Ayer fue día de las madres, y bueno, como
todo día de las madres, uno encuentra en las redes sociales un sinfín de
mensajes dirigidos a la mejor mamá del
mundo, un sinfín de fotos, un sinfín de ramos de flores y de serenatas. En
marzo se conmemoró otro día de la mujer más y fue más o menos el mismo cuento
en las redes sociales. Hubieron menos flores y menos serenatas, me parece.
Entre esas dos fechas pasaron dos meses, dos meses comunes y corrientes donde
esa vanagloriada mujer fregó trastes, hizo malabares entre su familia y su
trabajo, horneó varios pasteles y nadie se lo reconoció con una imagen con un
texto cursi o una foto que tuviera como pie de foto “miren a mi mamá preparando
la comida, ¡es la mejor del mundo!”.
Releyendo las líneas que acabo de
escribir, no pude evitar pensar “qué feminista te viste, Camila, mejor escribe
una introducción diferente que no sea tan controversial”, pero me doy cuenta
que no es más que la verdad. Las publicaciones doble cara que vi ayer (y todos los días de las madres y días
internacionales de la mujer) me hicieron reflexionar sobre el papel que tiene
la mujer en la sociedad y en el mundo laboral, específicamente.
De entrada, el hecho que las mujeres sean
consideradas como un grupo vulnerable me parece retrógrado, machista y absurdo,
pero aunque duela aceptarlo, la discriminación a grupos vulnerables sigue
siendo el pan de cada día en la sociedad mexicana. Claro, con el pasar de los
años las mujeres hemos progresado y poco a poco hemos ido desarrollando nuestra
independencia a nivel económico y social. No niego que los cambios que se han
logrado del siglo pasado al presente son muy grandes, sin embargo, nuestra
sociedad dista mucho de ser una sociedad equitativa e incluyente.
Veamos cómo es el escenario de las mujeres
en el ámbito laboral.
La Ley Federal del trabajo en sus
artículos 3º y 4º indica:
·
Art. 3º: No se puede
discriminar a ningún trabajador con motivo de su raza, sexo, edad, religión,
doctrina política o condición social.
·
Art. 4º: No se podrá impedir
el trabajo a ninguna persona ni que se dedique a la profesión, industria o
comercio que le acomode, siendo lícitos.
Entonces, ¿qué pasa cuando se elige una
mujer soltera sobre una mujer casada para un puesto?, ¿qué pasa cuando la
empresa despide a una mujer por estar embarazada aún teniendo un contrato?,
¿qué pasa cuando se elige a una mujer de 25 para un puesto gerencial siendo que
una mujer de 35 era más capaz para ocuparlo?
Por supuesto, este es un ejemplo más de
que México tiene una Constitución redactada a la perfección, pero la práctica…
la práctica es harina de otro costal.
Entonces, ¿qué podemos hacer? Como
psicóloga organizacional, futura profesionista y como mujer, este tema me
resulta de sumo interés. Hace unos días, la dirección de carrera de Psicología
compartió un artículo que Publimetro realizó sobre el trabajo de Ana Lucía
Cepeda, egresada de la carrera de Psicología Organizacional del Tec. Hace un año,
Ana Lucía fundó VidaMujer, organismo que impulsa el desarrollo profesional de
las mujeres por medio de su vinculación en empleos flexibles dentro de empresas
y que además asesora a las organizaciones para que implementen la flexibilidad
laboral. Consternada por las estadísticas del INEGI (6 de cada 10 mujeres dejan
de trabajar a la hora de tener su primer hijo), Ana Lucía creó mediante
VidaMujer, la iniciativa Bolsa Rosa, la cual es una plataforma de empleo online
dirigida a mujeres profesionistas y a empresas en busca de talento con la
peculiaridad de contar con políticas de flexibilidad laboral. “Es una realidad
que las necesidades entre hombres y mujeres son diversas en cada una de las
etapas de la vida, por lo que se requiere sensibilidad y políticas de
flexibilidad para las madres trabajadoras por parte de las empresas (…) Hemos
trabajado con más de 25 empresas de diversos sectores tanto PyMES como grandes
corporativos y de todos los giros. La flexibilidad que ofrecen se retribuye en
productividad y lealtad hacia la empresa, así como en la reducción de costos.”
Comentó Ana Lucía en el reportaje.
Iniciativas como la de Ana Lucía son las
que me hacen tener fe que vamos por buen camino, y que pronto se le reconocerá
a la mujer mexicana toda su entrega y sacrificio no mediante una rosa, sino
mediante la aplicación justa de la ley y mediante una cultura de equidad de
género de primer mundo.
¿Que detrás de un hombre hay una gran
mujer? ¡Para nada! El hombre y la mujer deben caminar juntos, hombro con hombro
construyendo su futuro tomados de la mano. Este es, creo yo, el primer paso que
nos llevará a ese nivel de equidad que México tanto necesita.
Referencias
Discriminación a la mujer en el sector laboral. (2013, June
7). Cuestiones Sociales. Recuperado en Mayo 12, 2014, de http://cuestionessociales.wordpress.com/2013/06/07/discriminacion-a-la-mujer-en-el-sector-laboral/
Identidad. VidaMujer.
Recuperado en Mayo 11, 2014, de http://www.vida-mujer.com/VM/Identidad.php
Incita a las empresas a llevar su Bolsa Rosa. Publimetro.
Recuperado en Mayo 12, 2014, de
http://www.publimetro.com.mx/noticias/incita-a-las-empresas-a-llevar-su-bolsa-rosa/mnek!32MOZ4AIDbQc2/
Marco jurídico. Gobierno
Federal. Recuperado en Mayo 11, 2014, de http://www.stps.gob.mx/bp/secciones/conoce/areas_atencion/areas_atencion/inclusion_laboral/igualdad_laboral/archivos/MARCO_JURIDICO_RED.pdf
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