Utopía mexicana
Ensayo ganador del segundo lugar del IX Concurso de Divulgación Científica 2012 ITESM
Seguramente
usted encontrará familiares las siguientes frases: “¿Qué tanto es tantito?”,
“¿cómo nos arreglamos?”, “una no es ninguna”, “ya merito” o el famosísimo y
bastante común “mañana lo hago”. Si bien es cierto que las frases anteriores
son típicas y forman parte del folklor mexicano, ¿qué nos dicen sobre la
mentalidad y los valores de nuestros paisanos? Vivimos en una sociedad donde el
crimen es el pan de cada día, donde las instituciones públicas son cuestionadas
y donde la autoridad simplemente ya no es autoridad. El gobierno y los
políticos suelen ser señalados por los ciudadanos como los “culpables”, pero,
¿realmente lo son? Para erradicar el problema, tenemos que actuar de raíz y con
esto me refiero a lograr un cambio individual para después conseguir uno
colectivo. La mentalidad del mexicano debe fundamentarse en valores concretos
para lograr escapar de la crisis social que atraviesa el país hoy en día.
Valores como el respeto, la honestidad y la responsabilidad son esenciales para
lograr la estabilidad social que la nación tanto anhela.
El ex presidente de la república,
Benito Juárez (1867) inmortalizó la frase “Entre los individuos, como entre las
naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz” y cuánta razón tenía. Según la
Real Academia Española, respeto significa veneración, acatamiento que se hace a
alguien. Para ejercer este valor en los demás, es necesario implementarlo en
uno mismo, es decir, respetarse a sí mismo. Al respetar el propio ser, existirá
un respeto hacia el prójimo, a las instituciones, a las autoridades y a las
leyes, lo que traerá consigo un cambio en la manera en que nuestra sociedad
funciona.
Por otra parte, existe otro valor
que propicia la sana convivencia y el bienestar social: la honestidad. El sitio
electrónico del Estado de Nuevo León define honestidad como “una forma de vivir
congruente entre lo que se piensa y lo que se hace, conducta que se observa
hacia los demás y se exige a cada quien lo que es debido (…) La honestidad
garantiza confianza, seguridad, responsabilidad, confidencia, lealtad y en una
palabra, integridad.” La cita anterior me parece que menciona algo rescatable y
de suma importancia, y es el hecho de que la honestidad es un valor detonante;
lo que quiere decir que si hay honestidad, hay integridad, y si hay integridad,
hay paz. Si las personas son íntegras y trabajan con honestidad, tendremos
plena confianza en ellas, lo cual sin duda es un impulsor del equilibrio
social.
Otro valor remarcable es la
responsabilidad, en mi opinión uno de los más relevantes, ya que está ligado
directamente a la conciencia individual. Con lo anterior me refiero a que es
gracias a este valor que un individuo asume las consecuencias de sus actos.
Según Xavier Vilchis (2002), catedrático del departamento de Humanidades del
ITESM Campus Estado de México y columnista de la revista electrónica Razón y palabra, “la irresponsabilidad
emana de la poca conciencia de aquello de lo que se es responsable por no considerarlo
verdaderamente valioso.” Tristemente, esta es una situación común; es así como
se puede explicar la impuntualidad y la falta de compromiso en el trabajo, o en
cualquier ámbito donde se aplique este valor. Las personas son irresponsables
porque simplemente no ven un beneficio más allá, no ven una razón por la cual
ser responsables. Si en cambio se practicara este valor, gozaríamos de vivir en
un entorno mucho más justo; ya que cada individuo sería responsable de lo que
dice, hace y piensa; y esto quiere decir que éste acepta las consecuencias de
sus actos.
Hace falta un cambio; pero no un
cambio de gobierno o de partido, hace falta un cambio de mentalidad individual.
Hace falta una reforma; pero no una reforma laboral ni educativa, sino una reforma
de pensamiento y de valores. Si no surgen estas modificaciones, seguiremos
viviendo en un entorno violento, donde existe la impunidad, la corrupción y la
delincuencia. El país pide a gritos un parteaguas y es necesario dárselo
pronto. Dejemos de culpar y señalar para empezar a tomar acciones que en
realidad nos lleven a alcanzar ese cambio, y la mejor forma de hacerlo es
comenzar por nosotros mismos, incorporando a nuestras vidas los valores que
hemos perdido como sociedad y realmente haciendo algo por mejorar nuestra
comunidad. Si alzamos la voz y cambiamos nuestras actitudes, cada día estaremos
más cerca de ese México utópico con el que soñamos. Es posible.
Bibliografía
(2012). Reforcemos los
valores humanos. honestidad. Recuperado de Gobierno del Estado de Nuevo
León sitio: http://www.nl.gob.mx/?P=s_valores_honestidad
Respeto. Recuperado de Real
Academia Española sitio: http://lema.rae.es/drae/?val=respeto
Vilchis, X. (2002, Julio). La
importancia del respeto como valor fundamental de la responsabilidad social Razón
y palabra, 27, Recuperado de http://www.razonypalabra.org.mx/fcys/2002/julio.html
Villoro, J. (2009,
Noviembre). Arenas de Japón. Letras Libres, Recuperado de http://letraslibres.com/revista/convivio/arenas-de-japon?page=full
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