimientos Civiles aprobadas en diciembre de 2009 por la V Legislatura de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) y que entraron en vigor el 4 de marzo de 2010, hacen lícitos estos matrimonios en la ciudad de México, los cuales pueden ser reconocidos en el resto de la república.
Con estas reformas, el DF se convirtió en la primera jurisdicción en América Latina y la decimocuarta en el mundo en aprobar las nupcias entre personas del mismo sexo, precedida por los Países Bajos, Bélgica, España, Canadá, Sudáfrica, Noruega, Suecia y seis entidades de Estados Unidos.
Cobijado por el derecho a la no discriminación, el actual artículo 146 del Código Civil del DF estipula que el “Matrimonio es la unión libre de dos personas para realizar la comunidad de vida, en donde ambos se procuran respeto, igualdad y ayuda mutua. Debe celebrarse ante el juez del Registro Civil y con las formalidades que estipule el presente código”.
Entre los derechos hoy reconocidos para los matrimonios entre personas del mismo sexo se encuentran los conyugales que incluyen la adopción, las posibilidades de heredar bienes, el derecho a incluir a la pareja en las pólizas de seguros y la adquisición común de un crédito bancario.
Respecto a la seguridad social, este es un derecho que aún no se reconoce a todas las parejas del mismo sexo, ya que su cumplimiento depende, en su gran mayoría, de instituciones públicas del ámbito federal, cuya legislación no contempla este tipo de matrimonios.
País de familias diversas
Antonio Medina / NotieSe
Nuestro país es heredero de una centenaria tradición familiar. Lejos de estereotipos y visiones moralistas, las familias mexicanas se han constituido por encima de normas jurídicas, ritos religiosos o estereotipos impuestos por la publicidad conservadora.
Es así que en México coexisten familias tan diversas como lo es la gran nación mexicana en expresiones culturales, ecosistemas, razas, lenguas, gastronomía y formas de pensamiento.
En el diario acontecer de las familias mexicanas se viven realidades lejanas al deber ser familiar, pues un porcentaje amplio de ellas sufren los estragos de la economía, las recurrentes crisis y malas decisiones políticas de quienes gobiernan.
Es común ver que las familias mexicanas sobrevivan bajo esquemas prácticos de solidaridad lejanos al ideal impuesto por una elite empresarial y política, que ilusoriamente piensa, por ejemplo, que una familia puede sobrevivir con seis mil pesos al mes.
Las familias de México están por encima del poder político para resolver problemas derivados de equivocaciones en el gasto público, violación endémica de derechos laborales o visiones políticas de corto plazo que afectan a viejas y nuevas generaciones.
En este sentido, la idea de imponer el primer domingo de marzo como el Día de la Familia por parte de un sector del empresariado mexicano y del partido en el poder, no tiene sentido en un momento en que se están gestando movimientos que defienden procesos democráticos de convivencia en la esfera social y que impactan al interior de la gran mayoría de las familias mexicanas, sean nucleares, “naturales”, compuestas, extensas, unipersonales u homoparentales.
Por ello, es erróneo dar por hecho que existe La Familia Mexicana y que ésta tiene formas de convivencia, creencias, alternativas de consumo o gustos iguales. Nada de eso es real. Lo que sí es real, es que a todas las familias de México les afecta la discriminación social de cualquiera de sus miembros o la exclusión de derechos y servicios puestos por el Estado solamente para responder a las necesidades de las familias nucleares.
Sería bueno conocer, por ejemplo, el impacto directo en la desintegración familiar que ha provocado la lucha del gobierno federal contra el narcotráfico y si el monumental gasto erogado por la Federación para tal propósito es proporcional a la integración de familias de escasos recursos o de las clases medias que han visto cómo se desploma su nivel adquisitivo en la última década, entre otras cosas, por climas no favorables para vivir en lugares de conflicto.
Otro dato que resultaría útil saber es si el gobierno federal, con sus políticas recientes realmente ha logrado mitigar la miseria que dejó el sexenio de Vicente Fox y sus antecesores en materia de salud, educación, vivienda o acceso a la justicia. Al parecer, el gasto que debería robustecerse en estos aspectos, ha ido a parar a las arcas del Ejército Mexicano, que sortea una guerra frontal contra los narcotraficantes, sin que hasta el momento se vean resultados contundentes.
Desde luego que sería bueno saber si ese gasto estratosférico ha repercutido en una verdadera defensa de los derechos humanos de la población, que de paso hay que decir, han sido trastocados a niveles insospechados en los últimos cuatro años, con la venia de la mayoría de los organismos encargados de velar por los derechos humanos.
Algunas de las respuestas a estos cuestionamientos están a simple vista: masacres en donde pierden la vida centenares de personas (civiles, delincuentes, policías, militares, funcionarios públicos, migrantes); familias completas en el desamparo legal y la indefensión ante criminales y autoridades; desintegración familiar en sectores particularmente vulnerables; violencia endémica en grandes grupos poblacionales; altos índices de desnutrición; falta de acceso a la educación y la salud en grandes sectores. Todo ello aderezado de una monumental corrupción y saqueo del gasto público a todos los niveles de gobierno.
Es por ello que no resulta complicado dilucidar los motivos de los conservadores para comercializar el ideal de La Familia del Siglo XXI en una suerte de mentira repetida ad infinitum en sus medios de comunicación, donde refuerzan una aspiración colectiva que induce a las teleaudiencias a creer que esa realidad existe aunque no sea así.
Esta apuesta ideológica se gestó precisamente al inicio del milenio y en pleno empoderamiento del grupo político que llevó al conservador Partido Acción Nacional a la Presidencia de la República.
Esa élite empresarial y política es la que implantó el primer domingo de marzo como el Día de la Familia. Esa fecha no fue elegida inocentemente, pues los conservadores que idearon tal “festividad” lo hicieron pensando en tener un día que fuera contrapeso al 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, propuesto por Naciones Unidas a propósito de sucesos de 1908 en el que mujeres trabajadoras murieron calcinadas debido a precarias condiciones laborales en Nueva York, por lo que la efeméride reivindica el importante papel de las mujeres en la sociedad.
Otra fecha a neutralizar con el enigma de La Familia es el 21 de marzo, una efeméride muy significativa para quienes reivindicamos la laicidad del Estado, pues los conservadores ven esa fecha histórica como una afrenta a los principios religiosos que promulgan a la familia natural como la célula básica de la sociedad y que ésta debe estar conformada por un hombre, una mujer e hijos. Todo aquello que salga de ese esquema, se considera como agraviante al mandato divino y como un esquema falto de solvencia moral que hay que “reparar”.
En este sentido, los empresarios que pertenecen al Consejo de la Comunicación le apuestan al poder de sus medios para influir en el imaginario social a través de la comercialización del ideal de familia que ellos conciben, dejando de lado la gran diversidad de composiciones familiares que enriquecen culturalmente a la sociedad mexicana.
Las familias diversas, esas que día a día construyen la gran nación mexicana en todos los ámbitos sociales, requieren ser reconocidas y tomadas en cuenta en los presupuestos públicos, al tiempo que se deben visibilizar sus necesidades, pues la exclusión en la toma de decisiones políticas, sin duda, las hace más vulnerables.
La abstinencia se rompe más que el condón
Leonardo Bastida Aguilar
* Debe hablarse del preservativo como símbolo de amor y seguridad: Orlov, líder religioso * Las iglesias no deben propiciar desinformación en materia de sexualidad * Muchas veces un diagnóstico médico se convierte en un diagnóstico moral
“Nosotros no trabajamos con ángeles, sino con humanos, por eso pensamos que muchas veces la abstinencia se rompe más frecuentemente que el condón”, mencionó Lisandro Orlov, pastor de la Iglesia Evangélica Luterana Unida de Argentina, al explicar las causas por las cuales las propuestas de ciertas agrupaciones religiosas no son factibles en la lucha contra el VIH/sida.
El coordinador de Pastoral Ecuménica VIH/sida, indicó que las iglesias deben hablar del condón con el argumento teológico de que “su uso es símbolo de responsabilidad, amor y seguridad”, además deben erradicar la idea de que el preservativo se utiliza para evitar un embarazo y fomentar la que asegura que su uso es para evitar una infección de transmisión sexual.
En charla con NotieSe, el teólogo y promotor del diálogo interreligioso en la lucha contra el VIH, añadió que no debe debatirse si el condón es bueno o no, sino la importancia de que las personas tengan acceso a información sobre el tema. “Las iglesias pueden promover la castidad hasta el matrimonio y muchas otras cosas, pero no deben propiciar la desinformación en materia de sexualidad”.
El miedo
“Las iglesias tienen miedo al VIH porque representa un problema que les llevaría a preguntarse quiénes son”, señaló Orlov, pastor luterano con más de 20 años de trabajo contra la epidemia en el Hostal Solidario, espacio ubicado en Buenos Aires, Argentina, que aloja a personas con VIH cuyas posibilidades económicas son escasas.
Como resultado de su experiencia, el ministro religioso de visita en México con motivo de la Consulta Regional y Reunión de Alto Nivel sobre Acceso Universal, Prevención, Atención, Tratamiento, Apoyo y Cuidado en VIH/sida, mencionó que para las iglesias abordar el tema del VIH implica una “autoconversión de los ministros de culto” debido a que debe haber un cambio desde el lenguaje hasta el discurso teológico para no discriminar a quienes han sido afectados por el virus, además de abordar el tema desde la perspectiva de salud y no de la fe.
Lisandro Orlov comentó que quienes viven con VIH no esperan compasión sino justicia, pues muchas veces un diagnóstico médico se convierte en un diagnóstico moral que provoca la ruptura de los lazos con la sociedad.
“La función de las iglesias debe ser recomponer los lazos de equidad, la solidaridad y la justicia. Nuestro punto de arranque no es el virus sino la persona”, aseguró el ministro de culto, quien añadió que un tema primordial en su labor contra el VIH es erradicar el estigma y la discriminación.
De esta manera, Orlov señaló que la respuesta por parte de las agrupaciones religiosas no ha sido del todo satisfactoria, ya que la mayoría de ellas no se ha pronunciado sobre el VIH/sida, o lo hacen con años de retraso, como sucedió con la Iglesia católica que tardó más de 25 años para hablar sobre el uso del condón, “y lo hizo de una manera ambigua”.
Acotó que en la mayoría de las iglesias, “las voces oficiales permanecen calladas, pero hay otros proyectos en las bases sociales que trabajan el tema y con la gente a pesar de que se los prohíbe su credo, por ejemplo sacerdotes paraguayos que trabajan con travestis en la lectura del evangelio”.
Sobre su labor pastoral, Orlov señaló que su trabajo en la materia se debe a que la realidad le impuso dar una respuesta, por lo que luego del trabajo iniciado con visitas a personas con VIH en los hospitales de Buenos Aires, optó por visibilizar y nombrar a sectores vulnerables como las y los trabajadores sexuales, los hombres que tienen sexo con hombres, y los usuarios de drogas inyectables, para empezar a combatir la discriminación ejercida en su contra.
Por último, Lisandro Orlov, dijo a esta agencia que los más de 20 años de trabajo, publicaciones que explican el uso del condón, debates sobre la epidemia, exigencia a otras iglesias para pronunciarse sobre el tema y labor pastoral con personas VIH positivas tienen como finalidad “cambiar la visión del VIH/sida”.
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