martes, 23 de agosto de 2011

¿Libertad o esclavitud? Abril Nawalka Morales Pérez


INTRODUCCIÓN. 

En la ciudad de Guadalajara, con fecha el 6 de diciembre de 1810, el Padre de la Patria expidió y firmó el Decreto que abolió formalmente la esclavitud y cuya primer declaración dispuso terminantemente: “Que todos los dueños de esclavos deberán darles la libertad, dentro del término de diez días, so pena de muerte” (En la prensa, San Antonio Texas, 14 de septiembre de 1961), este párrafo lo he  encontrado en múltiples blogs, libros y páginas de internet que narran los antecedentes históricos de la “supuesta” libertad que todos proclamaban y de la que ahora dichosos disfrutamos, es de imaginarse que las condiciones en las que en la actualidad vivimos no se asemejan ni un poco a esos tormentosos tiempos en los que pertenecías a alguien con todo el derecho de maltratarte, enviarte a hacer cualquier tipo de actividad e incluso venderte.

En este trabajo planeo ser muy deductiva, es decir, seguir la línea de lo general a lo particular, para así conseguir marcar la diferencia que existe entre el pasado precario e injusto, con el presente “libre y soberano”.

El tema de la esclavitud se encuentra documentado en muchas fuentes, éstas te ayudan a darte una idea de cómo se vivía en épocas antiguas; los tiempos han cambiado, tanto que, probablemente, nuestro cerebro no sea capaz de transportarse a esas condiciones ni sería fácil ponernos en los zapatos de quienes tuvieron que sufrir esa etapa.

No es fácil empezar a hablar de esclavitud y el proceso que se siguió para lograr la libertad si en realidad estos dos conceptos esconden un mundo de interpretaciones. Sería fácil sacar qué significan de un diccionario o usar las palabras de personas que dedican libros completos a temas con relación a estas dos palabras; pero como enriquecimiento personal dejaré lo conceptual, hasta ahora lo único que puedo afirmar, es que son dos palabras opuestas.


DESARROLLO.

La esclavitud se presentó en todo el mundo, fue experimentada por todas las culturas, claro, a algunos les tocó el papel de dueños y señores, pero ¿qué es un esclavo si no tiene un superior que lo someta a sus antojos y necesidades? 

Cualquiera que haya sido el rol que se desempeñó, el concepto de esclavismo se forjó en todos los rincones del planeta, sin embargo como no tengo ni el conocimiento ni la extensión permitida para hablar de cada una de las situaciones que surgieron en los diferentes continentes, me concentraré única y exclusivamente a La Nueva España.  

La historia del esclavismo en La Nueva España, donde hoy se sitúa nuestro país, es muy extensa pero he de hacer referencia al siglo XVI, que fue una era de conquista, de expansión y de evangelización, la iglesia tenía una fuerte participación en las decisiones que involucraban a la población y sus recursos en general;  y lo que parecía un avance de control que traería justicia para todos se convirtió en una catástrofe, me remonto al año de 1571 cuando se establece el Tribunal del Santo Oficio de manera formal. Los lazos que unían al gobierno con la iglesia eran tan fuertes que ésta se convirtió en una autoridad más con la cual debías estar bien si no querías recibir castigos “divinos” que iban desde golpes hasta una breve visita a la hoguera.

Desde aquellos tiempos se iniciaron las etiquetas y las diferencias de clases. Los indios eran considerados semisalvajes e idólatras por lo que estas características marcaron la pauta necesaria para imponerles la cultura española a como diera lugar; se les dedicó tiempo para que aprendieran la religión católica y se les educó estrictamente bajo el mandato de la iglesia.

La mano de obra necesaria para trabajar los recursos naturales se obtuvo de estos indios en proceso de adiestramiento, pero cuando surge el tema de la encomienda los indios se ven beneficiados ya que quedan en las manos de los españoles quienes tienen la tarea de adoctrinarlos, mientras éstos trabajaban las tierras que la Corona les obsequiaba al haber cumplido con algún trabajo para ella, la probabilidad de que fueran mejor tratados era mayor a cuando se encontraban en disposición directa con la iglesia.

Pero tras este beneficio “legal” que obtuvieron los indios y la fuerte conquista se requirió mayor mano de obra, fue ahí donde se hace el marcado inició del esclavismo; los negros llegaron para sustituir las arduas actividades de los indios, eran tratados con crueldad y sin misericordia siendo considerados como los esclavos en beneficio de los amos de la corona, la explotación de estos seres humanos se tornó cada vez más elegante, ya que ante la sociedad tener un esclavo era sinónimo de prestigio.

Además de la necesidad de mano de obra, el esclavismo fue la medida perfecta para reducir los gastos y los costos de producción, ya que los esclavos no pedían un suelo: simplemente alimento y dónde vivir.

Los tiempos fueron cambiando, las personas se humanizaron y fue cuando surgieron grandes pensadores e ilustres personajes con sentido común que ayudarían a terminar con el pensamiento cerrado e incongruente de la corona.

Montesquieu y Voltaire, entre otros, proponían cambios económicos, políticos y sociales, buscaban sembrar en el pensamiento de las personas la idea de que el estado no debería intervenir como lo hacía, que todos debían luchar por ser iguales ante la ley y cambiar así las condiciones indignas en las que se vivía.

Pero fue hasta principios de los 1800´s  cuando la luz entró y la gente ya buscaba límites por parte del estado, igualdad social e independencia, viene entonces Miguel Hidalgo el 16 de septiembre de 1810, que hasta una canción hay del suceso, por cierto, con el esfuerzo del pueblo y al levantarse contra las injusticias que se presentaron durante tanto tiempo, se abolió la esclavitud y se restituyeron tierras a los indígenas.

Y de ahí para adelante ésta lo que ya por historia conocemos, pero ¿Cuánta gente murió?, ¿realmente de esa fecha para acá se marcó el cambio?, preguntas que cuando nos platican la historia ni nos hacemos, vemos a todos esos héroes de la independencia como grandes personas dignas de nuestra admiración y si es verdad debemos agradecer que no nos tocó a nosotros ser los que luchasen por eso, pero ¿valió la pena tanta sangre derramada, tanto sufrimiento y sometimiento si en la actualidad como ciclo de recesión económico, todo se está repitiendo?

Antes había maltrato, desigualdad, injusticias y el tema principal de mi ensayo: esclavismo, pero pensemos, el maltrato de hoy ya no es solo “maltrato” hay hasta diferentes clasificaciones; ¿la desigualdad? ¿Acaso se nos trata por igual a ricos y pobres?; Y… ¿qué hay de la injusticia?… el sistema que nos rige tiene más irregularidades que un camino en estado de construcción, el esclavismo no se ha terminado, si indagamos un poco, si empezamos a interesarnos por lo que sucede a nuestro alrededor hemos de toparnos con muchos casos donde niños y mujeres son tratados como animales y realizan tareas arduas como los esclavos en el siglo XVI.

Es verdad que hoy somos más “peleoneros” y la mayoría de nosotros queremos cambiar el mundo, no nos dejamos de cualquier persona y fuimos educados para manejarnos en el mundo a la defensiva, pero la problemática sigue existiendo.

El tema de la esclavitud no radica solamente al pasado, hoy en día vemos desigualdad y fallas en la ley que nos hacen sentirnos esclavos de un sistema injusto e imparcial, de una vida poco equitativa y de un sin fin de estereotipos y variantes que venimos peleando desde que tengo uso de razón. Pero no por eso vamos a fomentar al inicio de una segunda independencia o una tercera guerra mundial.

Buscamos información para hacer trabajos, leemos el periódico para documentarnos e incluso vemos las noticias para enriquecer nuestra “cultura general” pero, ¿en qué momento echamos un vistazo al pasado y lo vemos con la frialdad que hoy nos caracteriza? Somos capaces de brincar cuerpos en la calle, de revisar las noticias y decir “pobrecitos los niños de Somalia” ¡¿Pero en qué momento actuamos?! Creemos que porque ya pasamos todo un proceso de libertad, de avances tecnológicos y de cambios industriales nos encontramos libres de sufrimiento e injusticias, pero la cruda realidad es que estamos peor que los “esclavos de la Nueva España”.

CONCLUSIÓN.

Por lo regular iniciar un ensayo no es sencillo, cuando el tema es libre se vuelve aún más difícil ya que no tienes ninguna limitante, sin embargo, una vez que te empapas del tema, que empiezas a escribir y te das cuenta de que hay una opinión muy personal que te gustaría compartir, el problema no es cumplir con la extensión del ensayo, el problema recae en el ajuste de tus ideas.

El esclavismo, para muchos, dejó de existir hace siglos y no les interesa conocer más allá de lo que te enseñan en primaria, pero si todos nos tomáramos el tiempo de descubrir qué clase de cosas “nuevas” han surgido peores que el esclavismo, probablemente seríamos más humanos e intuitivos a la hora de criticar nuestra forma de vivir.

No soy yo quien busca sacar lo malo del país, es el país el que se aferra a mostrarme su lado amargo; luchar para cambiar los índices sociales o la ley, no es la solución, no se trata de hacer revueltas, huelgas de hambre u otro suceso impulsivo, empecemos por hacer conciencia de lo que estamos viviendo, de una buena idea surgen grandes movimientos, quizá en esta ocasión no haga falta la violencia para marcar la diferencia, seamos razonables y pensantes, hagamos propuestas sanas y motivadoras. Seamos capaces de concebir ideas a beneficio de todos.

Es por eso que no quise definir LIBERTAR Y ESCLAVITUD, porque en la actualidad somos esclavos de procesos tecnológicos y libres de cometer crímenes imperdonables, sólo basta transportar esas palabras a situaciones cotidianas para darnos cuenta que no deberíamos ser tan libres y que continuamos siendo parcialmente esclavos.

Bibliografía

(s.f.). Recuperado el 23 de agosto de 2011, de http://amolt.interfree.it/Messico/spagnolo_storia06.htm
Báez, A. M. (1998). Obras III obra Juridica Inversa. México D.F.: UNAM





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