Los jóvenes que culminan
una carrera universitaria estarán a merced de lo que ocurra en el ámbito de las
políticas laborales, las cuales se encargarán de marcar cuáles serán los
escenarios en los que los egresados se desenvolverán dentro del mercado de
trabajo. Esto, claro, habrá de traer consigo una serie de condicionantes a las
que las nuevas generaciones se verán en la necesidad de apegarse.
Es el gobierno
quien estipulará cuáles serán las circunstancias a las que los jóvenes
egresados tengan que enfrentar. Habrá de hacerse referencia a otra ciencia
social para explicar cómo es que se están gestado los escenarios próximos a
analizar. Es en la economía, en donde se presenta dentro de su rama una ley
sumamente básica, la de la oferta y la demanda, esta relación se verá plasmada
en la comparación entre los recién titulados y los puestos vacantes en el
mercado laboral.
Se ha visto como es que la cantidad de egresados sigue en
aumento mientras que las oportunidades que le son brindadas no han mostrado una
mejora significativa. Por ende, esta “simple” explicación no funciona como
debiera ser y el problema se complejiza mucho más de lo que se puede imaginar.
El gobierno propuso incrementar la educación básica con
el fin de procurar que los jóvenes estuvieran mejor preparados para enfrentar
el mundo laboral, pero en realidad lo que se está haciendo es retener el mayor
tiempo a las nuevas generaciones, y de este modo evitar por todos los medios posibles,
que colapse el sistema laboral. Y si un joven no logra conseguir un empleo por
el hecho de no tener completa su educación básica, se le impondrá la idea de
que es culpa suya y no un error de planeación de los niveles de gobierno,
buscarán por todos los medios posibles deslindarse de toda falla que llegase a
presentar el sistema, pues es este el pilar dela sociedad, el cual por cierto,
ya tiene una gran cantidad de grietas que ya son perceptibles no solo por los científicos
sociales, sino también por las personas que habrán de ser ajenas a los estudios
sociales.
Es por ello que el plan del gobierno es que las escuelas de
educación básica cumpla el rol de “guarderías” para los jóvenes que aún no
ingresan al mercado laboral, y con ello postergar el inevitable fracaso en la
planeación de generación de empleos. Pero
surgirá un segundo escenario para aquellos que estudiaron “de más”, si bien lo
hicieron para no tener problema alguno al querer conseguir empleo, se ven en la
necesidad de lidiar con adversidades muy distintas a las comúnmente conocidas.
La oportunidad de conseguir un empleo les habrá de ser negada por el hecho de
estar “sobre-capacitados” esto quiere decir que las empresas tendrían que
invertir más de lo que desearan en estos empleados, principalmente porque su
talento está en el intelecto y no en el trabajo manual o mecánico.
El gobierno tratará a toda costa que los jóvenes no
puedan cumplir con los requisitos que ellos impongan, y lo habrán de hacer de
diversas maneras, ya sea disminuyendo los espacios destinados para ellos en los
cuales puedan estudiar o bien incrementando los precios de las colegiaturas.
Esto es abarcar los dos puntos principales que todo estudiante universitario
necesita cubrir, el costo de sus estudios y un lugar en el cual pueda efectuar
tal acción.
Y aquellos
que logren de ingresar al mercado laboral, serán sujetos a una serie de
condiciones de las que nunca podrán salir favorables, principalmente en el
aspecto de generar una antigüedad que les garantice una jubilación en un
futuro, muchos de ellos trabajan por contrato, lo cual es mucho más barato,
pues el mantenimiento de un jubilado será sumamente costoso para la compañía
que lo haya contratado. Esto quiere decir que, sin importar cuánto tiempo sea
el que trabajes y ahorres, lo que será el futuro post-laboral, se tornará muy
incierto y arriesgado al momento de no poder encontrar otro trabajo, pero ahora
sería por el factor de la edad, otra de las tantas variables que el gobierno pone
como traba para que el ciudadano no pueda generarle gastos al Estado.
Prácticamente el gobierno nos tiene con escenarios
desalentadores, pero este tipo de prácticas no será nuevo para el siglo XXI
sino que ya ha tenido una gran trayectoria en la historia del hombre mismo. Son
prácticas de un Estado represor y hambriento de poder. Estas posturas
desgraciadamente tienen trasfondos milenarios.
Las
organizaciones más importantes se distinguen aproximadamente por el tipo de
poder que ejercen[1].
Es por ello que los políticos del actual gobierno, seducirán al público con sus
discursos, a pesar de la perversidad de sus planes para con los jóvenes, intentan
acercarse a las masas utilizando su carisma con el fin de conseguir el apoyo de
los que serán sus simpatizantes, y con ello poner en práctica sus ideales una
vez que estén en el poder. Básicamente son los políticos los que tienen el
poderío de que un sujeto pueda influir, condicionar o determinar el
comportamiento de otro individuo.
Las relaciones de poder en la política presentan, una de
las muchas formas de dominio existentes entre los hombres. Su finalidad es que
a través de su discurso deban de coaccionar a los individuos. Por lo general
deben de cumplir tres requisitos: la función
que desempeñan, los medios con
que se sirven y por último, el fin que
se persigue.
Es por ello la importancia de analizar este fenómeno
social a través de la sociología, pues no se puede hablar de política sin hacer
sociología y viceversa. No se puede ser apolítico, el hombre por naturaleza tendrá
una postura ideológica cargada hacia un sector en específico, puede ser de
izquierda o derecha, liberal o conservador. Pero nunca alguien que sea ajeno a las
situaciones que se presenten a su alrededor.
Es por ello
que, el presente escrito hace una reflexión y a su vez una crítica a las
decisiones tomadas por el gobierno en referencia al ingreso de jóvenes
universitarios en calidad de egresados al mercado laboral.
El principal problema a tratar aquí es que, quienes están
egresando de las instituciones de educación superior se están viendo obligados
a desempeñar labores de baja productividad, inestables e insuficientemente
remunerados. Tristemente son orillados a tal situación debido a la falta de
oportunidades. Lo más preocupante es que no hay indicios de que, la magnitud de
este problema haya disminuido.
Cuando no existe un razonable equilibrio entre las
cantidades de jóvenes que son preparados en el sistema escolar y la capacidad
del sistema productivo para absorberlos adecuadamente, se genera el problema
(…) de “subempleo estructural”[2].
Hemos utilizado aquí el término de “subempleo
estructural” –y no el de “desempleo”- porque la insuficiente absorción de los
egresados de la enseñanza superior no significa que dos de cada tres jóvenes permanezcan
desempleados[3].
Entonces, para los jóvenes que ya participan dentro del
sector que es económicamente activo, gracias a su incursión al mercado laboral
¿qué es lo que buscan las empresas en ellos? ¿Qué los motiva a contratar
universitarios recién egresados?
Para responder a tales cuestiones, se indagará sobre qué
es la empleabilidad, dicho concepto habrá de presentar el siguiente significado:
Las competencias y
cualificaciones transferibles que refuerzan la capacidad de las personas para
aprovechar las oportunidades de educación y formación que se les presenten con
miras a encontrar y conservar un trabajo decente, progresar en la empresa o al
cambiar de empleo y adaptarse a los cambios tecnológicos, de empleo o de condiciones
en el mercado de trabajo.[4]
Otra división de nuestra temática es entre el poder de
organización y el poder de los individuos. El modo en que una organización
adquiere poder es una cosa, y el modo en que un individuo adquiere poder dentro
de una organización es bastante diferente[5].
Es por ello que el gobierno, habrá de funcionar de un
modo en específico, no importa quién es el que esté al frente, si se le da
seguimiento a un partido político en particular se podrá notar que lo que
gobierna a un país no es la postura política de su principal mandatario, sino
la ideología del partido que lo representa. Es por ello que si llegase a
presentarse algún contratiempo con dicho político, el partido puede darse el
lujo de prescindir de ese actor social.
Es por ello que a manera de conclusión, que la solución
al problema de la falta de oportunidades de empleo en jóvenes habrá de recaer
en distintas instituciones y no solo en una.
En el presente escrito se hará énfasis en la institución
más directa para los estudiantes, la universidad. Una posible solución yace en
que el sistema escolar debe preparar a sus egresados para el actual mercado
laboral. Para lograrlo es necesario revisar los perfiles de egreso de
diferentes carreras y los propósitos de las respectivas prácticas profesionales.
Es por ello que es necesario transformar la
conceptualización de estos perfiles de egreso y las formas concretas en que los
jóvenes se incorporarán al sector que le es productivo al sistema. La solución
está generalmente al alcance de los responsables de las instituciones
educativas. Aunque en ello implique revisar los diseños y enfoques
curriculares, las relaciones entre las instituciones educativas y los entornos
sociales en que están ubicadas. Por último, también es necesaria la
intervención de quienes diseñan e implementan las políticas públicas que
influyen en el desarrollo económico y social del país.
Bibliografía:
Muñoz Izquierdo, Carlos. Determinantes de la
empleabilidad de los jóvenes universitarios y alternativas para promoverla.
2006. Papeles de población, Julio-Septiembre, #049. Universidad Autónoma del
Estado de México; Toluca, México.
Bertrand Russell, Power: A New
Social Analysis, London: Allen and Unwin, 1938, Unwin paperbacks, 1975, chapter
3.
[1] Bertrand
Russell, Power: A New Social Analysis, London: Allen and Unwin, 1938, Unwin
paperbacks, 1975, chapter 3. Page 20
[2] Muñoz
Izquierdo, Carlos. Determinantes de la empleabilidad de los jóvenes
universitarios y alternativas para promoverla. 2006. Papeles de población,
Julio-Septiembre, #049. Universidad Autónoma del Estado de México; Toluca,
México. Página 76.
[3]
Ob. Cit. Página 79.
[5]
Ob. Cit. Página 23
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