sábado, 29 de marzo de 2014

Utopía mexicana. Camila Moya





Utopía mexicana
Ensayo ganador del segundo lugar del IX Concurso de Divulgación Científica 2012 ITESM

Seguramente usted encontrará familiares las siguientes frases: “¿Qué tanto es tantito?”, “¿cómo nos arreglamos?”, “una no es ninguna”, “ya merito” o el famosísimo y bastante común “mañana lo hago”. Si bien es cierto que las frases anteriores son típicas y forman parte del folklor mexicano, ¿qué nos dicen sobre la mentalidad y los valores de nuestros paisanos? Vivimos en una sociedad donde el crimen es el pan de cada día, donde las instituciones públicas son cuestionadas y donde la autoridad simplemente ya no es autoridad. El gobierno y los políticos suelen ser señalados por los ciudadanos como los “culpables”, pero, ¿realmente lo son? Para erradicar el problema, tenemos que actuar de raíz y con esto me refiero a lograr un cambio individual para después conseguir uno colectivo. La mentalidad del mexicano debe fundamentarse en valores concretos para lograr escapar de la crisis social que atraviesa el país hoy en día. Valores como el respeto, la honestidad y la responsabilidad son esenciales para lograr la estabilidad social que la nación tanto anhela.

            El ex presidente de la república, Benito Juárez (1867) inmortalizó la frase “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz” y cuánta razón tenía. Según la Real Academia Española, respeto significa veneración, acatamiento que se hace a alguien. Para ejercer este valor en los demás, es necesario implementarlo en uno mismo, es decir, respetarse a sí mismo. Al respetar el propio ser, existirá un respeto hacia el prójimo, a las instituciones, a las autoridades y a las leyes, lo que traerá consigo un cambio en la manera en que nuestra sociedad funciona.

            Por otra parte, existe otro valor que propicia la sana convivencia y el bienestar social: la honestidad. El sitio electrónico del Estado de Nuevo León define honestidad como “una forma de vivir congruente entre lo que se piensa y lo que se hace, conducta que se observa hacia los demás y se exige a cada quien lo que es debido (…) La honestidad garantiza confianza, seguridad, responsabilidad, confidencia, lealtad y en una palabra, integridad.” La cita anterior me parece que menciona algo rescatable y de suma importancia, y es el hecho de que la honestidad es un valor detonante; lo que quiere decir que si hay honestidad, hay integridad, y si hay integridad, hay paz. Si las personas son íntegras y trabajan con honestidad, tendremos plena confianza en ellas, lo cual sin duda es un impulsor del equilibrio social.

            Otro valor remarcable es la responsabilidad, en mi opinión uno de los más relevantes, ya que está ligado directamente a la conciencia individual. Con lo anterior me refiero a que es gracias a este valor que un individuo asume las consecuencias de sus actos. Según Xavier Vilchis (2002), catedrático del departamento de Humanidades del ITESM Campus Estado de México y columnista de la revista electrónica Razón y palabra, “la irresponsabilidad emana de la poca conciencia de aquello de lo que se es responsable por no considerarlo verdaderamente valioso.” Tristemente, esta es una situación común; es así como se puede explicar la impuntualidad y la falta de compromiso en el trabajo, o en cualquier ámbito donde se aplique este valor. Las personas son irresponsables porque simplemente no ven un beneficio más allá, no ven una razón por la cual ser responsables. Si en cambio se practicara este valor, gozaríamos de vivir en un entorno mucho más justo; ya que cada individuo sería responsable de lo que dice, hace y piensa; y esto quiere decir que éste acepta las consecuencias de sus actos.

            Hace falta un cambio; pero no un cambio de gobierno o de partido, hace falta un cambio de mentalidad individual. Hace falta una reforma; pero no una reforma laboral ni educativa, sino una reforma de pensamiento y de valores. Si no surgen estas modificaciones, seguiremos viviendo en un entorno violento, donde existe la impunidad, la corrupción y la delincuencia. El país pide a gritos un parteaguas y es necesario dárselo pronto. Dejemos de culpar y señalar para empezar a tomar acciones que en realidad nos lleven a alcanzar ese cambio, y la mejor forma de hacerlo es comenzar por nosotros mismos, incorporando a nuestras vidas los valores que hemos perdido como sociedad y realmente haciendo algo por mejorar nuestra comunidad. Si alzamos la voz y cambiamos nuestras actitudes, cada día estaremos más cerca de ese México utópico con el que soñamos. Es posible.



Bibliografía

(2012). Reforcemos los valores humanos. honestidad. Recuperado de Gobierno del Estado de Nuevo León sitio: http://www.nl.gob.mx/?P=s_valores_honestidad

Respeto. Recuperado de Real Academia Española sitio: http://lema.rae.es/drae/?val=respeto

Vilchis, X. (2002, Julio). La importancia del respeto como valor fundamental de la responsabilidad social Razón y palabra27, Recuperado de http://www.razonypalabra.org.mx/fcys/2002/julio.html

Villoro, J. (2009, Noviembre). Arenas de Japón. Letras Libres, Recuperado de http://letraslibres.com/revista/convivio/arenas-de-japon?page=full








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