Estoy casi segura de que en estos días, gran cantidad de mexicanos, sufre, una
especie de asma con solo ver un nuevo mensaje de propaganda electoral, escucha o lee una nueva opinión, o recién
estrenado punto de vista acerca de la
moribunda contienda político electoral o cualquiera de los competidores.
Pido al cielo, que aquélla no sobreviva su periodo
legalmente natural de vida y tengamos que padecer su resucitación, por lo que
resta del 2012 y más allá.
De acuerdo con el
marco de la ley de la materia y
en honor a las elementales reglas de la buena crianza, el comportamiento
de los participantes, debió ser, durante
cada etapa de su desarrollo, ejemplo de civilidad; respetuosa entre ellos, en su fuero interno y hacia la vista, el oído e inteligencia de los presuntos
electores.
Sin embargo, salvo mejores opiniones, hemos atestiguado su
degeneración en un genuino combate, en una despiadada riña, auténtica guerra y
feroz concurso por el primer sitial y mejor calificación en lanzarse mutuas flechas
de cieno, basura, desprestigio, descubrimiento o fabricación de “pecadillos”
personales y o familiares, todo con el
afán de pulverizar honra, imagen o prestigio entre los adversarios.
Se supone que empleando semejante estrategia, es decir, ”abofeteando” al vecino con la divulgación de
sus debilidades, mágicamente las del agresor se
diluyen, se minimizan o de plano se transformaran en perfección y mesianismo.
Tal fenómeno mutativo, pienso, es absolutamente utópico.
Mis reflexiones surgieron, cuando en una empresa de
comunicación radiofónica cualquiera, algún conductor estuvo machacando: por una
parte, que el hecho de que uno de los presuntos elegibles a ocupar la primera
magistratura de nuestro país, diera a conocer que a su arribo a la silla
Presidencial, conformaría su gabinete administrativo gubernamental, con un
equipo de eminencias nacional e internacionalmente conocidas y reconocidos,
talentos de indiscutible prestigio intelectual y ético, genios del saber, etc.,
garantiza a los mexicanos todos, una actuación irreprochable.
El comunicador a quien le escuché el anterior comentario, lo
percibí contradictorio, ya que además especula, que esa intención, públicamente
difundida, constituye solamente una táctica desesperada por llegar a la
anhelada meta y dejar al resto de los competidores sin el preciado galardón,
-que es el objetivo de todos ellos y sus
mayúsculos esfuerzos-
Independientemente de que ese sea el propósito del
elegible; propósito, que es en principio
idéntico al del resto, la pregonada oferta de constituir un gabinete de
gobierno con personajes de excelencia intelectual, por sí solo, no lo dudo,
puede resultarle efectivo, entre millones de mexicanos sin memoria histórica o
con bajo nivel de preparación política e intelectual; creo, serían esos
los seducidos con aquella promesa y es
muy posible, se inclinen a otorgar su voto a favor del oferente.
No obstante, estimo, que un considerable número de millones
de mexicanos, no se va a dejar subyugar, con ese solo anzuelo.
Quienes oscilamos
entre veinte y sesenta años de existencia física; recordamos
perfectamente, que durante la, que nacional e internacionalmente ha sido
calificada como la dictadura más perfecta del planeta, el partido que la
protagonizó, estaba plagado de hombres y poquísimas mujeres de muy alto
coeficiente intelectual; mentes privilegiadas, preclara capacidad cognitiva,
superdotados, verdaderos genios y…
¡ Mexicanos!, cómo fuimos transitando de crisis en crisis,
de devaluación en devaluación, de degeneración en degeneración, en vertiginoso
aumento del fenómeno de la corrupción que todo lo corroyó, todo lo invadió
y arrasó; cómo creció la pobreza y aumentó
el analfabetismo, la ignorancia, la improductividad en los medios rural y
urbano, la acumulación de la riqueza en pocas manos, el acopio de monopolios,
el ejercicio del sindicalismo desvergonzado, el incremento en los niveles de
inseguridad, enfermedades y mortandad infantil y de mujeres en embarazo y
parto, por pésimos servicios de salud o de plano por falta de acceso de
millones de compatriotas a aquéllos; el rezago en los avances científicos y
tecnológicos y… ¿le dejamos ahí? o le seguimos…
Entonces, yo me pregunto, como ciudadanos, como simples
mortales, ¿qué obtuvimos con que esos gabinetes, -de la dramática historia del
México post revolucionario y principios del
modernismo-, hayan estado constituidos por seres desbordantes de lucidez
intelectual, sabiduría, sapiencia, etc.?
Esto, por sí solo, nada significa, cuando está ausente la
sana intención de cumplir a cabalidad las promesas de campaña; cuando no
coadyuvan con la inteligencia: el espíritu de servicio, el propósito de
impartir justicia en el más amplio sentido socio económico y filosófico del
concepto; cuando el que alcanza la ansiada meta de la primera Magistratura y la
totalidad de su equipo administrativo, no
se coordinan armoniosamente en la voluntad y acción de hacer su función,
exacta y precisamente como el pueblo requiere y merece; cuando se utiliza la posición como un privilegio que
los entroniza y los vuelve intocables e inalcanzables para el simple mortal y
sus más apremiantes necesidades.
También decía el referido locutor radiofónico, cuyos puntos
de vista llamaron mi atención, que él estimaba “injusto” que para constituir el
gabinete gubernamental del régimen que está a punto de nacer (2012/2018), se
prescindiera de tanta gente bien intencionada que de diversas maneras colaboró
al éxito de la campaña de quien resulte electo como primer mandatario del país.
Ese juicio, discúlpenme, sí que me causó, por decir lo
menos, sorpresa. ¿Será posible que un mexicano con un buen nivel cultural,
piense, que los operadores de las contiendas, digamos “la tropa”, por el solo
hecho de haber pasado trabajos, hambres, sed, desveladas, insolaciones,
cansancio, etc., durante los meses del proceso pre electoral, merezca como
recompensa, formar parte del equipo de administración gubernamental del futuro
Presidente?
¡ Ahí, precisamente está el detalle, dijo Cantinflas!, que
muuuchos, de los llamados “colados”, por sólo haberse esforzado, de la forma
anteriormente mencionada, sienten que alcanzan “el pase automático” al equipo
del favorecido con el voto mayoritario y lo más triste del caso es, que aunque
carezcan de las mínimas cualidades para desempeñar un papel, ya no digamos
digno, ni siquiera decoroso, son ingresados a la nómina del Gobierno Federal y
de los organismos descentralizados de aquél y válgame, pero si para eso
exactamente se castigaron las espaldas con las duras jornadas de la campaña y
por ende, con ese pasaporte, llegan ávidos de descanso, vacaciones, diversión, entretenimiento y ¡ni quien se acuerde de los votantes!.
En resumen, considero que ni un futuro Presidente de
primera, ni un gabinetazo conformado por “cerebritos”, será la panacea para que
el pueblo de México deje esa degradante involución en la que vemos que sexenios
van, sexenios terminan y seguimos sumidos más y más hondo en el hoyo, de la
pobreza a la miseria, de la ignorancia al analfabetismo moral, de la simple
violencia callejera, a la más perversa de las criminalidades a la alta escuela.
La esperanza de redención socio cultural y económica,
radica, según creo, en que cada mexicano, hagamos nuestra tarea, con respeto,
con dignidad, con honradez, con sentido de solidaridad; como quien dice,
aplicando el adagio popularmente conocido de: “zapatero a tus zapatos”.
Que el niño juegue, crezca y sea enseñado a amarse y a vivir
en plenitud; que el estudiante estudie; que el obrero, trabaje; que el
campesino labre la tierra y obtenga el producto que mejore su calidad de vida.
Que el maestro enseñe, no únicamente números y letras, sino
transmita la inquietud por el desarrollo del pensamiento; que el burócrata, sea
cual fuere su nivel de escalafón, SIRVA al pueblo; que el profesionista
dignifique el ejercicio de su privilegiado estatus.
Que los padres se ocupen más de proveer a sus descendientes,
de una actuada escala de valores y los
preparen, con su ejemplo a vivir en armonía, comunicación y tolerancia; que los
entrenen para ser felices y para aspirar, más a ser que a tener.
Porque se ha dicho hasta el cansancio, que si un sencillo
limpiapisos, se afana por ser el mejor en su ramo, igual que un mecánico, el
carpintero, electricista o fontanero; si nadie busca capitalizar sus
“derechos”, despojando al vecino de los suyos.
Si en suma, si todos bailamos el mismo ritmo y entonamos la
misma melodía; no habrá partido político ni funcionario capaz de seguir
simulando que cumple, cuando en realidad, se aprovecha del cargo para saquear
las empobrecidas bolsas de los cada vez más pobres.
Concluyo, citando un pensamiento de uno de los Filósofos más
excelsos, expositor preclaro de la filosofía universal, que dice: “La obra
maestra de la injusticia, es parecer justo sin serlo” (Platón, nacido 428-427
A. de J.C.).
Antes de irme, expreso a los mexicanos todos, mi más
ferviente y esperanzador deseo de que esta vez, las elecciones Federales 2012 y
la Estatales y Municipales que se desarrollarán el primer domingo del mes de
julio del año en curso, sean el real comienzo, de la real DEMOCRACIA MEXICANA.
He dicho.
Junio 2012 Irene Ruedas
Sotelo.
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