Me he estado empapando poco a
poco de los acontecimientos ocurridos en los municipios del estado de Guerrero,
mas a detalle en los desaparecidos en el estado de Ayotzinapa y los movimientos
sociales que ha estado acarreando esta situación.
Esto ha traído como
consecuencia una serie de manifestaciones a nivel nacional, donde se pide que
“aparezcan con vida” los normalistas desaparecidos. Miles de estudiantes, padres de familia y
profesionistas han salido a la calle a apoyar esta causa. De este repudio
también han sido participes ciudades como Madrid, Londres y algunas otras de
primer mundo que al momento se me escapan.
Leyendo una nota publicada por
la revista Proceso, dos frases dichas por personas que asistieron a la marcha del
22 de octubre me llamaron mucho la atención[1]. La primera es la pancarta
con la que se presentaba un estudiante de secundaria, que a la letra decía: “Si
estudiar es un peligro, entonces ¿a que me dedico?”, es en este entonces que se
me viene a la mente una nota publicada hace unos días que manifestaba que el
Gobierno Federal propone reducir 4 mil millones al gasto cultural.
Mi cabeza se pone a pensar,
cosa que rara vez sucede, y ligo esto con los incalculables problemas y puntos
de opinión que ha traído consigo la reforma educativa, donde en principio puede
ser que sea noble su causa, pero en la práctica ha llevado a innumerables
problemas que en esta ocasión no vamos a tratar.
Hilando la pancarta del joven
de secundaria, la reducción del presupuesto para la cultura y la reforma
educativa es entonces que una conclusión empieza a formarse en mi mente. Un
pueblo desinformado, inculto, sin estudios le conviene más a cualquier gobierno
a nivel mundial. No estoy descubriendo el hilo negro, ni tengo la intención de
hacerlo, es algo que es bien sabido y están tratando de aplicarlo en nuestro
país.
Es aquí donde caigo con el
segundo comentario que me llamó la atención en esa marcha, que curiosamente es
de otro estudiante que comentaba lo siguiente: “Este problema ya no es
estudiantil, sino de toda la sociedad. Este es el comienzo de un cambio social
y estas muertes que nos han dado vida. Pido a la gente que se una a este
movimiento estudiantil. Ya no sólo es para pedir la aparición de nuestros
compañeros, sino para exigir la desaparición de este gobierno”.
“La soberanía reside esencial
y originalmente en el pueblo” reza nuestra Constitución Mexicana en su artículo
39. Y más aun, dice que “todo poder público dimana del pueblo y se instituye
para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho
de alterar o modificar su forma de gobierno”.
La situación desde el sexenio
pasado estaba complicada, hasta el punto de manejar un estado fallido. Es obvio
que en la actualidad a la administración vigente de un momento a otro este
problema se le puede salir de las manos. Muchas personas, sobre todo del sur,
están inconformes con las reformas propuestas, acciones tomadas, la delincuencia
y muchos otros factores que nos golpean directamente a nosotros como mexicanos.
Entonces una pregunta resuena
en mi pensamiento: ¿Qué pasaría si este problema sigue creciendo y existe una
ineficiente respuesta por el gobierno federal?, en el caso de que se haga más
grande eso ¿es cierto que la soberanía reside en el pueblo y podemos exigir un
cambio en la forma en que se nos está gobernado? Ó ¿es esta soberanía solo una
falacia que beneficia a los pocos que están en el poder?
Es algo que nosotros no
podemos saber a ciencia cierta. Pero, que se va a poner bueno el chisme, se va
a poner.
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