El Derecho Laboral Mexicano, en sus inicios, fundaba sus bases en el
apoyo a la fuerza obrera, tomando en cuenta ideologías socialistas como el
marxismo, y fundando sus principios en el movimiento Revolucionario; por otra
parte, el Capitalismo es un movimiento Socioeconómico centrado principalmente
en la idea que los medios de producción son privados y con fines de lucro. El
diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define al Capitalismo
como “Régimen económico fundado en el predominio del capital como elemento de
producción y creador de riqueza”, entendiéndose que este movimiento claramente
se inclina por la parte que cuenta con el capital, ya que es ésta la que
fomenta el progreso. La filosofía por la cual se establece, en un principio, un
derecho laboral, se origina en la idea de la igualdad y condiciones óptimas
para aquél que presta el trabajo. Pero con el transcurso del tiempo las
condiciones fueron cambiando y casi toda idea obrera era reprimida, en
ocasiones hasta con violencia. El artículo 123 Constitucional de manera poética
cita como la Constitución Mexicana se encarga de velar por los intereses de los
trabajadores, facultando al Congreso de la Unión para legislar en esta materia
siguiendo las bases establecidas en él. La idea romántica formulada en 1917,
con la ideología fresca de la Revolución Mexicana, aquella revolución que
velaba por los intereses sociales que buscaba aminorar la brecha social, fue a
terminar en represiones sociales como la de 1968. ¿Es acaso el movimiento
capitalista, el reflejo del progreso, y la necesidad de aparentar crecimiento
económico, los principales motivos por los cuales nuestro derecho laboral solo
es bello en el papel?
Nacimiento
del artículo 123 Constitucional.
El
artículo 123 de la Constitución, en el Titulo Sexto del Trabajo y la Prevención
Social, inicia de la siguiente forma. “Toda persona tiene derecho al trabajo
digno y socialmente útil; al efecto, se promoverán la creación de empleos y la
organización social de trabajo, conforme a la ley.” Palabras que dan el aliento
de un ambiente de oportunidad y gratificación económica, por la cual una
persona puede obtener una vida digna. Ilusión, esta última, que dio origen a
nuestro Derecho Laboral. El 23 de enero de 1917, se inició la discusión tanto
del texto del artículo 5º, como del artículo 123º de la Constitución. En
aquella ansiada discusión hubo gran cantidad de oradores, algunos en “contra” y
otros a “favor”, lo interesante era que no importaba la postura, los dos bandos
abogaban por la ampliación de los beneficios de los trabajadores. El
momento se encontraba en pro de la clase obrera, ningún miembro de la esfera
política podía quedar fuera de este momentum,
o contrariarlo, ganándose la antipatía de la mayoría. Es así como el
nacimiento de este derecho se cree que tiene tintes marxistas, pero en realidad
solo está impulsado por el movimiento Social Revolucionario.
El
avance del Capitalismo.
En la
época de 1917 de Venustiano Carranza, México era un país con poca
industrialización, cuestión por la cual todo movimiento político en pro del
obrero no tenía grandes repercusiones de carácter económico; pero al paso del
tiempo y con el movimiento de globalización el país se estaba quedando estancado.
El periodo de Cárdenas fue conocido como un periodo muy radical y de
nacionalización; al finalizar éste y con la entrada de Ávila Camacho la
política mexicana tomó un giro diferente, inclinando sus políticas por la
derecha y de restar el poder al movimiento obrero, obtenido en el periodo
anterior.
El
estallido de la Segunda Guerra Mundial pone a México en una ventaja
económica comparado con Norte América y los países europeos. El
incremento industrial en el país, así como la entrada de capitales, llevan a la
federación al punto de quiebre, si seguir protegiendo al empleado, o empezar a
beneficiar a los ejes patronales.
La
creciente inflación y la devaluación del peso mexicano frente al dólar
norteamericano, llevan a los periodos de Ávila Camacho y Miguel Alemán a
conceder en pro del capital. Las ideologías socialistas y nacionalistas
acompañadas durante el periodo cardenista, reflejado en la nacionalización de
la industria, fueron desapareciendo y en su lugar se empezó a conceder
beneficios a todos aquellos que gustaran invertir su capital en el país. El
abandono de la clase obrera fue tanto que la misma empezó a manifestar su
molestia, a través de movimientos obreros, los cuales eran
violentamente sometidos. Como dato se tiene que, el 23 de septiembre de 1941 un
grupo de obreros se manifestó de manera respetuosa frente a la residencia
particular de Miguel Alemán, buscando la ayuda en un conflicto relacionado con
los talleres productores de materiales de guerra; para sorpresa de estos,
fueron recibidos con una brutal agresión de parte de los guardias de seguridad
presidencial, dejando como saldo a nueve trabajadores muertos y muchos
heridos. (De Buen, 351)
Las
heridas en las clases sociales.
El
periodo de 1940 a 1946 no es del todo oscuro, ya que, es en este periodo
que debido al incremento en sucesos como el anterior, se inicia un anteproyecto
para el régimen de Seguro Social. El vendaje que tapó la gran herida por la
cual miles de mexicanos se unieron en feroz grito de batalla durante la Revolución
Mexicana poco a poco se va abriendo de nueva cuenta. El abandono del estado a
la clase obrera y los beneficios en favor de los capitales, iría generando un
disgusto creciente en las clases sociales obreras. El obrero ya no era tan
dócil como en el periodo de principios del Porfiriato y anteriores, los
movimientos modernos contaban con organización, misma que se pudo dar gracias a
la creación de sindicatos, de ahí que, poco a poco el obrero fue exigiendo
más y más, al punto que el Estado tomó la mala decisión de eliminar todo tipo
de insurrección. El movimiento de 1968 es un ejemplo de cómo el régimen trataba
los movimientos sociales a punta de pistola.
La
clase obrera estaba herida como al principio; los actos violentos solo
provocaron la indignación de un mayor número de personas nacionales e
internacionales. El capitalismo sin duda forma parte de la readaptación del
derecho laboral, es imposible conceder todos los beneficios a una parte y descuidar
a la otra, es por eso que la equidad entre las fuerzas garantizaba el correcto
desarrollo de una economía emergente. El día de hoy se puede apreciar
cierto equilibrio entre partes, pero no podemos dejar de observar cómo el
trabajador sigue en desventaja frente al patrón. La necesidad de permanecer
dentro de un sistema capitalista donde el obrero día a día lucha por asegurar
su supervivencia y la de su familia, frente al consumismo irracional que
permite este sistema, lleva al trabajador a someterse a labores indignas y con
salarios que para algunos parecerían bromas de mal gusto. La solución no es
exacta ni sencilla, como existen trabajadores que aprovechan en su favor el
sistema jurídico laboral, existen otros que no tienen conocimiento de la
existencia del mismo. Algunos dirán que la educación y conocimiento de derechos
es la solución, otros que el mismo patrón está obligado a respetar esos
derechos. La realidad es que “donde manda capitán, no gobierna marinero”.
Referencias:
Buen L., Néstor de. México, D. F.: Porrúa,
2007. 01/01/2007
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