lunes, 27 de octubre de 2014

El efecto del Capitalismo en la evolución del Derecho Laboral Mexicano. Luis Fernando González Chapa




            El Derecho Laboral Mexicano, en sus inicios, fundaba sus bases en el apoyo a la fuerza obrera, tomando en cuenta ideologías socialistas como el marxismo, y fundando sus principios en el movimiento Revolucionario; por otra parte, el Capitalismo es un movimiento Socioeconómico centrado principalmente en la idea que los medios de producción son privados y con fines de lucro. El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define al Capitalismo como “Régimen económico fundado en el predominio del capital como elemento de producción y creador de riqueza”, entendiéndose que este movimiento claramente se inclina por la parte que cuenta con el capital, ya que es ésta la que fomenta el progreso. La filosofía por la cual se establece, en un principio, un derecho laboral, se origina en la idea de la igualdad y condiciones óptimas para aquél que presta el trabajo. Pero con el transcurso del tiempo las condiciones fueron cambiando y casi toda idea obrera era reprimida, en ocasiones hasta con violencia. El artículo 123 Constitucional de manera poética cita como la Constitución Mexicana se encarga de velar por los intereses de los trabajadores, facultando al Congreso de la Unión para legislar en esta materia siguiendo las bases establecidas en él. La idea romántica formulada en 1917, con la ideología fresca de la Revolución Mexicana, aquella revolución que velaba por los intereses sociales que buscaba aminorar la brecha social, fue a terminar en  represiones sociales como la de 1968. ¿Es acaso el movimiento capitalista, el reflejo del progreso, y la necesidad de aparentar crecimiento económico, los principales motivos por los cuales nuestro derecho laboral solo es bello en el papel?

Nacimiento del artículo 123 Constitucional.

            El artículo 123 de la Constitución, en el Titulo Sexto del Trabajo y la Prevención Social, inicia de la siguiente forma. “Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto, se promoverán la creación de empleos y la organización social de trabajo, conforme a la ley.” Palabras que dan el aliento de un ambiente de oportunidad y gratificación económica, por la cual una persona puede obtener una vida digna. Ilusión, esta última, que dio origen a nuestro Derecho Laboral. El 23 de enero de 1917, se inició la discusión tanto del texto del artículo 5º, como del artículo 123º de la Constitución. En aquella ansiada discusión hubo gran cantidad de oradores, algunos en “contra” y otros a “favor”, lo interesante era que no importaba la postura, los dos bandos abogaban por la ampliación de los beneficios de los trabajadores. El momento se encontraba en pro de la clase obrera, ningún miembro de la esfera política podía quedar fuera de este momentum, o contrariarlo, ganándose la antipatía de la mayoría. Es así como el nacimiento de este derecho se cree que tiene tintes marxistas, pero en realidad solo está impulsado por el movimiento Social Revolucionario.

El avance del Capitalismo.

            En la época de 1917 de Venustiano Carranza, México era un país con poca industrialización, cuestión por la cual todo movimiento político en pro del obrero no tenía grandes repercusiones de carácter económico; pero al paso del tiempo y con el movimiento de globalización el país se estaba quedando estancado. El periodo de Cárdenas fue conocido como un periodo muy radical y de nacionalización; al finalizar éste y con la entrada de Ávila Camacho la política mexicana tomó un giro diferente, inclinando sus políticas por la derecha y de restar el poder al movimiento obrero, obtenido en el periodo anterior.

            El estallido de la Segunda Guerra Mundial pone a México en una ventaja económica comparado con Norte América y los países europeos. El incremento industrial en el país, así como la entrada de capitales, llevan a la federación al punto de quiebre, si seguir protegiendo al empleado, o empezar a beneficiar a los ejes patronales.

            La creciente inflación y la devaluación del peso mexicano frente al dólar norteamericano, llevan a los periodos de Ávila Camacho y Miguel Alemán a conceder en pro del capital. Las ideologías socialistas y nacionalistas acompañadas durante el periodo cardenista, reflejado en la nacionalización de la industria, fueron desapareciendo y en su lugar se empezó a conceder beneficios a todos aquellos que gustaran invertir su capital en el país. El abandono de la clase obrera fue tanto que la misma empezó a manifestar su molestia, a través de movimientos obreros, los cuales eran violentamente sometidos. Como dato se tiene que, el 23 de septiembre de 1941 un grupo de obreros se manifestó de manera respetuosa frente a la residencia particular de Miguel Alemán, buscando la ayuda en un conflicto relacionado con los talleres productores de materiales de guerra; para sorpresa de estos, fueron recibidos con una brutal agresión de parte de los guardias de seguridad presidencial, dejando como saldo a nueve trabajadores muertos y muchos heridos.  (De Buen, 351)

Las heridas en las clases sociales.

            El periodo de 1940 a 1946 no es del todo oscuro, ya que, es en este periodo que debido al incremento en sucesos como el anterior, se inicia un anteproyecto para el régimen de Seguro Social. El vendaje que tapó la gran herida por la cual miles de mexicanos se unieron en feroz grito de batalla durante la Revolución Mexicana poco a poco se va abriendo de nueva cuenta. El abandono del estado a la clase obrera y los beneficios en favor de los capitales, iría generando un disgusto creciente en las clases sociales obreras. El obrero ya no era tan dócil como en el periodo de principios del Porfiriato y anteriores, los movimientos modernos contaban con organización, misma que se pudo dar gracias a la creación de sindicatos, de ahí que, poco a poco el obrero fue exigiendo más y más, al punto que el Estado tomó la mala decisión de eliminar todo tipo de insurrección. El movimiento de 1968 es un ejemplo de cómo el régimen trataba los movimientos sociales a punta de pistola.

            La clase obrera estaba herida como al principio; los actos violentos solo provocaron la indignación de un mayor número de personas nacionales e internacionales. El capitalismo sin duda forma parte de la readaptación del derecho laboral, es imposible conceder todos los beneficios a una parte y descuidar a la otra, es por eso que la equidad entre las fuerzas garantizaba el correcto desarrollo de una economía emergente. El día de hoy se puede apreciar cierto equilibrio entre partes, pero no podemos dejar de observar cómo el trabajador sigue en desventaja frente al patrón. La necesidad de permanecer dentro de un sistema capitalista donde el obrero día a día lucha por asegurar su supervivencia y la de su familia, frente al consumismo irracional que permite este sistema, lleva al trabajador a someterse a labores indignas y con salarios que para algunos parecerían bromas de mal gusto. La solución no es exacta ni sencilla, como existen trabajadores que aprovechan en su favor el sistema jurídico laboral, existen otros que no tienen conocimiento de la existencia del mismo. Algunos dirán que la educación y conocimiento de derechos es la solución, otros que el mismo patrón está obligado a respetar esos derechos. La realidad es que “donde manda capitán, no gobierna marinero”.



Referencias:
 Buen L., Néstor de. México, D. F.: Porrúa, 2007. 01/01/2007











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