sábado, 23 de junio de 2012

¿Gabinete de talentos?, Temas de efervescencia. Mgda. Irene Ruedas Sotelo.


 
Estoy casi segura de que en estos días,  gran cantidad de mexicanos, sufre, una especie de asma con solo ver un nuevo mensaje de propaganda electoral,  escucha o lee una nueva opinión, o recién estrenado punto de vista acerca de  la moribunda contienda político electoral o cualquiera de los   competidores.

Pido al cielo, que aquélla no sobreviva su periodo legalmente natural de vida y tengamos que padecer su resucitación, por lo que resta del 2012 y más allá.

De acuerdo con el  marco de la ley de la materia y  en honor a las elementales reglas de la buena crianza, el comportamiento de los participantes, debió ser,  durante cada etapa de su desarrollo, ejemplo de civilidad; respetuosa entre ellos,  en su fuero interno y hacia la vista, el  oído e inteligencia de los presuntos electores.

Sin embargo, salvo mejores opiniones, hemos atestiguado su degeneración en un genuino combate, en una despiadada riña, auténtica guerra y feroz concurso por el primer sitial y mejor calificación en lanzarse mutuas flechas de cieno, basura, desprestigio, descubrimiento o fabricación de “pecadillos” personales y o familiares,  todo con el afán de pulverizar honra, imagen o prestigio entre los adversarios.

Se supone que empleando semejante estrategia, es decir,  ”abofeteando” al vecino con la divulgación de sus debilidades, mágicamente las del agresor se  diluyen, se minimizan o de plano se transformaran en perfección y mesianismo. Tal fenómeno mutativo, pienso, es absolutamente utópico.

Mis reflexiones surgieron, cuando en una empresa de comunicación radiofónica cualquiera, algún conductor estuvo machacando: por una parte, que el hecho de que uno de los presuntos elegibles a ocupar la primera magistratura de nuestro país, diera a conocer que a su arribo a la silla Presidencial, conformaría su gabinete administrativo gubernamental, con un equipo de eminencias nacional e internacionalmente conocidas y reconocidos, talentos de indiscutible prestigio intelectual y ético, genios del saber, etc., garantiza a los mexicanos todos, una actuación irreprochable.

El comunicador a quien le escuché el anterior comentario, lo percibí contradictorio, ya que además especula, que esa intención, públicamente difundida, constituye solamente una táctica desesperada por llegar a la anhelada meta y dejar al resto de los competidores sin el preciado galardón, -que es el objetivo de todos ellos y  sus mayúsculos  esfuerzos-

Independientemente de que ese sea el propósito del elegible;  propósito, que es en principio idéntico al del resto, la pregonada oferta de constituir un gabinete de gobierno con personajes de excelencia intelectual, por sí solo, no lo dudo, puede resultarle efectivo, entre millones de mexicanos sin memoria histórica o con bajo nivel de preparación política e intelectual; creo, serían esos los  seducidos con aquella promesa y es muy posible, se inclinen a otorgar su voto a favor del oferente.

No obstante, estimo, que un considerable número de millones de mexicanos, no se va a dejar subyugar, con ese solo anzuelo.

Quienes oscilamos  entre veinte y sesenta años de existencia física; recordamos perfectamente, que durante la, que nacional e internacionalmente ha sido calificada como la dictadura más perfecta del planeta, el partido que la protagonizó, estaba plagado de hombres y poquísimas mujeres de muy alto coeficiente intelectual; mentes privilegiadas, preclara capacidad cognitiva, superdotados, verdaderos genios y…

¡ Mexicanos!, cómo fuimos transitando de crisis en crisis, de devaluación en devaluación, de degeneración en degeneración, en vertiginoso aumento del fenómeno de la corrupción que todo lo corroyó, todo lo invadió y  arrasó; cómo creció la pobreza y aumentó el analfabetismo, la ignorancia, la improductividad en los medios rural y urbano, la acumulación de la riqueza en pocas manos, el acopio de monopolios, el ejercicio del sindicalismo desvergonzado, el incremento en los niveles de inseguridad, enfermedades y mortandad infantil y de mujeres en embarazo y parto, por pésimos servicios de salud o de plano por falta de acceso de millones de compatriotas a aquéllos; el rezago en los avances científicos y tecnológicos y… ¿le dejamos ahí? o le seguimos…

Entonces, yo me pregunto, como ciudadanos, como simples mortales, ¿qué obtuvimos con que esos gabinetes, -de la dramática historia del México post revolucionario y principios del  modernismo-, hayan estado constituidos por seres desbordantes de lucidez intelectual, sabiduría, sapiencia, etc.?

Esto, por sí solo, nada significa, cuando está ausente la sana intención de cumplir a cabalidad las promesas de campaña; cuando no coadyuvan con la inteligencia: el espíritu de servicio, el propósito de impartir justicia en el más amplio sentido socio económico y filosófico del concepto; cuando el que alcanza la ansiada meta de la primera Magistratura y la totalidad de su equipo administrativo, no  se coordinan armoniosamente en la voluntad y acción de hacer su función, exacta y precisamente como el pueblo requiere y merece; cuando  se utiliza la posición como un privilegio que los entroniza y los vuelve intocables e inalcanzables para el simple mortal y sus más apremiantes necesidades. 

También decía el referido locutor radiofónico, cuyos puntos de vista llamaron mi atención, que él estimaba “injusto” que para constituir el gabinete gubernamental del régimen que está a punto de nacer (2012/2018), se prescindiera de tanta gente bien intencionada que de diversas maneras colaboró al éxito de la campaña de quien resulte electo como primer mandatario del país.

Ese juicio, discúlpenme, sí que me causó, por decir lo menos, sorpresa. ¿Será posible que un mexicano con un buen nivel cultural, piense, que los operadores de las contiendas, digamos “la tropa”, por el solo hecho de haber pasado trabajos, hambres, sed, desveladas, insolaciones, cansancio, etc., durante los meses del proceso pre electoral, merezca como recompensa, formar parte del equipo de administración gubernamental del futuro Presidente?

¡ Ahí, precisamente está el detalle, dijo Cantinflas!, que muuuchos, de los llamados “colados”, por sólo haberse esforzado, de la forma anteriormente mencionada, sienten que alcanzan “el pase automático” al equipo del favorecido con el voto mayoritario y lo más triste del caso es, que aunque carezcan de las mínimas cualidades para desempeñar un papel, ya no digamos digno, ni siquiera decoroso, son ingresados a la nómina del Gobierno Federal y de los organismos descentralizados de aquél y válgame, pero si para eso exactamente se castigaron las espaldas con las duras jornadas de la campaña y por ende, con ese pasaporte, llegan ávidos de descanso,  vacaciones, diversión, entretenimiento y  ¡ni quien se acuerde de los votantes!.

En resumen, considero que ni un futuro Presidente de primera, ni un gabinetazo conformado por “cerebritos”, será la panacea para que el pueblo de México deje esa degradante involución en la que vemos que sexenios van, sexenios terminan y seguimos sumidos más y más hondo en el hoyo, de la pobreza a la miseria, de la ignorancia al analfabetismo moral, de la simple violencia callejera, a la más perversa de las criminalidades a la alta escuela.

La esperanza de redención socio cultural y económica, radica, según creo, en que cada mexicano, hagamos nuestra tarea, con respeto, con dignidad, con honradez, con sentido de solidaridad; como quien dice, aplicando el adagio popularmente conocido de: “zapatero a tus zapatos”.

Que el niño juegue, crezca y sea enseñado a amarse y a vivir en plenitud; que el estudiante estudie; que el obrero, trabaje; que el campesino labre la tierra y obtenga el producto que mejore su calidad de vida.

Que el maestro enseñe, no únicamente números y letras, sino transmita la inquietud por el desarrollo del pensamiento; que el burócrata, sea cual fuere su nivel de escalafón, SIRVA al pueblo; que el profesionista dignifique el ejercicio de su privilegiado estatus.

Que los padres se ocupen más de proveer a sus descendientes, de una actuada escala de valores y  los preparen, con su ejemplo a vivir en armonía, comunicación y tolerancia; que los entrenen  para ser felices y  para aspirar, más a ser que a tener.

Porque se ha dicho hasta el cansancio, que si un sencillo limpiapisos, se afana por ser el mejor en su ramo, igual que un mecánico, el carpintero, electricista o fontanero; si nadie busca capitalizar sus “derechos”, despojando al vecino de los suyos.

Si en suma, si todos bailamos el mismo ritmo y entonamos la misma melodía; no habrá partido político ni funcionario capaz de seguir simulando que cumple, cuando en realidad, se aprovecha del cargo para saquear las empobrecidas bolsas de los cada vez más pobres.

Concluyo, citando un pensamiento de uno de los Filósofos más excelsos, expositor preclaro de la filosofía universal, que dice: “La obra maestra de la injusticia, es parecer justo sin serlo” (Platón, nacido 428-427 A. de J.C.).

Antes de irme, expreso a los mexicanos todos, mi más ferviente y esperanzador deseo de que esta vez, las elecciones Federales 2012 y la Estatales y Municipales que se desarrollarán el primer domingo del mes de julio del año en curso, sean el real comienzo, de la real DEMOCRACIA MEXICANA. He dicho.


Junio 2012                                  Irene Ruedas Sotelo.

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